Los deslucidos toros de Núñez del Cuvillo dan al traste con una corrida de enorme expectación

Feria de San Miguel

Morante deja su esencia y un natural inmarcesible; Roca Rey se justifica y esperanzadora alternativa de Javier Zulueta

Horizontal

El diestro Roca Rey lidia su segundo toro en la corrida de la Feria de San Miguel que se ha celebrado en la Plaza de Toros de La Maestranza de Sevilla 

Raul Caro / EFE

En el día más esperado, nada menos que Morante de la Puebla y Roca Rey en el cartel, Sevilla se despertó con cielo gris y amenaza de lluvia...que fue cayendo lánguida ahora sí, ahora no.

La temporada de los dos toreros que a su reclamo llenan las plazas, dos tauromaquias, dos personalidades tan distintas, se ha visto salpicada además por una rivalidad sobrevenida: que si una sustitución vetada, que si quítame allá un quite, que si fúmese un purito maestro. ¡Ay, las rivalidades en el toreo, antaño tan habituales, tan pasionales!. Por eso su (re) encuentro nada menos que en La Maestranza. como padrino y testigo respectivamente del la alternativa del sevillano Javier Zulueta, puso el “no hay billetes” hace ya semanas y a Sevilla llegaron gentes de todos los confines. Vamos, que si el aforo hubiera sido el doble, el lleno también estaba asegurado. Como ocurrirá el próximo 12 de octubre en Las Ventas, mañana y tarde, con Morante como sumo hacedor.

Aunque el genio de La Puebla encabezaba cartel, el toro (de Núñez del Cuvillo como los cinco restantes) que abrió plaza y como manda el Reglamento correspondió a Javier Zulueta, el toricantano, tal como se llama en la rica terminología taurina a quien toma la alternativa.

Horizontal

Roca Rey recibe una cogida de su segundo toro 

Raul Caro / EFE

Zulueta, hijo y sobrino de los alguacilillos que cada tarde abren el paseillo en La Maestranza, da el paso a matador cumplidos los veinte años el pasado mayo y después de una rápida e ilusionante etapa novilleril.

Con dos airosas chicuelinas y mecidas verónicas recibió Zulueta a “Lanudo” y luego lo llevó con garbo al caballo del picador, que midió el castigo.

Morante, ceremonioso, le ungió matador en presencia de Roca Rey previo a que Javier Zulueta brindara a su padre entre la emoción de todos.

Inicio de faena de toreo por bajo y una buena serie en redondo que el toro tomó con buen aire y menos en la siguiente. Subió el tono en los naturales, tirando de las embestidas con templanza y largura, aunque más apagado el de Cuvillo, que recuperó fuelle cuando Zulueta cambió de mano. Ayudados por alto finales antes de que la espada se llevase la posibilidad de premio.

Horizontal

El diestro Javier Zulueta con su primer toro 

Raul Caro / EFE

Desentendido de capotes y voces, costó fijar al segundo que no permitió el mínimo atisbo de lucimiento capotero a Morante y al que tampoco cambió su comportamiento en varas, para mosqueo del personal y amostazado gesto del matador.

Tomó la muleta y estoque de verdad Morante, lo probó por aquí y por allá, el toro siguió a lo suyo y con habilidad acabó con lo imposible.

Se protestó la salida del tercero, que tenía una herida abierta en la parte superior de la pata izquierda y Roca Rey se estiró a la verónica entre pitidos y palmas de tango. Cabreo general y el usía que sacó el pañuelo verde.

Horizontal

Morante de la Puebla con su primer toro 

Raul Caro / EFE

También de Núñez del Cuvillo el sobrero, casi 600 kg su peso, que en el segundo lance hizo trizas el capote de Roca Rey y empujó con fijeza en el caballo, medido el castigo. Zulueta, previa aquiescencia de Morante pues era su turno, entró en quites por delantales y una ovacionada media.

Antonio Chacón puso dos soberbios pares de banderillas y saludó la ovación.

Toro con poder e inicio de faena de Roca con derechazos firmes las zapatillas pero sin acabar de atemperar las embestidas, que por el pitón izquierdo fueron sin entrega.

Por eso el diestro peruano retomó la diestra y ahí sí consiguió el embroque buscado. Acabó ya metido en terrenos de cercanías y falló a espadas.

Horizontal

Javier Zuloeta (d) toma su alternativa apadrinado por Morante de La Puebla (c) y Roca Rey (i) como testigo 

Raul Caro / EFE

Retomado el orden del cartel, el cuarto turno volvía a ser para Morante, en blanco en el anterior y con la esperanza de todos de que “en este va a ser”. Y Morante, como del relámpago, de rodillas una tijerilla y en pie chicuelinas de arrebato y la media arrebujá. La Maestranza en pie, claro.

No salió bien el quite tras la primera vara pero la media verónica a pies juntos de cierre fue cualquier cosa.

Muy cerrado en tablas el inicio por alto a dos manos, un cambio monumental y adornos de maravilla. El toro con sus chisbiribís. Naturales inmensos, por ajuste y trazo, y uno sobrenatural.

Sonaba “Suspiros de España” y Morante seguía en lo suyo, tragando y aguantando miradas de un toro que no regaló una embestida, incierto como él solo. Media y descabello para finalizar una faena de tremenda apuesta y golpes de emocionante belleza. La ovación unánime que recogió Morante lo valoró.

Horizontal

Morante de la Puebla, durante la corrida 

Raul Caro / EFE

Lo más lucido de los primeros tercios fueron los pares de banderillas que colocó ” Viruta”, obligado a desmonterarse.

Tras un par de intentos baldíos pues el toro se desentendía Roca Rey , de rodillas, hilvanó una serie de derechazos que acabó en voltereta sin consecuencias. Se puso con la izquierda y los muletazos resultaron deslavazados pues el toro, como en la canción de Aute ( que sentenció aquello de: “la Humanidad se divide en dos, los aficionados a los toros y los marcianos) simplemente ” pasaba por allí”. Espadazo y ovación final al esfuerzo.

Poco a mencionar en la lidia del sexto antes de llegar al último tercio. Zulueta se dobló con él de inicio para seguir toreando en redondo aguantando con firmeza algún que otro parón del toro, siempre con la cara alta y sin fijeza, lo mismo que en los naturales. Estocada y punto final a una corrida de gran expectación y que solo el esfuerzo de los toreros ( y un natural eterno de Morante) evitó que fuera decepción, pero casi.

Por cierto, de la mencionada rivalidad entre Morante y Roca Rey ni un solo signo, antes al contrario, abrazo de soslayo entre ambos durante el tercio de varas del sexto...aplaudido por los perspicaces de entre el público.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...