El Liceu reúne a un 'dream team' para su 'West Side Story' único en el mundo

Cierre de temporada

Dudamel dirige la versión que realizó Bernstein en 1984, cuando la grabó junto a Carreras y Kiri Te Kanawa

Nadine Sierra y Juan Diego Florez van sutilmente microfonados “para poder jugar con la voz de musical'

28 - 07 - 2025 / Barcelona / soprano Nadien Sierra, el tenor Juan Diego Flórez i el director d'orquestra Gutavo Dudamel , que presenten 'West Side Story' al Liceu   -  Víctor García de Gomar. / Foto: Llibert Teixidó

Gustavo Dudamel, Nadine Sierra y Juan Diego Flórez, este lunes en el Gran Teatre del Liceu 

Llibert Teixido / La Vanguardia

Gustavo Dudamel y Juan Diego Flórez bromean a costa del acento americano sin fisuras que tiene el tenor peruano. Una habilidad que le viene, cuenta, de cuando estudió  en Filadelfia, justo en el mismo lugar donde estudió Bernstein, en el Curtis Institut. ”¿A ver a ver cómo dices 'Curtis'?”, “Curtis”. “Ah, quieres decir Curtis [pronunciado con u], ja ja ja”. Se les ve felices, desenfadados, con aires veraniegos, listos para dejarse llevar por ese West Side Story que les reúne de nuevo al cabo de mucho tiempo, esta vez bajo el techo del Liceu y compartiendo estrellato de la soprano Nadine Sierra, la novia del Gran Teatre que ha pasado en cuatro ocasiones por Barcelona este curso: “Para mí es como volver a casa, con la familia”, afirma la diva.

Es increíble que una producción de West Side Story en versión concierto que reúne a dos reyes de la lírica y al maestro más afín a Bernstein que hay en activo -Dudamel es el flamante director de la Filarmónica de Nueva York- no haya tenido su estreno en Estados Unidos y no vaya a tener de momento su secuela en un Festival tipo Salzburg. La propuesta del Liceu que pone la guinda a una temporada de éxitos en el teatro de la Rambla es algo único a escala planetaria. Y no es raro que sus dos únicas funciones -estos 29 y 31 de julio- estén agotadas, a pesar del descaro de sus precios que esta vez van de 10 a 356 euros. 

Sorprende que una producción tan única no haya tenido su estreno en Estados Unidos o no se lo disputen ahora festivales como Salzburg

La propuesta despertó ilusión en el maestro venezolano, quien viene de pasárselo en grande trabajando codo con codo con Steven Spielberg en la reciente adaptación cinematográfica. De igual manera se ilusionaron los interpretes que darán vida a Tony y María, esos Romeo y Julieta contemporáneos que viven “un amor utópico en un barrio que es una jaula invisible”, en palabras del director artístico del teatro, Víctor García de Gomar. Un barrio en el que la pelea por el honor se libra mediante el baile y la música, aun con el filo de la navaja a la vista.

Este lunes se han reunido ante los medios los tres divos de la escena musical, quienes  sobre el escenario contarán con la Orquestra y el Cor del Liceu y el resto del reparto: la mezzosoprano Isabel Leonard (Anita, amiga y confidente de María) y los barítonos Jarrett Ott (Riff, líder de los Jets) y Milan Perišic, en el papel de Bernardo, el capo de los Sharks y hermano controlador de María.

“Es una obra atemporal que se vive con la misma pasión y en cualquier circunstancia”, dice Dudamel, cuando se cumplen 35 años de la muerte de Bernstein

“Es un privilegio trabajar con unos artistas tan maravillosos para hacer esta obra emblemática del género musical que en esta ocasión es llevada a cabo a nivel operático, pues se presta a cualquier situación y forma. Esa es la gran genialidad de la música y el arte de Leonard Bernstein, junto con las letras maravillosas de Sondheim.  Es una obra atemporal que se vive con la misma pasión y en cualquier circunstancia”, arrancó diciendo Dudamel. Este agosto se cumplen 35 años de la muerte de Bernstein, figura imprescindible en la historia de la música y un puente de la tradición entre la música europea y la americana. 

