Jay-Jay Johanson, bendita manera (★★★✩✩)

Crítica de POP

El crooner sueco presentó un par de temas de su 15.º disco, 'Backstage', entre gemas de su larga carrera

Jay-Jay Johanson, durante su actuación dentro del Mercat de Música Viva de Vic

Jay-Jay Johanson, durante su actuación dentro del Mercat de Música Viva de Vic

Xavi Torrent

Lugar y fecha: Teatre Ramon Montanyà (Vic) (17/IX/2025)

Valoración: ★★★✩✩

Cita de relumbrón en el Mercat de Música Viva de Vic. La sala grande de L’Atlàntida recibió con buena entrada a Jay-Jay Johanson, autor y cantante a quien, por cierto, ya pudimos ver el pasado mes de febrero en una sala de Barcelona. Desde entonces, el artista sueco ha lanzado un nuevo álbum, Backstage, que ya es el volumen número 15 de su trayectoria, y que presentó –aunque someramente, como veremos– a su paso por la capital de Osona. Los habituales y, de nuevo, más que inspirados Erik Jansson (teclado, piano) y Fredrick Wennerlund (batería) le acompañaron en un concierto de una hora y pocos minutos de recorrido.

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Desde la inicial Finally hasta el fin de gala también marca de la casa –Jay-Jay recibiendo aplausos mientras sonaba el My way interpretado por Sid Vicious en megafonía–, el público acogió con caluroso entusiasmo las evoluciones de un intérprete que, la noche en cuestión, notamos especialmente brillante en cuanto a desempeño vocal. Él sabrá por qué tan solo incorporó al repertorio un par de temas de su más reciente álbum, excelentes por otro lado, empezando por las artistas jazzísticas de Ten little minutes, todavía en el tercio inicial del bolo. Algo más allá, nos ofrecería también How long do you think we’re gonna last?, bello ejercicio en la distancia corta, tórrido al tiempo que contenido de alguna forma. 

Hay en Backstage más temas que merecerían una buena defensa en directo –pensemos en Rimbaud o Glue–, pero tampoco es cuestión de afear el señor Johanson que plantee los recitales a su bendita manera, teniendo en cuenta el alto octanaje de un set-list que se detuvo asimismo en un buen puñado de gemas que han cimentado la interesante trayectoria de este crooner contemporáneo. Es el caso, por citar unas cuantas, de la preciosa It hurts me so, trufada en este caso con referencias a la excelsa Plus fort que nous de Francis Lai y Pierre Barouh, la doliente She doesn’t live here anymore, o esa Whispering words facturada a capella, algo antes de la definitiva I’m older now.

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