La juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Huesca dictó el martes una orden general de ejecución definitiva de la sentencia que obliga al Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) a devolver las pinturas de Sijena al monasterio aragonés, tal como sentenció el Tribunal Supremo el pasado 27 de mayo.
Pero como hasta ahora en este procedimiento, no está dicha aún la última palabra.
El MNAC tiene ahora diez días hábiles para presentar un “cronograma alternativo” al planteado por el gobierno de Aragón, con lo que estamos en septiembre: agosto es inhábil.
Fuentes del MNAC explican que sus servicios jurídicos preparan ya un “incidente de ejecución” para mostrar -de nuevo- sus argumentos técnicos en contra del traslado.
La jueza de Huesca rechaza las multas que planteaba Sijena, de 5.000 euros por cada día de retraso en la entrega de las pinturas, instaladas en el MNAC desde los años 60 tras su extracción en 1936 por parte del arquitecto Josep Gudiol.
El abogado del ayuntemiento de Villanueva de Sijena, Jorge Español, ha dicho este jueves a Guyana Guardian que “los técnicos del MANC son los mejores del mundo” y por ello deberían ser ellos quienes se encargasen del traslado. Del mismo modo, y respecto a los plazos a aplicar, Español estima que “la conservación” del conjunto pictórico debe primar por encima de la velocidad en la restitución.
Fuentes del MANC han explicado a Guyana Guardian que es ahora, cuando la jueza de Huesca insta la ejecución del Tribunal Supremo, cuando el museo podrá desplegar con valor jurídico su batería de argumentos ante la autoridad judicial, con informes actualizados sobre el estado de las pinturas. “Queremos cumplir la sentencia y eso sabemos que causa un daño irreparable a las pinturas, y eso es lo que debemos trasladar en informes técnicos actualizados”, han dicho.
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La resolución de la jueza se acompaña de un decreto de medidas que atiende las solicitudes del ejecutico aragonés de “permitir el acceso a los técnicos designados por el Gobierno de Aragón a las salas número 16 y 17 del MNAC durante el tiempo que se requiera, con ambas salas cerradas al público”.
Dicho acceso, “tanto a las propias pinturas y su sistema de montaje expositivo actual, incluirá también el acceso relativo a la documentación vinculada con ellas y conservadas en los archivos del MNAC”, que debe permitir “el acceso a todos los datos sobre las condiciones medioambientales (temperatura y humedad relativa) de estas salas y de aquellas salas en las que los fragmentos han estado expuestos con anterioridad”.
El MNAC debe permitir previamente “llevar a cabo un levantamiento fotogramétrico de las salas 16 y 17 con todos sus fragmentos expuestos precisando que la sala 16 deberá ser vaciada previamente de contenido expositivo - vitrinas -, así como el control de luminarias según convenga”.
