Javier Castillo sobresalta Canarias en 'El susurro del fuego': “Lo que más nos une es el dolor y la tragedia”

Novedad editorial

El escritor malagueño publica su octava novela, un thriller que invita a replantearse el estilo de vida

El escritor Javier Castillo, en Canarias, para la presentación de su novela

El escritor malagueñoJavier Castillo, fotografiado en Tenerife

Javier Castillo ( Málaga, 1987) tiene lectores –2,5 millones hasta hoy– y caché de sobra como para merecer ver plasmadas algunas de sus novelas en la pantalla. E incorpora tantos asesinatos y muertes violentas en todas ellas como para que Netflix le consulte y le haga elegir, de entre los numerados en un catálogo, el cadáver que mas le plazca. Hoy en día el autor combina esta faceta con la de escribir y con la publicación de su octavo thriller, El susurro del fuego (Suma / Rosa dels vents).

En su última obra tampoco faltan asesinatos, suicidios, accidentes de coche. “Por mucho que nos cueste aceptarlo, lo que más nos une a todos es el dolor y la tragedia”, se justifica al autor. Eran ingredientes ya omnipresentes en sus primeras lecturas, como Diez negritos , de Agatha Christie, cuando tan solo era un crío de nueve años.

“Experimenté aquella sensación de decir, ‘ostras, me ha estado engañando todo el rato con el asesino’... ¡Yo también quiero engañar!”, dice con fascinación. Cumplió enseguida y, bien joven, se animó a escribir: “El primero se llamaba Cuatro negritos , que se inspiraba en Diez negritos, y se convirtió en un hobby, de manera tal que leía un libro y justo después hacía mi versión corta”.

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La huella agathachristieana perdura muchos años después en El susurro del fuego. Giros de guion y engaños se suceden. Quien cae primero es Laura, astrofísica y melliza de Mario. Ella lo había convencido para que pasara unos días en Tenerife tras la última sesión de quimioterapia de su hermano. Pero Mario sufre una pequeña recaída. Serán solo dos días de ingreso. Cuando le dan el alta, Laura no aparece para recogerlo. Su cadáver yace en un paraje donde tiempo atrás se deslizaba la lava, la que fluye enérgicamente hoy en día bajo las islas Canarias.

Los guardias civiles Candela y Quintana investigarán su muerte; Mario recorrerá la isla para redescubrir una hermana hechizante.

El autor remueve la conciencia del lector para que se pregunte si realmente saborea cada instante de vida

La muerte siempre está presente en todas las novelas de Castillo, desde la primera, El dia que se perdió la cordura , pasando por La chica de nieve o El cuco de cristal . Todas habían sido ambientadas en Estados Unidos. En El susurro del fuego traslada el escenario a Canarias.

La cabeza de Castillo hizo un clic cuando, en una estancia con su familia en Tenerife, fue testigo ante la ermita de San Telmo, en Puerto de la Cruz, de cómo un muchacho extranjero sufría un bajón de azúcar. Una ambulancia se lo llevó poco después al hospital. “Seguro que tenían muchas expectativas en el viaje y de repente todo se estropea. Un día estás bien y al siguiente todo se va al traste”. En la ficción, esta pareja serán Laura y Mario. Y a partir de aquí el autor empezó a fantasear una historia “en un lugar único, donde a uno o dos kilómetros bajo tierra, corre un mar de lava, allí, rugiendo, a punto de cambiarlo todo”. Miren sino la erupción del volcán de La Palma, en el 2021...

La muerte en contraste con la necesidad de abrazar la vida es quizá el tema principal de la novela. El libro intenta remover conciencias y que el lector abra los ojos, en tanto que constantemente plantea si en realidad estamos aprovechando el tiempo. De algún modo busca que “avive la llama que tenemos dentro, que disfrutemos” de la vida. “¿Estoy viviendo felizmente? ¿Me esfuerzo por sentir el vaso de agua cuando me la trago?”, ejemplariza el autor.

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El escritor Javier Castillo, en Canarias, para la presentación de su novela “El susurro del fuego”.

Asís G.Ayerbe

Todo para exponer dos grandes preguntas. La primera: ¿que la muerte nos sea próxima hace que paradójicamente se reaviven las ganas de aprovechar la vida? La segunda: ¿somos tan pequeños e insignificantes qué liberados como estamos de responsabilidades supremas no seremos capaces de disfrutar de lo que se nos ofrece? “De dónde venimos, a dónde vamos”, escribe Castillo en el libro, quizá imbuido del Quienes somos de Siniestro Total.

Hay más contrastes: entre el amor y el odio, entre la religión y la ciencia. Y también paradojas en aspectos más mundanos ( ¿dónde se se visto que alguien como Laura, astrofísica, rece?) o situaciones más cotidianas: “Hablamos del divorcio porque nos amamos”, se lee en la novela por boca de los padres de Laura y Mario. “Incluso en el divorcio hay amor, porque queremos que a uno y al otro le vaya bien...”, razona el escritor.

“Por mucho que nos cueste aceptarlo, lo que más nos une a todos es el dolor y la tragedia”

Castillo es un autor superventas. Titubea cuando se le recuerda este punto: “ Bien... sí, sí...”. Luego aclara: “Es que es una suerte vender. Es una suerte alucinante que la gente te lea. Y escribir libros que la gente quiera leer. Creo que la calidad de alguien no define cuánto vende. Hay autores buenísimos –pero buenísimos– que tristemente no venden nada”.

Por muchas muertes y asesinatos que incluya en sus creaciones, el malagueño no es un escritor tan oscuro como parece. Escribe para entretener. El entretenimiento es lo que le empuja a escribir historias truculentas, pero también a expresarse mediante otros géneros totalmente diferenciados: “Ahora mismo estoy haciendo un libro infantil para mis hijos, pero con cero intención comercial, para que lo disfruten, para disfrutarlo yo con ellos y que rían por la noche cuando lo leamos en la cama”. A ver si se lo repiensa y lo vemos en las estanterías de las librerías...

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