Quartet Casals: “La clásica puede ser viral pero no es algo inmediato y efímero para un TikTok”

Entrevista al cuarteto estrella

Al año de incorporarse la nueva violista, Cristina Cordero, la formación hace balance antes de tocar en el Festival Jordi Savall

foto GORKA URRESOLA ELVIRA 13/08/2025 Fotos del Quartet Casals, que compleix un any amb la nova viola, Cristina Cordero.

Abel Tomàs, Vera Martínez-Mehner, Arnau Tomàs y Cristina Cordero, en el Putxet, donde ensayan

Gorka Urresola

Acaban de volver del Festival de Salzburg y recalan este 15 de agosto en el de Jordi Savall (Dormitori del Monestir de Santes Creus, 19.30 h), tocando cuartetos de Haydn y Beethoven. El Quartet Casals, conjunto estrella de la clásica con base en Catalunya, lleva un año con la joven violista madrileña Cristina Cordero como nueva incorporación, lo cual despierta expectación entre el público. Este agosto están de mini gira: aprovechando que tienen que ensayar más, se han abierto a tocar en la Quincena Musical de San Sebastián y regresan también al festival holandés de Zeist. Y el día 31, como es costumbre, cerrarán otra edición de la Schubertíada de Vilabertran. Los hermanos Abel y Arnau Tomàs, Vera Martínez-Mehner y Cristina Cordero atienden a Guyana Guardian antes de entrar a un ensayo en una sala del Putxet.

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Es hora de hacer balance cuando se cumple un año de la  incorporación de una nueva viola, a un cuarteto que llevaba 27 años como una sola célula.

Cristina Cordero: Para mí ha sido un año muy emocionante, aprendiendo mucho repertorio y aprendiendo a tocar con mis compañeros. Y me siento más ilusionada y con más ganas de seguir tocando y explorando el cuarteto de cuerda, disfrutando mucho de Beethoven, Haydn, Mozart, Shostakóvich... Es duro pero divertido.

¿Diría que se vive en ese cuarteto como en una democracia?

C.C.: Cien por cien. En el primer ensayo, que fue la prueba, ya me incluyeron dentro de esta estructura de ensayo con la división de los tiempos por liderazgo de cada uno. Siempre han respetado mi voz y punto de vista, y se siente natural. He tenido que trabajar mucho desde casa, pero en el ensayo es un trabajo muy agradable.

A Cristina le estamos enseñando nuestro sistema de trabajo, pero es que también nos está aportando muchas novedades, ideas y energía nuevas”

Senior EditorViolinista

¿Ha habido transmisión de conocimientos?

Vera Martínez-Mehner: Lo que hay que transmitir son muchas herramientas y experiencias que hemos adquirido a lo largo de los años, atajos, maneras de llegar a soluciones más rápido. Un sistema de trabajo nuestro que obviamente le estamos enseñando a Cristina. Pero es que también por su parte nos está aportando muchas novedades, ideas nuevas, energía nueva, aire fresco. Es una ósmosis entre todos.

Abel Tomàs: Además Cristina ha aportado métodos de trabajo.

V.M.M.: Sí, el método cangrejo.

Abel T.: Es verdad que nunca lo habíamos hecho, siempre hemos sido muy rectos, ja ja. En la música, como en la lectura literaria, se avanza por lo general hacia adelante, en dirección a las palabras que lees. En este caso es empezar de un compás hacia atrás, añadir las dificultades hacia atrás.

V.M.M.: O sea, haber estudiado ya la meta y después trabajar el camino hacia esa meta.

Cada persona tiene un espíritu, una energía tocando, y de eso se aprende, aunque no es un aprendizaje cognitivo”

Senior EditorCellista

Arnau Tomàs: Cristina es otra voz más en contrapunto en el grupo. Cada persona tiene un espíritu, una energía tocando, y el mero hecho de venir otra persona aporta otro tipo de energía. De eso se aprende. No es un aprendizaje cognitivo, más bien de adaptación intuitiva a las energías entre las personas. Un poco como los entresijos de las comunicaciones con el colectivo humano familiar o cualquier estructura.

¿Ese cambio coincide con nuevos retos en el repertorio?

Arnau T.: El problema es que la partida de Jonathan fue inesperada. No fue tan limpio el corte como para decir “nuevo repertorio, nuevo miembro”. Estábamos en medio del proyecto Shostakóvich, con conciertos ya programados a un año vista. Quien entra tiene que adaptarse al repertorio fijado. Ahora tenemos de nuevo la integral de Shostakóvich, por ejemplo, y para Cristina es un sobreesfuerzo trabajar los 15 de sopetón.

C.C.: Más adelante sí que tenemos algunas ideas de repertorio nuevo, pero ya es para dentro de dos temporadas, cuando se celebren los 30 años del Casals. Para mí es muy emocionante, como integrante y como fan que he sido todos estos años. Yo ya he votado.

¿Y qué ha votado?

C.C.: Por un cuarteto con el que yo también empecé a aprender a tocar cuando era pequeña: La muerte y la doncella de Schubert, que justamente fue el que animó a los miembros fundadores del Casals a ser cuarteto. Pero el repertorio del cuarteto es tan bonito que no es tan difícil entrar en consenso.

¿Debuts? Yo no sé dónde estoy tocando, solo pienso en girar, aprender repertorios, mejorarlos...”

Senior EditorViolista

Este ha sido el debut de Cordero en Salzburg. ¿Impresiona?

