La Roma que la Abadia de Montserrat y el Festival de Peralada se proponen conquistar esta semana, a base de música catalana, se sale del recorrido turístico y acaso también del de ese viajero que está siempre dispuesto a penetrar en palacios barrocos y renacentistas con más historia que el propio tiempo. El Palazzo di Spagna, por ejemplo, que alberga la embajada estable más antigua del mundo, la de España ante la Santa Sede; o la embajada española en Italia, esto es, San Pietro in Montorio, que alberga el Tempietto de Bramante, esa pequeña obra maestra del Renacimiento en forma de templo circular que financiaron los Reyes Católicos.
“Quien estudie la historia del arte encuentra ahí un lugar de unción”, dice Oriol Aguilà, director artístico del Festival de Peralada, el que ha estado peinando la Ciudad Eterna en busca de lugares adecuados para una producción musical en petit comitè. Peralada habrá visitado una docena, para al final quedarse con los citados, más la Reale Accademia di Spagna a Roma, para una conferencia, y la Casa dei Cavalieri di Rodi para otro concierto... Situado en el Foro de Augusto, en el corazón de Roma, el origen de esta se remonta al siglo XIII, cuando los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, conocidos también como los Caballeros de Rodi, establecieron su residencia. Hoy la ocupan sus sucesores históricos: la Orden de Malta.
”¡Yo no he visitado aún la Orden de Malta! Sé que tiene unas vistas preciosas, ves el Vaticano... un lugar tremendamente especial”, confiesa el director de Instituto Cervantes en Roma
“¡Yo no la he visitado todavía, la Orden de Malta! Sé que tiene unas vistas preciosas, ves el Vaticano..., es un lugar tremendamente especial”. Lo confiesa el escritor Ignacio Peyró, actual director del Instituto Cervantes en Roma, quien ha cedido la sala Dalí para la presentación a los medios de este Puente Sonoro entre Catalunya y Roma. Del 1 al 3 de octubre, los artistas y creadores que mejor representan la historia de Peralada -Vespres d'Arnadí, Sara Blanch, Cantoría, Bernat Vivancos, los Kebyart...- tendrán su momento singular en alguno de esos espacios ignotos que se han cedido graciosamente para la ocasión. Harán sonar entre otras, músicas de Mateu Fletxa o Domènec Terradellas. O incluso del Llibre Vermell que entonará la Escolania de Montserrat al clausurar el mini festival junto a la Capella de Música de Montserrat dirigida por Pau Jorquera y la voz de la propia Blanch.
Esa traca final tendrá lugar en clave sobria en la austera Sant'Anselmo all'Aventino, en la colina del sur de Roma, desde la que, de nuevo, las vistas aturden. Aunque parezca extraño, la Escolania ha sido invitada con anterioridad por otras iglesias romanas pero esta es la primera vez que lo hace su misma orden benedictina, esa universidad pontificia por la que han pasado todos los monjes de Montserrat, han aprendido protocolos seculares y se han puesto al día de las liturgias.
Aunque parezca extraño, la Escolania ha sido invitada con anterioridad por otras iglesias de Roma pero esta es la primera vez que lo hace su misma orden benedictina
No hay más que ver lo confiado que se siente en Roma el padre Bernat Juliol, comisario del Mil·lenari de Montserraty ahora embajador de la cultura musical catalana y la vida espiritual de la Abadia en Roma, ciudad en la que pasó dos años de su vida y de la que aún recuerda el atardecer anaranjado de octubre... “Si habré visto de veces ese hermoso tramonto, y solo ocurre en este mes...”. Es un martes soleado en la vibrante Piazza Navona en la que la sala Dalí del Instituto Cervantes se mira de frente con la iglesia de Sant’Agnese in Agone, de Borromini, y con las fuentes de Bernini que hacen honor al poder de la iglesia en los cuatro continentes.
Una vista de la sala Dalí del Instituto Cervantes de Piazza Navona, con abundancia de turistas este martes, 30 de septiembre
Los medios locales atienden a las explicaciones aunque no tienen mucho que preguntar. Les queda claro que este no es un festival con el que vender entradas -se contará con públicos reducidos de invitados-, sino una forma de darse a conocer y, con ellos, la cultura, la música catalana o por intérpretes locales. Y de dar a conocer una comunidad de monjes que se remonta a mil años ininterrumpidamente. “Bueno, se lo explicaba el otro día a un alto cargo de cultura de la China y me dijo que éramos unos jovencitos”, apunta el risueño Juliol en un aparte.
La edad también es relativa en la ciudad del Coliseo y el Panteón romanos, pero ello no quita que mil años cantando -700 hace que se fundó la Escolania- y componiendo impresionen. ”Ellos tienen mil años y nosotros solo 40, pero aquí empieza una gran amistad -confirmaba Aguilà-. Venimos a presentar unas credenciales de la cultura catalana que son excepcionales. Nosotros siempre tenemos la maleta hecha, y es un honor ser el compañero de viaje del símbolo de nuestro país que es Montserrat, una referencia absoluta cultural y musical”.
Esta es una misión diplomática-musical, una forma de crear red de colaboración futura con teatros e instituciones en Italia”
Peralada, confesaba el director artístico, tiene un gran altavoz en Francia, Alemania, Austria, Inglaterra... “pero justamente de Italia, que es la patria de la ópera, no tenemos tanto público que acuda a Peralada. Y pensamos que este podía ser un buen punto de encuentro con otros teatros y el circuito operístico para hablar de producciones futuras”. El sentido principal es la celebración de nuestros respectivos aniversarios, que coinciden con el Jubileo del Vaticano. Pero las raíces mediterráneas es algo que hay que reivindicar más que nunca. Esta es una misión diplomática-musical, una forma de crear red de colaboración futura”.
Es con este espíritu que venimos a explicar cómo la vida monástica participa de la construcción de la sociedad europea”
Por su parte, el padre Bernat Juliol defendió este desembarco no solo como ejemplo de la vida en Montserrat, “sino de tota la vida benedictina. Es un ejemplo de construcción de Europa, la construcción de San Benedetto, la sociedad más justa y solidaria, siempre en progreso. Es con este espíritu que venimos a explicar cómo la vida monástica participa de la construcción de la sociedad europea. Ya lo hemos hecho en el Parlamento europeo y también en París. Y ¿por qué Roma? Por el Jubileo y porque es el capo di chiesa. En tanto que Iglesia, Roma es una ciudad de nivel cultura muy elevado y este jubileo es de la esperanza. Yo siempre hablo del Monasterio de Montserrat y lo benedictino como un dúo de esperanza, para que se entienda Montserrat como ese lugar de esperanza”.

