Matthias Goerne: “Apoyo a la gente de Israel que está en contra de la política de su Gobierno”

Habla la  estrella del lied

El barítono alemán homenajea a Fischer-Dieskau en la Schubertíada y habla de sus nuevos proyectos

Matthias Goerne durante su concierto en el Liceu de la temporada 2024-25

Matthias Goerne durante su último concierto en el Liceu

Antoni Bofill

De igual manera que la Schubertíada no sería posiblemente lo que es sin la presencia constante de Matthias Goerne, que se ha mantenido fiel desde  los orígenes del festival, el género del lied en el que tanto destaca el barítono alemán no habría alcanzado el nivel de seriedad y profundidad sin la labor del gran Dietrich Fischer-Dieskau, el cantante y director de orquesta de quien se cumple este año el centenario. Goerne lo tuvo de maestro siendo jovencito y este martes le rinde homenaje en Vilabertran (20.30 h), no sin antes conversar con La Vanguardia sobre sus proyectos de madurez o su asidua presencia en escenarios de Israel, a los que vuelve la próxima primavera.

Ha elegido Mahler para este homage a Fischer-Dieskau en la Schubertíada de Vilabertran. ¿Acaso es lo que más le representa?

Sea lo que sea lo que escojas, acertarás, ya sea Pfitzner, Walsh, Schumann, Schubert, Mahler, Liszt... porque él fue el único que grabó todo lo que existía hasta entonces. La lista es interminable, era así de ambicioso. Yo de Mahler ya había cantado aquí el Lied von der Erde [La canción de la Tierra] en la versión de Schönberg y, dado que he cantado mucho recital de Schubert y Schumann, pensé que estaría bien un programa completo de Mahler.

Sin el precedente de Fischer-Dieskau hoy el lied no se interpretaría con esta profundidad y seriedad”

¿Cree que usted no sería tan bueno en el lied sin las enseñanzas de Fischer-Dieskau?

Exacto, pero no era ese tipo de profesor del que pudieras aprender a cantar, en realidad creo que ese no era su mayor talento. Lo que ofrecía era interpretación y estilo, aquello que deberías hacer y aquello que no deberías hacer. Con él descubrí este repertorio ya de niño. Gracias a sus grabaciones, generaciones posteriores tuvieron acceso a la música sin  ni siquiera conocer los nombres de las canciones o de los compositores, y sin haber visto las partituras. Sobrevivirá para siempre. Su forma de cantar es una brújula sobre la seriedad con la que hay que abordar este género musical. Él lo elevó a lo más alto.

¿Cree que sin él hoy el lied se cantaría más a la ligera?

O de manera más operática, sí. Si escuchas grabaciones de los años 20, de los 30, de principios de los 40, tienes la impresión de que es cursi, puro entretenimiento. No van a lo profundo como para descubrir cuán significativa y cuán filosófica puede ser esa literatura. Era música de salón, superficial en la interpretación. Y él cambió eso radicalmente señalando su importancia.

Vocalmente ya no estoy en mi primavera, todo es más difícil cuando envejeces, pero puedes compensar con experiencia”

¿En qué momento diría que se encuentra usted vocalmente?

Ya no estoy en mi primavera. Todavía puedo cantar con la calidad de lo que aprendí hace tiempo, pero he de hacer frente al cambio por envejecimiento. Las cosas se vuelven más difíciles pero puedes compensar con experiencia. Es interesante, no es un desafío que no quiera tener. Incluso replantearme el repertorio, pues quizás he de variarlo porque hay más peso, más redondez o un poco más de oscuridad, o lo que sea. Es lo normal cuando estás envejeciendo y llevas 35 años cantando. Pero al mismo tiempo es más fácil crear contraste, subrayar algo, iluminar una frase desde la interpretación.

En su último álbum, ese Schubert revisited que ha grabado con la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen, su voz suena con exceso de aire y vibración. ¿Es a propósito?

Siempre lo he hecho. Nunca canté con ese sonido súper compacto. Me gusta dar de tanto en tanto la sensación de que el canto tiene algo muy natural, un flujo bastante fuerte de aire en el propio sonido. No me interesa que todo suene como un único timbre puro, sino provocar un sonido flexible, que dependa del texto, de las palabras, de la atmósfera. Hay tantos cantantes con talento y con articulación buena... pero a veces echo un poco de menos ese algo que hace que tenga sentido. La generación más joven, diría yo, suena como si no hubiera suficiente pasión: todo está pulido, limpio y fantástico, pero no puedo escuchar ese deseo fuerte de articular, de decir algo sobre ti. Quizá ahora importa la impresión que das, no lo sé, pero hay algo que ha cambiado en las personalidades. Cuando yo empecé a cantar, estaba rodeado de mucha gente con gran talento, pero que tenían el deseo de ir en la dirección de convertirse en un artista más que en la de convertirse en un cantante fantástico. El canto en sí mismo es interesante, pero está lejos de ser todo aquello de lo que se trata.

