El embrollo de Sijena toca al Prado: “A día de hoy no sabemos si la tabla de 'La Natividad' salió o no legalmente del monasterio”

Polémica

La tesis del perito aragonés que asegura que la tabla colgada en Madrid se expolió del cenobio oscense en 1936 se desmonta, pero aún así no hay documentos que demuestren que su salida fue legal

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La tabla de La Natividad de Sijena que alberga el Museo del Prado

MUSEO del Prado

El culebrón de las pinturas de Sijena vive un nuevo capítulo. Rocambolesco. Y esta vez el protagonista no es el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), sino la principal pinacoteca española, el Museo del Prado, que acoge una fabulosa tabla, La Natividad , que, como tantas otras repartidas por el mundo, formó parte del retablo mayor del Panteón Real del monasterio de Sijena y que en este caso el Estado compró en subasta para el museo madrileño en el 2003. A raíz de la documentación entregada estos días por el MNAC al gobierno de Aragón, el historiador y perito en el caso de las pinturas de Sijena por parte del Ayuntamiento oscense, Juan José Nieto, aseguraba el martes que esa tabla pudo salir ilegalmente del cenobio tras la Guerra Civil. Cualquier salida después de 1923, cuando el monasterio fue declarado Monumento Nacional, lo habría sido.

La tesis de Nieto es que en las fotografías de la sala capitular de Sijena facilitadas por el MNAC y hechas en 1936 por el funcionario de la Generalitat Josep Gudiol –quien tras el incendio del Monasterio de Sijena al inicio de la Guerra Civil arrancó para su protección las pinturas que ahora debe retornar el museo– aparece aún colgada la tabla de La Natividad . Por lo tanto debe de ser considerada como un expolio de guerra. Nieto ha apuntado a la posibilidad de que la tabla fuera trasladada por el propio Gudiol y vendida a manos privadas.

La obra estaba en el monasterio en 1919 y se vendía en Londres en 1926, pero no se sabe si salió del cenobio antes de ser declarado Monumento Nacional

Sin embargo, el historiador del arte catalán Albert Velasco señala que la afirmación de Nieto es un error manifiesto porque la tabla de La Natividad estaba ya a la venta en Londres una década antes, en 1926, en la galería de A. L. Nicholson, como muestran artículos en revistas de la época como Arte español . Otra cosa distinta, asegura, es en qué momento preciso entre 1919 y 1926 se produjo la salida de la tabla de Sijena. “Sabemos por un artículo de Ricardo del Arco que en 1919 la tabla aún estaba en el Monasterio. Sabemos que salió en algún momento entre 1919 y 1926, pero ese momento no lo podemos precisar. Podría haber salido antes de 1923, de manera legal, o después (pero antes de 1926) de forma ilegal, no lo sabemos, nadie, no tenemos documentación que nos confirme esta fecha de salida, si fue anterior o posterior al 1923, aunque un día podría aparecer un documento en el que las monjas digan que venden la tabla. A día de hoy, no ha aparecido”.

Así las cosas, y aun sin base clara, la afirmación de Nieto obligó ayer a todas las instituciones a pronunciarse. La vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, avanzó que reclamarían la pintura del Prado si se confirma que salió ilegalmente del cenobio tras la Guerra Civil. Pero desde el propio Departamento de Educación y Cultura aragonés admitían que “la información de la que disponen hasta ahora indica que la tabla de La Natividad habría salido del monasterio antes de 1923, cuando fue declarado Monumento Nacional. No obstante, toda la documentación se está revisando en profundidad”. Y apuntan que “las imágenes a las que se está haciendo referencia (Nieto) sobre la presencia de la tabla en la Sala Capitular no son de 1936: de ser así, se habría visto afectada por el incendio registrado en este lugar”. Por su parte, el Museo del Prado apunta que la tabla habría sido vendida legalmente por las monjas pero señalan que esperarán al informe oficial y, si la historia fuera otra, actuarán en consecuencia.

Nieto ha instado al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, a revisar la documentación aportada y la que posee el Prado para confirmar su hallazgo e iniciar un proceso para la devolución de la pintura al monasterio altoaragonés.

Unas reclamaciones y afirmaciones, las de Nieto, con las que se mostró ayer especialmente duro el historiador del arte Albert Velasco. “Se ha creado una bola enorme con una cuestión con la que no se tenía que haber hecho. Y ha obligado a todos a hablar. De fondo, hay un problema de rigor muy grave. Juan José Nieto no es historiador del arte ni especialista en los temas de Sijena y hace intrusismo. Es grave que el Ayuntamiento lo tenga como asesor o perito y que hiciera un informe sobre la conservación de las pinturas para el juicio sin tener trayectoria ni bagaje para hacerlo. Y ahora, tras una década dándole pábulo, comete un error de principiante en un tema con enormes consecuencias judiciales, sociales y políticas. En el perímetro del Ayuntamiento de Sijena hay todo un foco generador de fake news . Han llegado a afirmar que la sala capitular del monasterio ni siquiera se habría quemado”.

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