¿Cómo se pueden mejorar los índices de lectura y de comprensión lectora? “Y si lográramos atraerlos y mantenerlos –a los jóvenes– en sesiones de lectura durante unas decenas de horas, mejor aún, ¡unos cientos de horas! ¿Y qué tal mil horas?”.
En la inauguración del Fòrum Edita, ayer en el Saló de Cent de Barcelona, Nuno Crato, matemático y exministro de Educación y Ciencia de Portugal, lo tiene claro, y no hace trampas, o solo a medias, pues calcula que los jóvenes pasan unas diez mil horas en la escuela: “Mi conclusión es clara: debemos centrarnos en la escuela y exigir que forme bien a nuestros jóvenes, que les enseñe a leer con fluidez y que les entrene para leer con comprensión y espíritu crítico. Diez mil horas deberían ser suficientes. Pero estamos fallando”. Los datos son tremendos, pues “alrededor de una cuarta parte de los jóvenes de 15 años tienen dificultades extremas para leer”, y sabe de lo que habla, pues durante su tiempo como ministro logró que Portugal subiera 44 puntos en las pruebas PISA. Al menos los índices de lectura y especialmente entre las jóvenes, eso sí, están mejorando los últimos años. “Quien lee más puede pensar mejor, se vuelve más dialogante y más democrático”, sentenció.
“Debemos exigir que la escuelaforme bien a nuestros jóvenes, que les enseñe a leer con fluidez y espíritu crítico; diez mil horas deberían ser suficientes”
En un acto conducido por Rut Martínez, tras la bienvenida del concejal de Cultura de Barcelona, Xavier Marcé; la rectora de la Universitat Pompeu Fabra, Laia Nadal –que organiza el máster de Edición–, y del presidente del Gremi d’Editors de Catalunya, Patrici Tixis, Crato habló de la importancia de la educación para promover la lectura, algo que parece obvio pero a veces parece que no lo es para todo el mundo, y defendió especialmente la importancia de los libros, sí, pero específicamente los de texto como guía para una mejor educación.
El exministro portugués señaló que “la culpa no es de los profesores”, y apuntó en cambio a “las políticas educativas que sustituyen la enseñanza y la exigencia por la facilidad y la diversión”, y a “un ambiente general que desprecia los manuales como conocimiento formateado, y los profesores que los utilizan son vistos como perezosos, incapaces o poco creativos”. Para él, “los libros de texto son una introducción al mundo de la lectura inteligente”, y “un buen libro de texto es algo más que una lista de conocimiento”, pues debe ser “una pieza esencial de la escuela, que sirve a profesores, alumnos y familiares”, y “si no están bien hechos y no se utilizan bien, estamos perdiendo un instrumento fundamental para promover la lectura, el esfuerzo por convertir a todos en buenos lectores”.

Nuno Crato, junto a Patrici Tixis, en la inauguración del Fòrum Edita en el Saló de Cent de Barcelona
Luego, conversando con Sergio Vila-Sanjuán –codirector del Fòrum Edita junto a Tixis y a Javier Aparicio–, Crato recordó que en Portugal se mejoró mucho porque hubo un consenso claro entre el 2002 y el 2015. De sus propuestas apenas quedó un 30% pero recordó que aunque algunos cambios necesitan tiempo para dar resultados, hay otros que no, y lo ejemplificó con la importancia de los exámenes: “Los reforcé y el efecto fue inmediato, porque hay que prepararse mejor, ya que en la educación un poco de presión es necesaria”. Como ministro fue exigente y, recordó Vila-Sanjuán, reintrodujo el rigor, lo que Crato asumió, aunque quejándose de que la educación es un caso especial: “Si vas a un restaurante y no te dan suficiente comida, te quejas, mientras que en la educación los alumnos no se quejan”. Además, iluminó a los presentes con el método Singapur : “Enseñan matemáticas de forma sistemática, organizada y estructurada, y también son los mejores en lectura... y de los más creativos, porque la creatividad depende del conocimiento”.