Antoni Clavé sale del olvido 20 años después de su muerte con una exposición en Barcelona

Homenaje

El Palau Martorell y el Reial Cercle Artístic, en Barcelona, exhiben 85 piezas del artista catalán amigo de Picasso y exiliado tras la Guerra Civil

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'Don Servando et l'autre', uno de los cuadros de Clavé que se encuentra en el Palau Martorell. 

Gorka Urresola / Propias

“Había pintado un Franco (…) que recibía las bombas que desde las nubes le entregaban Hitler y Mussolini, y las lanzaba encima de la población civil de las ciudades”. El artista catalán Antoni Clavé (Barcelona, 1913, Saint-Tropez, 2005) explicaba así en sus memorias, publicadas poco después de su muerte, cómo no tuvo más remedio que exiliarse a Francia poco antes de que terminara la Guerra Civil. A esa obra la llamó El enviado de los dioses, un título suficientemente burlón como para decidir dejar Catalunya. Fue un motivo más, puesto que Clavé se opuso sin tapujos al bando nacional.

Clavé se trasladó entonces a París, la “Meca de todo artista” como explica él mismo y donde desarrolló el grueso de su carrera profesional. No volvió a Catalunya hasta muchos años después. El exilio no hizo que entrara en el olvido. Al contrario, se le reconoció en vida. Fue distinto desde poco después de su muerte. Ahora, sin embargo, la iniciativa privada de la galería Joan Gaspar y de l’Archive Clavé ha sido fundamental para que se le rinda homenaje, cuando se cumplen veinte años de su fallecimiento, con una exposición de parte de sus obras en Barcelona. Puede decirse, de hecho, que al artista se le rescata del olvido por partida doble, ya que es la primera muestra de esta magnitud que se organiza sobre su trayectoria desde 1996. Demasiados años.

La muestra toma el título de Clavé, con mayúsculas, quizá para dar entender que durante mucho tiempo se le tratado con minúsculas, especialmente desde un punto de vista institucional. Son 85 piezas –algunas de ellas salen a la vista del público por primera vez- que podrán contemplarse en Barcelona del 5 de septiembre al 16 de noviembre en dos sedes: el Palau Martorell y el Reial Cercle Artístic. La procedencia de todas ellas es una amalgama entre coleccionistas privados, administraciones públicas como la Generalitat o el Ayuntamiento de Barcelona, y entidades de diversa índole, como el FC. Barcelona o el Macba.

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Antoni Clavé

Jordi Belver / Propias

Hay que añadir una tercera localización que forma parte de la exposición, el Palau de la Generalitat, que contiene algunas obras más de Clavé, por lo que son un centenar las obras que serán accesibles al público con el pago de una única entrada.

Clavé fue un artista multidisciplinar. Trabajó, entre otras modalidades, la escenografía, el grabado, los carteles y la escultura, siendo la pintura su ámbito principal. Como pintor, el Palau Martorell albergará parte de sus creaciones en cinco secciones temáticas, que a la vez es un recorrido cronológico.

Poco después de ganarse un sobresueldo ilustrando novelas pornográficas, se hizo un lugar en el mundo del cartelismo. Fue durante los años treinta del siglo pasado. La primera de las salas alberga algunos de estos carteles que Clavé realizó por encargo de la Cinaes (Cinematografía Nacional Española). Son trabajos rápidos –creaba hasta cinco por semana- para promocionar películas americanas, españolas y francesas y ser expuestas en fachadas y vestíbulos de cines barceloneses.

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Su destreza como cartelista le aportó un bagaje importante para su etapa parisina. En París, con 26 años, Clavé conoció a Picasso, con quien forjó una gran amistad, tal y como han explicado este mediodía los comisarios de la exposición José Félix Bentz, cofundador del Palau Martorell y presidente del Cercle Artístic, y Aude Hendgen, responsable de l’Archive Antoni Clavé. “Picasso era 32 años mayor que él, pero es quien le transmite confianza en su arte y quien le convenció de que podía triunfar como artista en una época especialmente complicada para España y para toda Europa. Eso le dio el impulso necesario para convertirse en el artista que es hoy”, ha recalcado Hendgen.

Es en París donde se consolida y es partir de entonces que se permite abandonar poco a poco su etapa figurativa para evolucionar cada vez más hacia la abstracción. El Palau Martorell dedica su espacio más amplio a este momento vital del artista catalán. En la planta superior, se exponen piezas tardías, de los años ochenta. En esos años se le dedica íntegramente el Pabellón Español de la 41ª Biennal de Venecia, y Barcelona se convierte en el centro de creación de Clavé. La exposición concluye la retrospectiva con su paso por Japón y Nueva York.

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'Tríptic per l'Ajuntament' (1992), de Antoni Clavés. 

Gorka Urresola / Propias

La muestra incluye otros elementos destacados. En la sala central, Clavé homenajea a El Greco, Gaudí y Picasso, a este último con un cuadro imitando plenamente su estilo: La roulotte, de 1940. También se encuentra Tríptic per l’Ajuntament, una obra de grandes dimensiones creada en 1992 para conmemorar el 1.100 aniversario de Barcelona. Es la segunda vez que esta pieza sale del Consistorio barcelonés, tras hacerlo en 1996, para una exposición en la Pedrera. El espacio reservado en el Reial Cercle Artístic complementa la exposición. Aquí se recrea su diversidad creativa y  aúnan esculturas y grabados. Es también donde el visitante podrá contemplar su dominio del assemblage, técnica que también usó Picasso y que le permitió incorporar objetos cotidianos en sus obras.

“Se han alineado muchos elementos para que la exposición sea diferencial y única, y es muy difícil que pueda repetirse”, ha señalado Bentz, que ha destacado la colaboración tanto de coleccionistas privados catalanes y franceses, como de las instituciones a las que acudieron para llevar a cabo el proyecto. El comisario ha evitado abordar el porqué de la falta de homenajes a Clavé por parte de las administraciones, pero sí que ha asegurado que el artista “llevaba Barcelona en su corazón”, por lo que la ciudad “estaba en deuda”. “Ha habido un poco de injusticia, pero esperamos que después de esta iniciativa se abra la puerta en el futuro para que la iniciativa sea pública”, ha zanjado. No es para menos si, como ha afirmado, Clavé “ha sido la figura imprescindible para entender la historia del arte del siglo XX a nivel internacional”.

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