A sus casi noventa años, a Woody Allen ya le da igual todo. Cuando alguien le pregunta por su vida personal, que se ha visto envuelta en varias ocasiones por el movimiento woke, ya sea por las acusaciones de abuso sexual de una hijas y por la boda con otra, contesta sin vacilaciones. No solo eso, sino que en sus libros ha abordado el tema de forma extensa, primero en sus memorias y, ahora, en su novela debut, ¿Qué pasa con Baum? (Alianza), recién llegada a las librerías.
Si bien este último relato es ficción, sus páginas rezuman ecos de realidad. Su protagonista, Asher Baum, es un escritor judío al que la industria editorial ha abandonado a su suerte tras hacerse pública una denuncia de abuso sexual. Su mundo profesional se tambalea, igual que su tercer matrimonio, que ya cojeaba antes de todo este embrollo. Afronta como puede las críticas pero empieza a sentir que está perdiendo el juicio, hasta el punto de que lleva un tiempo hablando solo.
¿Qué le motivó a escribir una novela en este punto de su carrera?
Siempre quise escribir una novela y nunca tuve tiempo para hacerlo mientras hacía películas. Después de cincuenta filmes, siento que es ahora cuando puedo dedicar más tiempo a ello. Nunca más volveré a ser joven, así que es el momento.
Nunca más volveré a ser joven, así que era el momento de escribir una novela”
¿Cómo nació el personaje de Baum? Habla a menudo consigo mismo. No sé si usted tiene la costumbre de hacerlo.
Baum un personaje completamente inventado. Y no, no hablo conmigo mismo. Es una obra de ficción completa.
¿No volverá a rodar películas? Dejó entrever en su día que Golpe de suerte sería la última. ¿No hay marcha atrás?
Estoy abierto. Si alguien quiere apoyar una película mía en las circunstancias adecuadas, lo haría. He tenido ofertas para hacer películas en otros países, pero ahora mismo no quiero. Aún así, lo consideraría.
Existen algunos paralelismos entre Baum y usted, como las acusaciones de abuso sexual que ha recibido. ¿Alguna vez consideró no tocar un tema tan delicado?
No, simplemente escribí la historia desde cero intentando ser gracioso, y siempre que tuve la oportunidad de ser gracioso, lo fui.
El cineasta Woody Allen junto a su esposa Soon-Yi
Su personaje se enfrenta a la cultura de la cancelación en el mundo literario, tal y como usted la experimentó en Hollywood y más tarde, con la publicación de sus memorias. ¿Profundizó en su experiencia personal para escribir su novela?
Ya he dicho que el movimiento Me-Too hizo cosas buenas para las mujeres, pero la cultura de la cancelación es una estupidez.
¿Cómo vivió esos tiempos de cancelación?
Era divertido ver a la gente seguir adelante, lo desorientados y frenéticos que estaban. Me pareció gracioso; no fue para tanto. Si me hubiera pasado antes, no habría sido bueno, pero para cuando llegué a mi edad y a mi estabilidad económica, había hecho tantas películas que en ese momento quería hacer teatro y escribir libros. Realmente me afectó muy poco. Cuando llegó, seguía haciendo películas y luego toda la industria cinematográfica se volvió loca, pero no tuvo nada que ver con eso. No hacer películas tiene más que ver con el streaming y los cines cerrados. Hoy leí en el periódico que un buen cineasta estrenó su película en cines un día y luego directamente en plataformas.
Cuando me cancelaron, fue divertido ver a la gente seguir adelante, desorientada y frenética”
Baum siente envidia de que su hijo adoptivo tenga más éxito que él. ¿Alguna vez ha pasado por un sentimiento similar?
Nunca he tenido ese problema; siempre he sido el de la familia que más ha estado en el ojo público y con las celebridades.
El plagio es otro tema que aborda en sus páginas
Nunca he estado involucrado en nada de eso. Cuando era comediante de cabaret, a veces otros comediantes me robaban los chistes, pero nunca me molestó y no lo considero plagio.
Imagen de archivo de Woody Allen y la New Orleans Jazz Band en el concierto inaugural del Voll Damm Jazz Festival en Barcelona, en 2023
¿Podría esta novela convertirse algún día en una película?
Sí, podría haber sido una película o una obra de teatro, pero es una novela. Si la hubiera convertido en película, podría haber sido una novela. Es un material perfectamente válido para usar como argumento para una novela.
¿En qué se diferencia su proceso creativo al escribir ficción de una película?
Es mucho más difícil escribir una novela que un guión de cine. No tienes que ser tan preciso. Puedo escribir si quiero (por ejemplo, “un marido llega a casa y quiere pedirle el divorcio a su mujer”), rodar la escena; si es interesante, buena, o si no, rodarla de nuevo. Pero en una novela tienes que hacerlo todo bien, muy preciso. Me resulta más difícil ser escritor.
No hacer películas tiene más que ver con el 'streaming' y los cines cerrados que con mi cancelación”
¿Habrá más novelas? ¿Es un experimento puntual o el comienzo de una nueva etapa?
Espero que sí. Me gustaría. Si se me ocurren otras buenas ideas, sería divertido. Me gusta el proceso de escritura, quedarme en casa, en mi cama, escribiendo; es muy cómodo. La vida de un escritor siempre ha sido buena, como ellos mismos te corroborarán.

