El primer día de FiraTàrrega es el momento de uno de los grandes espectáculos, que la organización ya lo vuelve a llamar inaugural. Marc Salicrú y sus Teatres de Campanya fueron los responsables de esta cita, que se repetirá esta noche. Músico, diseñador de luces, escenógrafo y artista intermedia, Salicrú ofreció en Tàrrega Interferència 03, la tercera parte de estos montajes inmersivos con los que ocupa espacios públicos con todo tipo de recursos urbanos.
Con el subtítulo “Breu inici d’aproximació fugaç al prefaci del segon folre en l’esfondra. Trajecte a 85 BPM”, el artista mataronés llenó la plaza Major de Tàrrega de un gran caos, con operarios desorganizando al público. Más de media hora antes, la plaza empezó a ensordecer a los asistentes con todo tipo de ruidos: silbatos, sirenas, maquinaria pesada, motores de camiones...
Para celebrar la feria, la fiesta mayor y la Diada, la tercera ‘Interferència’ ha sido la primera itinerante
Los operarios cargaban sirenas, micrófonos de percha, semáforos, espejos de tráfico, señales de viento lateral o veletas de banderola... En medio de toda la multitud, Salicrú se camuflaba con chaleco amarillo como uno más, pero dando órdenes aquí y allí. Poco a poco los operarios se organizan y van entrando en la iglesia. Por encima de la movida, un coro y unos músicos sobreponen sus cantos y empieza a salir la procesión laica y obrera de la iglesia.
Entre los monumentos que salen en procesión, hay una réplica de la escultura El caminant, también conocida como Indíbil, cuyo original preside un tramo de la autovía A2 entre Sidamon y Bell-lloc. Otro monumento es una pierna negra gigante y también hay una mano inflable blanca, como si fueran exvotos. Y todavía sale un diapasón gigante a modo de virgen, la virgen del diapasón, con una capa negra bordada en oro. Todo el público en procesión desfila hasta el Hort del Barceloní, para acabar esta ruidosa performance entreoyendo las notas de La Santa Espina.
Feria, Diada, fiesta mayor y Salicrú, una combinación explosiva. Un payés de la Segarra, que vino de cerca de Sant Ramon, declaraba a La Vanguardia: “He hecho 50 kilómetros para ver una procesión saliendo de la iglesia. Si lo sé, me ahorro el viaje”. Y no se esperó a oír L’hora dels adeus en torno a la hoguera.
La primera Interferència se pudo ver en la playa de Nova Icària de Barcelona por la Mercè del pasado año. Con el Grec, llegó la segunda Interferència, en el Arc de Triomf de la capital catalana. Y ahora ha sido Tàrrega la que ha podido ser testimonio de la tercera Interferència, en este caso itinerante, de Marc Salicrú.
Pero antes, durante y después, la feria no se detiene. Con 54 espectáculos programados y todos los espontáneos que aportan la sal y la pimienta a la cita, a media tarde, en la plaza de los Àlbers, Txema Muñoz lo petó. Con el espectáculo Gota, el artista barcelonés hizo reír y emocionar al público. Del cielo cae una gota, y otra, y otra, y el clown intenta cazarlas en un cubo, pero el cubo está agujereado.
Con sencillos juegos de manos, donde el humor tiene más peso que la magia, el artista barcelonés despliega un espectáculo que atrapa a los espectadores de todas las edades desde el primer momento. A media función, el mimo hace salir a un niño al escenario, con quien continúa un buen rato el espectáculo. “Y le hace hacer lo que quiere. El espectáculo de mañana será exactamente igual”, asegura su colaboradora, Núria Campos. Al cabo de un rato, es una joven del público quien colabora. Y el resultado es igual de divertido.
Txema Muñoz no consigue atrapar las gotas, pero sí consigue recibir un gran aplauso, con el público en pie. Gota se estrenó en la Mostra de Igualada y ya ha viajado a Italia, Portugal, Alemania... “Y ahora iremos a México, el Reino Unido e Irlanda”, refiere el artista. “Como no hablo, puedo ir a todas partes”, declara Muñoz. Y este “a todas partes” son ya 25 países con este espectáculo y los anteriores.
Perejaume : “La diversidad se ha dividido por nueve”
Perejaume considera que el público cada vez es más homogéneo y menos interesante. Y por ello recupera un texto que publicó en el año 2008, precisamente para reivindicar la heterogeneidad de los espectadores, El potser com a públic, para inaugurar la temporada de la sala Beckett. “Presentamos una propuesta muy limpia, con tres actrices que hacen de público y que leen un libro del 2008, cuando todavía no había tanta maquinaria para conseguir estos públicos mayoritarios y homogéneos”, declara el pintor y poeta. “El público no es neutro. Pensé en estos públicos variados, heterogéneos, minoritarios... a partir de los Cants d’Abelone de Vinyoli, que ya dice eso. Es un poema impresionante y a partir de él hice este texto”. Y concluye: “En 200 años la población se ha multiplicado por nueve, pero la diversidad se ha dividido por nueve”. El espectáculo El potser com a públic se representa el 15 de septiembre en la sala Beckett (20 h), con las actrices Sílvia Bel, Ainara Elejalde y Anna Maluquer.