C.C.: Es mi debut en muchos sitios, claro. En el Palau de la Música ya había tocado bastante, como en el Auditorio Nacional de Madrid, pero ir con el Quartet era especial. Ahora iremos a Ámsterdam y me hace ilusión el concierto en la Pierre Boulez en Berlín, que será en noviembre. Pero en general, si te soy sincera, no sé dónde estoy tocando. Igual lo que me hace ilusión es girar, repetir el repertorio, mejorarlo, aprender obras. Es en lo único que pienso.

V.M.M.: También el resto hemos ido a salas a las que no habíamos ido nunca, en Gijón u Oviedo, en Sudamérica, en Italia. Hay mucha expectativa, la gente tiene muchas ganas de escucharnos ahora con Cristina, el cuarteto nuevo. Estamos con ganas renovadas.

Estrenaron en primavera Terra Encesa de Elisenda Fàbregas, encargo también del Palau.

V.M.M.: Y nos la llevamos de gira en septiembre. Además haremos la integral de Shostakóvich en Madrid y Valencia, comenzando en diciembre. Y estamos tocando Haydn que no habíamos hecho.

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Abel T.: Sí, por fin Cristina no es la única que está aprendiendo una obra nueva. Será el opus 76, número 5. El opus 76 son de hecho los más conocidos, donde está el Kaiserquartett, el Cuarteto de las quintas... Todos tienen carisma. Con Haydn siempre acabas descubriendo cosas divertidas... Es fascinante.

Llevan 20 años dando clases en Esmuc, y ahora también en Fiesole y La Haya. ¿Sienten que han sido ejemplo para el boom de grupos de cámara en Catalunya?

V.M.M.: Estar dentro del meollo también es parte de la enseñanza, es decir, no hemos formado un grupo y ahora solo nos dedicamos a dar clases sino que estamos muy activos a nivel profesional, y creo que ellos ven que es posible y que puedes vivir de ese amor que siente por la música de cámara. Estamos dando el ejemplo todo el rato.

Ahora damos clases a cuartetos y quintetos de viento y todos nos dicen que somos su luz”

Senior EditorViolinista

Abel T.: Últimamente hemos dado clases a cuartetos de saxo, a quintetos de viento... Y todos ellos nos dicen que somos su inspiración y su luz. Y la verdad es que nos sorprende, porque no estamos metidos en este mundo de los vientos, pero la música es transversal y aprendemos muchas cosas también dándoles clase.

Este julio ha salido el segundo álbum de su integral de Shostakóvich, que grabaron todavía con el anterior viola, Jonathan Brown. ¿Su venta es sobre todo digital?

Abel T.: Parece mentira, aún se hacen CD, pero la discografía digital hace su camino paralelo.

C.C.: Las formas de escuchar han cambiado un montón, yo ya no compro cds, no tengo ni reproductor, pero el público de cuartetos no cambia. Hay mucha gente con muchas ganas de escuchar música nueva y nuevas interpretaciones. Cambia el formato pero realmente la escucha sigue igual. Y al final, el vivo no lo puedes reemplazar, ya lo vimos en la pandemia. Y el cd es más bien como un recuerdo o como una invitación al vivo, al que puedes ir a escuchar y disfrutar.

El algoritmo parece recomendar cosas que te podrían gustar, pero obliga a que te guste algo”

Senior EditorViolista

¿El algoritmo también actúa en un género como los cuartetos?

C.C.: Diría que no. Para bien y para mal, la música clásica es un género que está fuera aún de todos los algoritmos que están impregnando las redes, que parece que te están recomendando cosas que te podrían gustar, pero realmente lo que están haciendo es obligarte a que te guste algo. Y creo que la música clásica es algo tan nicho que no ha entrado en eso. La tendrás a tu alcance, y si algo se viraliza, pues muy bien, pero sin necesidad de forzar. Está bien que estemos fuera de esto.

¿Ya les gusta que Shostakóvich no sea viral?

C.C.: Bueno, podría serlo. Algunos movimientos sí que es verdad que podrían ser muy cañeros y aparecen en películas y alguna vez veo alguna de estas grabaciones en alguna playlist de alguna serie o algo, pero al final es una invitación a que escuches la obra completa.

Una imagen del Quartet Casals, esta semana en Barcelona

Una imagen del Quartet Casals, esta semana en Barcelona

Gorka Urresola

¿Pondrían en el futuro esfuerzos en lograr que una grabación suya se haga viral?

C.C.: No, porque para que algo esté en el mainstream... Tiene que tener un componente tan inmediato y tan efímero que no sustenta en el tiempo. Y precisamente la música clásica es algo que puede escuchar todo el mundo, pero no es algo que se base en la inmediatez ni en el procesado rápido. Precisamente es un arte que necesita tiempo y al igual que tú si quieres apreciar buen arte tienes que ir al museo y no vas a ver un cuadro en TikTok y te va a impactar igual que si vas al museo, lo mismo pasa con la música clásica. Por mucho que estas cosas acaben llegando a la industria y acaben beneficiándonos de alguna manera, porque es cierto que yo agradezco que haya gente joven que le empieza a gustar la música clásica simplemente por las redes sociales, pero eso no quita que realmente no es nuestro ámbito. Lo bueno es que la música clásica no es algo inmediato ni nada masivo que llegue a tanta gente porque no puede. Es algo que necesita tiempo, parar, escuchar, reflexionar.

Hay estudios que indican que clásica es para gente inteligente.

Arnau T.: Eso es caer en el elitismo. Prefiero pensar que no, que es accesible, solo que necesita un poco de entrenamiento, de contacto con ella, de educación.

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