Juan Diego Flórez y Nadine Sierra coinciden por segunda vez este verano

Juan Diego Flórez y Nadine Sierra coinciden por segunda vez este verano

Alex Garcia

Para Juan Diego Flórez supone el debut en este título -”claro que he cantado María, es algo que uno canta en conciertos y demás lugares”- que últimamente no deja de escuchar, “porque mi hija, que está acá y va venir a la función, lo adora”. Feliz de coincidir de nuevo con Nadine Sierra, con quien acaba de cantar La traviata en el Teatro Real, el tenor bromea sobre el hecho de que en el Liceu “sucede al revés: las latinas son cantantes americanas y el personaje americano es latino, y además, Bernstein también es latino”, añade mirando a Dudamel. “Ellas a veces me corrigen a mí el inglés y yo a ellas el 'latino'”, dice, al tiempo que alaba el dominio de Bernstein de los ritmos latinos.

Aunque ha cantado el tema 'María' en conciertos, para Juan Diego Flórez es el debut de este título que ahora conoce bien: “Mi hija lo adora”

Dudamel, a su vez, reconoce que esta obra se convirtió en emblema de la juventud musical: el Mambo, especialmente, lo interpretaban con la Simón Bolívar en sus orquestas juvenil e infantil. “En el mundo sinfónico creces mucho con la selección que se hizo de las danzas sinfónicas de esta obra. Es una música con la que te sientes identificado, seas de donde seas. Y es cierto que en esta ocasión las culturas se han invertido, pero Bernstein lo hace muy bien, muy natural. El juego del jazz, del jazz latino y de buscar todos esos ritmos y colores hacen que la obra tenga una luz y un espíritu muy musical”.

La pareja protagonista viene de cantar 'La traviata' en el Teatro Real

La pareja protagonista viene de cantar 'La traviata' en el Teatro Real

Llibert Teixidó

Es cuando haces la obra entera que entiendes el viaje, asegura el director venezolano. “Me ha tocado hacerla como musical, como ópera y como película, y en todas sus dimensiones en muy rica, muy única. En cada nota se ve el genio de Bernstein, en el uso de colores  e instrumentos. Las orquestaciones son muy distintas, se ven diferencias, por ejemplo, entre la danza sinfónica y el musical, donde hay una orquesta reducida. Aquí la estamos haciendo algo más amplia, pero yendo a la versión que Bernstein sentía más suya, la que grabó en 1984 con Josep Carreras y Kiri Te Kanawa”.

'West Side Story' nos habla de cómo hay que llegar al conflicto para que veamos  que no existe ningún tipo de problema”

Gustavo Dudameldirector musical

No hay que olvidar que Bernstein no había dirigido su obra en el estreno mundial. Fue esa versión de 1984, en la que él mismo añadía orquestación y recortaba diálogos sobre su propia partitura, la que dirigió el propio Bernstein por primera y última vez. “Esa es su marca”, puntualiza Dudamel. Y ha trascendido, añade. “La obra refleja no solo un país sino el gran dilema mundial respecto a la inmigración. Ahora se hace más evidente en los Estados Unidos porque el tema está en la palestra, pero  West Side Story muestra la piedra con la que tropieza el ser humano constantemente. Hay que llegar al conflicto para ver que no existe ningún tipo de problema como tal. Y eso es lo que les sucede a María y a Tony, que pertenecen a dos grupos de joven que se están luchando un territorio, pero al final tiene que suceder algo terrible para que se den cuenta de que son lo mismo, que cada uno con su cultura pertenece a ese mismo sitio y lo hacen suyo. Es un tema complejo, delicado, pero lo que tenemos que seguir haciendo es arte que refleje esas realidades y, sobre todo, cómo debemos abordarlas”.

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Nadine Sierra reconoce que en estos momentos, cuando vuelve a su país, a Estados Unidos, no lo reconoce: “es un país con Kims Kardashians y Donalds Trumps como referentes, por lo que cuando he de meterme a fondo en un referente como Bernstein, me siento muy agradecida. Y me desespera que hoy la juventud no disfrute de eso. Ojalá la generación Z o Alfa tenga un renacimiento que venga también a través de la música y les permita cambiar el mundo en el que están. A mí me ayudó mucho con sus valores, que son muy necesario. Y ahora Bernstein y su creatividad podría ayudar en todo el mundo”.

