Europa no puede convertirse (o encaminarse a ser) un continente-museo. No puede ser el ente que, ante cualquier tendencia o producto o mercado, duda ergo regula. Que mantiene el mercado único para el acero pero luego cada país aplica regulaciones diferentes para el mercado digital o la protección de datos. Han coincidido en la pesadumbre este viernes en el Hay Festival de Segovia el ex primer ministro italiano Enrico Letta, que acaba de publicar Europa: última oportunidad, y el ex viceprimer ministro británico Nick Clegg, en su día uno de los más fervientes opositores al Brexit.
El diagnóstico de ambos fue demoledor para el continente, mientras los móviles del público recibían alertas de aquello que está pasando a 3.000 kilómetros. Rusia provocando (o algo más) con sus drones en las fronteras de Polonia.
“No nos damos cuenta de lo que ha pasado en los últimos 30 años. El mundo es totalmente diferente. Italia tenía un peso económico como el de China e India juntas”, cifró Letta.
“Sólo hace falta mirar el PIB de Europa y el de Estados Unidos. Nosotros no estamos revitalizando nuestra economía, no hay ninguna compañía europea entre las 10 primeras y quizás no hay ninguna ni siquiera entre las 100 primeras, apenas hemos creado empresas relevantes en los últimos años. Quizás Spotify y alguna del sector de la defensa. Nada más”, terció el británico.
No estamos revitalizando nuestra economía, no hay ninguna compañía europea entre las 10 primeras y quizás no hay ninguna ni siquiera entre las 100 primeras
“Los americanos -abundó- nos desprecian bastante, ya lo hacían las novelas de Henry James, pero ahora Trump es una gran oportunidad para que Europase reinvente”. “Es urgente y apremiante, estamos a punto de convertirnos en un continente museo”, alertó.
En la misma línea, Letta recordó que “el tamaño importa: un operador de telefonía China tiene 467 millones de usuarios, uno americano tiene 107 y los operadores europeos tienen 5. El tamaño es importante en un mundo global”.
Un sector clave, expuso, es el financiero, en el que Londres habría sido la capital europea de no haber sido por el Brexit: “Las decisiones tienen consecuencias, y vemos el declive financiero de Europa. Londres iba a ser el centro financiero de Europa, pero ahora simplemente somos una colonia de Wall Street. Todos pagamos con tarjetas de crédito americanas y eso es porque italianos no quieren usar una tarjeta francesa ni los alemanes una española, de manera que todos trabajamos con tarjetas americanas y las comisiones y el mercado se lo quedan ellos.
Londres iba a ser el centro financiero de Europa, pero ahora simplemente somos una colonia de Wall Street”
Pero el italiano fue propositivo. Acaba de publicar un libro en el que ofrece algunas recetas. “Debemos crear lo que yo llamo el Régimen 28, un régimen común para Europa. No podemos tener una unión que vaya contra sus miembros. No puede ser que una pime europea necesite abogados distintos para cada país. Yo propongo el Régimen 28, en el que importen más los reglamentos que la directivas, porque las directivas se aprueban en Bruselas y después cada país las adapta, con lo que se vuelve a fragmentar.
No ha suido la única mesa de operaciones del Hay Festival que ha tenido a Europa como paciente. Míriam González Durántez, abogada especializada en derecho europeo y fundadora del movimiento España Mejor, expuso a preguntas del periodista de La Vanguardia Sergio Vila-Sanjuán sus puntos de vista sobre la delicada situación del continente.
“Europa son unos valores, los de la ilustración, el compromiso, y es la idea de ser más fuertes juntos. También es estado de derecho. No podemos permitir que Europa caiga, para las nuevas generaciones”, opinó.
Europa son unos valores, los de la ilustración, el compromiso, y es la idea de ser más fuertes juntos”
“Es un momento peligrosísimo, falta un sentmiento de urgencia. Pero no nos ponemos de acuerdo en casi nada. Hay cosas básicas en que de manera desesperante no se ponen de acuerdo”, añadió, en referencia a los gobiernos nacionales.
En el plano interno, González Durántez expuso que España Mejor “nunca será un partido político”, pese a que se sitúa en la órbita del liberalismo, a medio camino entre los dos grandes partidos estatales.
España Mejor se limita, por ahora, a ofrecer posibles soluciones a la administración, de la vivienda al uso de la IA. La propuesta que mejor han recibido los partidos, dijo, es la de que haya educación financiera en los colegios.