Mi mayor proyecto para la próxima temporada es que estoy montando 'Salomé' en Toulouse, como director de escena, sí”

¿Qué proyectos tiene por delante que tuviera pendientes?

Hay muchos. Hace poco empecé con un trío de contrabajo, percusión y piano. En 2026-27 haremos un programa de arias en combinación con temas de jazz a partir de textos de Thomas Dylan y Leonard Cohen. Es algo que planeo traer a la Schubertíada. Pero el mayor proyecto para la próxima temporada es que estoy montando Salomé en Toulouse.

¡Dirigirá una puesta en escena! ¿Va a dar rienda suelta al hombre de teatro que lleva dentro?

Llevo tiempo pensando en montar algunas óperas. Y se presentó la oportunidad, no lo busqué. Me pedían dirigir repertorios que no me interesaban, hasta que me dieron a escoger y dije Salomé. Estoy en plena preparación, tengo el diseño de escenografía en casa y el concepto del vestuario ya completo.

Y también ha dirigido musicalmente a la Bremer Kammerphilharmonie en este disco de Schubert.

Bueno, la dirección es relativa, la Bremer son lo mejor del mundo en orquesta de cámara, no necesitan director. Lo interesante fue que hubo músicos de la formación que me pidieron que les dirija en una sinfonía de Schubert. Fue halagador pero no lo haré porque no soy director. Considero que como mínimo has de venir de la propia orquesta para poder serlo.

Iría a Israel en cualquier momento porque conozco a mucha gente radicalmente descontenta desde hace tiempo con Netanyahu”

Esta temporada ha cantado dos veces en Israel. ¿Qué opina de la actual presión que recae sobre los artistas a la hora de actuar en países con gobiernos opresores?

La cuestión es qué impacto puede tener la acción de un artista individual comparado con esta mecánica del mundo. Tenemos casi cero influencia. Así que, de entrada, es una decisión personal. Si alguien piensa que no debería actuar en Estados Unidos, está en su derecho, nadie debería obrar en esta vida en contra de su propia voluntad. Debemos ser tolerantes con quienes dicen: “No, no quiero tocar en Israel por esta razón, y no quiero tocar en Rusia por este motivo”. Pero, al mismo tiempo, yo también doy este tipo de tolerancia a las personas que dicen: “No tiene sentido para mí no ir a Rusia, o no ir a Israel, o no ir a tantos otros países”. Porque si el estándar es que solo vamos a países donde todo es completamente democrático… ya no quedan tantos países así. Y por eso la pregunta sería más bien: ¿tiene sentido o no?

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¿Tiene sentido para usted?

En cuanto a Rusia, tengo la sensación de que la situación se ha instrumentalizado. Oficialmente nadie puede prohibirme ir a Rusia y dar conciertos allí, porque no es ilegal. Pero yo sentiría, dado que he hecho tantos conciertos fantásticos con amigos maravillosos en Ucrania, que no sería correcto para mí ir allí ahora. En cambio, viajar a Israel me parece correcto, y regresaré en primavera. Incluso considerando lo que hace este gobierno allí, esta guerra con un daño colosal que es absolutamente terrible y desproporcionada, por mucho que Hamás haya iniciado este terrible ataque y sean una banda de criminales que han destruido la franja de Gaza, que antes era tan hermosa. En mi caso, iría a Israel en cualquier momento porque conozco a mucha gente radicalmente descontenta desde hace tiempo con el primer ministro, Netanyahu. Mi apoyo al pueblo que también está en contra de esta política dentro de Israel creo que es importante. La música es un lenguaje que va del corazón al corazón, que da valor, que da energía, que motiva a la gente hacia la paz y en contra de la política del Sr. Netanyahu, les motiva para que no se rindan, para que se mantengan comprometidos y luchen por la política correcta que necesitan encontrar allí. De lo contrario, no habrá paz. Debe ser posible coexistir en paz y compartir valores.

El consagrado barítono Matthias Goerne sigue siendo fiel a la Schubertíada

El consagrado barítono Matthias Goerne sigue siendo fiel a la Schubertíada

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Entonces, ¿no temió que sus conciertos en Israel fueran instrumentalizados por el gobierno?

Tuve esa garantía. El riesgo con Israel es que si rechazas ir, lo siguiente es que “estás en contra de Israel”. Yo no estoy en contra de Israel, estoy en contra de este tipo de política, de este tipo de gobierno vergonzoso. Al mismo tiempo, cuando estás dentro del país y hablas con la gente y ves cómo critican abierta y honestamente las circunstancias, diría que Israel es uno de los países democráticos más fuertes que conozco, porque la gente habla con total franqueza. No sé si en tantos países sería tan fácil hacer esto, en América, España, Francia o Alemania, sin perder tu reputación. En Israel, la gente habla con total libertad, y debes darte cuenta de que apoyar a Israel significa apoyar al Estado, pero no significa apoyar a este gobierno. Además, las instituciones culturales en Israel tienen dificultades para obtener algo de dinero del Estado. La cantidad nimia que reciben demuestra el poco interés del gobierno en la cultura. De ahí que no sea correcto no apoyar a estas instituciones culturales.