Agradezco zambullirme en un referente como Bernstein, porque hoy en mi país los referentes son Kim Kardashian y Donald Trump”

Nadine SierraSoprano (María)

La Fundación Leonard Bernstein, que sigue muy en activo, ha impedido que el concierto en el Liceu pueda grabarse. Al Liceu le habría encantado grabarlo pero la familia Bernstein no dio el permiso, tienen muchas restricciones, informa el director artístico del coliseo lírico. Es una obra muy protegida, confirma Dudamel. Pero será de este modo una ocasión única, con una performance con estilo vocal cercano al musical, por lo  cual estará sutilmente microfonada. “A mí creo que me ayuda el haber cantado tanta música popular -apunta Flórez- para pasar  ahora un poquito al musical. En el musical hay mucha palabra y tiene que ser transmitida, y ayuda mucho no tener que proyectar todo el rato y poder hacer todas las dinámicas, pues hay muchos pianissimi, muchos crescendi, muchos acentos. Y si puedes relajarte en la proyección, sale todo más al estilo y se entienden las palabras. Es acertada la ayuda de amplificación”.

En el musical hay mucha palabra y tiene que ser transmitida con 'pianissimi', 'crescendi'... Es acertada la ayuda de amplificación”

Juan Diego FlórezTenor (Tony)

De hecho, Nadine Sierra comenzó de niña primero con el musical mucho antes que la ópera. “A los cantantes de ópera nos gusta pasar a ese registro, es como  la fruta prohibida, transgredes, es más divertido. Pero ya nos escucharéis, hay también mucho diálogo, algo nada frecuente en la ópera, y eso nos hace trabajar de otra manera, somos actores y actrices, lo cual saca aspectos y manifestaciones que nos hacen ser distintos. Escuchando y viendo a Juan Diego en ensayos me parece una pasada: qué buen inglés y qué color de voz. El personaje de Tony es muy difícil, no es fácil encontrar a alguien que lo haga en Broadway, ha de llegar muy arriba y muy abajo. Le he dicho que tiene que grabarlo”.

”Esto es porque en realidad tiene más de los Sharks que de los Jets, lleva al latino dentro”, bromea Dudamel. El maestro recuerda que la orquesta lleva un set de percusiones y guitarras eléctricas, metales con sonido jazzístico... “Es una carga muy grande. Incluso si se cantara con una voz operática sería muy difícil de equilibrar, porque es denso e incluso hay elementos de rock, escribe 'rocky' en la partitura, así que necesita de esa ayuda. Y por lo que respecta a la orquesta del Liceu, cuando toca esa música se desinhibe, y hay que dejar que eso suceda cuando tocas algo que no estás acostumbrado a tocar. Esta música es un disfrute permanente. En el momento que suena la orquesta, tiene un color, Bernstein sabía lo que estaba escribiendo, se escucha el Nueva York en construcción, que en aquel momento era un no parar”.

El hecho de que la obra naciera escorada más hacia la pandilla de los Jets y que Spielberg, en su reciente película, quisiera equilibrar eso añadiendo una pieza para los Sharks, el hecho de que el reparto y el maestro que la interpretan en el Liceu sean latinos y o de ascendencia latina confirma que, como alega Dudamel, “la obra de arte se va curando con el tiempo, como un vino. Va cobrando distintos momentos y se va haciendo mucho más genial y representativa, signifique lo que signifique. Las grandes obras van cobrando su propia dimensión con el tiempo en sus propios contextos. Yo acabo de hacer las Danzas sinfónicas con la Filarmónica de Berlín y estuvimos de gira en Japón y era fascinante ver cómo los músicos germánicos la encontraban más y más genial cada vez que la tocan”.

Bernstein para Dudamel es una suerte de figura como Fernando Abreu: “Son esas personas irrepetibles, que eran muchos en uno y que tenían una gran capacidad para ser muy buenos en todo”.

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