El culebrón de las pinturas de Sijena vive un nuevo capítulo. A raíz de la documentación entregada por el Museu Nacional d'Art de Catalunya al gobierno de Aragón a instancias de la juez de Huesca, el historiador y perito en el caso de las pinturas de Sijena por parte del Ayuntamiento oscense, Juan José Nieto, asegura que la tabla de La Natividad, una pintura gótica que formó parte del retablo mayor del cenobio y que se expone en el Museo del Prado, pudo salir ilegalmente de sus estancias tras la Guerra Civil.
Sin embargo, el historiador catalán Albert Velasco cree que se trata de un error manifiesto porque esa tabla estaba ya a la venta en Londres en 1926. Para rematarlo, la vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, ha avanzado que reclamarán la pintura del Prado si se confirma que salió ilegalmente del cenobio tras la Guerra Civil. Aún así desde el Departamento de Educación y Cultura aragonés admiten que “la información de la que se dispone hasta ahora indica que la tabla de La Natividad habría salido del monasterio antes de 1923, cuando fue declarado Monumento Nacional. No obstante, toda la documentación se está revisando en profundidad”.
Nieto ha apuntado a la posibilidad de que la tabla fuera trasladada por Gudiol y vendida posteriormente a manos privadas
La tesis de Juan José Nieto, tras estudiar la documentación del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), es que en las fotografías de la sala capitular hechas por el funcionario de la Generalitat Josep Gudiol, que arrancó las pinturas que ahora debe retornar el MNAC tras el incendio del Monasterio de Sijena al inicio de la Guerra Civil, aparece aún la tabla de La Natividad que ahora exhibe el Museo del Prado después de que fuera comprada por el Ministerio de Cultura en 2003.
Según ha explicado a la agencia Efe, “las fotografías evidencian que la pintura estaba en 1936 en la sala capitular del monasterio porque se ve junto a unos muros ya rascados por Gudiol, y que, por lo tanto, deben de ser consideradas como un expolio de guerra, ya que no podían ser vendidas porque Sijena era ya monumento nacional” desde 1923.
Nieto ha apuntado a la posibilidad de que la tabla fuera trasladada por Gudiol y vendida posteriormente a manos privadas, iniciando un periplo que la llevó en 2003 a una sala de subastas en Madrid, donde fue adquirida por el Ministerio de Cultura para el Museo del Prado por unos cien mil euros.
Este investigador ha añadido que está a la espera de conocer la documentación en poder del Museo del Prado en torno a la tabla para ahondar en el proceso de venta, aunque ha destacado que esos documentos no han sido dados a conocer aún. La documentación del MNAC cuestiona además, a su juicio, que la pieza hubiera sido vendida por las monjas de Sijena antes de la declaración de monumento nacional del monasterio, en 1923.
Dos técnicos del MNAC examinan las pinturas de Sijena
Juan José Nieto ha instado al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, a revisar toda la documentación aportada y la existente en manos del Prado para confirmar su hallazgo y a iniciar un proceso para la devolución de la pintura del denominado Maestro de Sijena al monasterio altoaragonés. Una petición a la que se ha sumado la Asociación Pro Patrimonium Sijena y Jerusalén que ha pedido a Urtasun que incluya la tabla en listado de piezas consideradas “botín de guerra” para su devolución.
Una tesis ante la que el Gobierno de Aragón, a través de su vicepresidenta, Mar Vaquero, ha apuntado que en el caso de que se confirme se reclamará la tabla de La Natividad, como ha ocurrido con el resto de bienes que el Gobierno considera que deben estar en Aragón. “Procederíamos de la misma manera, reclamando”, ha enfatizado.
Sin embargo, el historiador catalán Albert Velasco aporta documentos que refutan que la tabla hubiera salido en 1936: “La tabla de La Natividad, hoy conservada en el Prado, en el año 1919 todavía estaba en Sijena (lo certifica un artículo de Ricardo del Arco), pero en 1926 ya estaba a la venta en Londres. Por tanto, la teoría de este señor que sale hoy en los diarios no puede ser cierta”.
Y añade que un artículo de August L. Mayer, que incluye fotografías de la tabla -que adjunta-, apareció publicado en la revista Arte Español en 1926, “y dice que la tabla se encontraba a la venta en Londres en la galería de A. L. Nicholson”.
Imagen de la revista 'Arte Español' de 1926 hablando de la tabla de 'La Natividad' de Sijena
Imagen de la revista 'Arte Español' de 1926 que muestra la tabla de 'La Natividad' de Sijena
“Es obvio que eso es incompatible con el hecho de que la tabla se conservara en Sijena en 1936”, sintetiza. Y tras considerar que el historiador Juan José Nieto “la ha pifiado” y señalar que “esta noticia es un ejemplo más de las fake news que se han hecho girar alrededor de Sijena”, apunta que Nieto “se ha hecho un lío con esta fotografía de 1919 publicada en la revista Vell i Nou, o con alguna fotografía similar”.
Imagen de la revista 'Veill i Nou' con la sala capitular de Sijena que el historiador Albert Velasco ha mostrado en redes para señalar la posible confusión
En esa línea, desde el Departamento de Educación y Cultura de Aragón reconocen que “existe constancia de que en 1926 la tabla aparece en una casa de subastas de Londres” y apuntan que “lo que parece claro es que las imágenes a las que se está haciendo referencia sobre la presencia de la tabla en la Sala Capitular no son del año 1936, ya que de ser así se habría visto afectada por el incendio registrado en este lugar”.
“En todo caso -concluyen-, como con el resto de bienes culturales, el Gobierno de Aragón continuará trabajando para recuperar el patrimonio cultural que salió de forma irregular de la comunidad, siempre de la mano junto a sus legítimos propietarios”.
Por su parte, el Museo del Prado ha subrayado que esperará al informe oficial sobre la tabla de La Natividad de Sijena para valorar la situación y “actuar en consecuencia”. “La obra se compró de buena fe; si ahora se demuestra que la historia no fue como creíamos, se procederá en consecuencia”, ha asegurado el director de Comunicación de la pinacoteca, Carlos Chaguaceda.