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¿Tampoco temió acudir a un país en plena guerra?

La última vez que estuve me dijeron: “Muchas gracias por venir”. Y me sentí un poco avergonzado, la verdad. No era consciente de cuánta gente les había cancelado. Pero nadie lo hizo formulando una declaración oficial que dijera: “Mientras la situación en el país sea así y haya un gobierno que haga esto, no apoyaré nada en este país”. No, solo decían que se sentían mal o que temían los bombardeos. Eso último lo entiendo, pero no ir sin aclarar la decisión... No aclararlo juega a favor de los antisemitas. Y esto es muy peligroso, porque seguro que hay antisemitismo en el mundo. Y no tiene que ver con Israel ni con la política, sino con la raza en sí misma. Es intolerable.

¿Haría boicot a la economía estadounidense como respuesta a su política de aranceles con Europa?

No, no tiene sentido, en mi opinión. Estás castigando a las personas equivocadas. Diría que el 99% de las personas interesadas en la música no están de acuerdo con muchas decisiones políticas, incluso en Estados Unidos. La respuesta correcta no puede ser que el arte se quede en silencio, al contrario.

Decirle a la sociedad qué debe sentir o hacer es un lavado de cerebro. No me gusta. Y sé de lo que hablo porque fui socializado en Alemania Oriental”

¿Ni que le invitara Trump a cantar en la Casa Blanca?

Puedes pensarlo dos veces y quizá decir no. Pero ¿quieres castigar a la Filarmónica de Nueva York o a la de San Francisco? Incluso si puedes hacer algo en la Casa Blanca, nadie debería ser juez de otra persona. Todavía no es ilegal dar conciertos allí. Creo que es exagerado tener que demostrar siempre algo. Tenemos un código moral muy alto, podemos estar orgullosos y luchar por él, sí, pero puedes hacerlo como individuo, no debes decirle a la sociedad qué debe sentir o hacer. Esto es una restricción, una especie de lavado de cerebro. No me gusta. Sé exactamente de lo que hablo porque fui socializado en Alemania Oriental. Y esto es un gran riesgo: sentir que no eres libre. Esta especie de espada de la democracia en la que estamos inmersos no es agradable, porque hay tantas situaciones diferentes donde nadie puede prohibir nada. Pero aún así, si lo haces, si lo pones en práctica, eres castigado no por la justicia, sino por la sociedad. Este tipo de moral está tan establecida que t dicen: “No, lo que hiciste no está bien”, aunque no estés quebrantando ninguna ley. Esto es peligroso para la democracia.

Concierto homenaje al Dr. Jordi Roch en la Shubertíada en la canónica de Vilabertran. Glòria Sánchez / Nord Media

Matthias Goerne junto a la soprano Juliane Banse en un concierto en homenaje al Dr. Jordi Roch en la Shubertíada del año 2022 

Gloria Sanchez / Nord Media

¿Y qué pasa si alguien en Alemania propone un concierto con Valery Gergiev y la Orquesta del Marinski?

Eso es imposible. Incluso en Italia fue cancelado porque el gobierno de Meloni lo prohibió. La líder de un partido neofascista... algo que cuesta creer que exista en el mundo. Pero, mira, está establecido y respetado en la UE, porque apoya a Ucrania y a la democracia liberal. Italia suele ser más tolerante en estos términos, pero no: invitar ahora a Gergiev sería un error, un símbolo equivocado, porque todos saben que su persona estuvo cercana a este gobierno. Está claro que no es motivo suficiente para un boicot, pero políticamente es muy sensible. No hay más que recordar la historia: después de la Segunda Guerra Mundial, ¿quién iba a América o a Rusia a cantar el Réquiem de guerra de Britten? Eran países que habían sido enemigos, pero incluso después de guerras terribles, hubo perdón. La venganza interminable no es la solución, genera frustración y sensación de injusticia. Y los artistas bien establecidos participan tanto del régimen que no tienen oportunidad de actuar. Es comprensible.

¿Cuántas veces ha cantado en la Schubertíada¿ ¿Las cuenta?

Sí, ya son 32. Para mí, cantar allí tiene la misma motivación y emoción que hacerlo en el Carnegie Hall. La atmósfera desde el principio ha sido cálida, abierta, respetuosa, maravillosa y organizada, sin necesidad de que todo sea perfecto. Jordi Roch decidió que ese pequeño pueblo era el lugar perfecto para empezar. Es asombroso, porque antes dudaba de cuánta gente en este pueblo escucharía música clásica. La mayoría no conocía a Schubert ni sabía que fue un compositor importante. Y es asombroso cómo lo logró con su inteligencia. Lo logró porque era una persona honesta con estándares muy altos. Para mí, cantar allí tiene un significado emocional enorme. Es un lugar que conserva la calidez, la espontaneidad y la pasión por la música, algo que no siempre se encuentra en salas grandes y formales. Además, me inspira a seguir explorando repertorios que quizá no serían tan comunes en otros escenarios.

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