El padre Gregori Estrada (Manresa, 1918-Montserrat, 2015) murió casi centenario y habiendo dejado acabada su obra de vida, esto es, su particular lectura de los cantos y las danzas del Llibre vermell de Montserrat , en cuyas partituras de notación mensural descifró lo que probablemente son indicaciones coreográficas. Pasos que los peregrinos que visitaban el monasterio podían seguir al celebrar los cánticos montserratinos.
Y es que este códex del que se desconoce el nombre original –le faltan las primeras páginas y fue al encuadernarse a posteriori que se le denominó por el color de las tapas– había surgido de una necesidad: la de compendiar todo lo necesario para atender a los peregrinos esos dos o tres días antes de que emprendieran camino de regreso, a pie, en mula o a caballo.
Los pasos que en los setenta bailó el Esbart Dansaire de Rubí quedan ahora fijados en la nueva edición
“Los monjes les acogían, les daban de comer... había que fijar la confesión, el calendario... –explica el padre Efrem de Montellà, monje de Montserrat–. Y como los peregrinos a menudo querían cantar y bailar y no todas las músicas eran adecuadas para un lugar sagrado, se les proponían por medio del códex una decena de cantos, unos originales y otros más conocidos a los que los monjes les cambiaban la letra para que hablaran de un hecho más religioso”. “En este sentido –añade–, es una foto de un momento musical, pues es una época de transición entre la música monódica y la polifónica”.
Presentaron ’El Llibre vermell de Montserrat. Estudi i transcripció dels cants i les danses', de izq. a dcha., Arnau Farré, jefe de publicaciones de Tritó Edicions; el padre Efrem de Montellà, monje de Montserrat y Prefecto de la Escolania; Josep Maria Gregori, musicólogo y miembro del IEC, y Martí Beltran, musicólogo y autor de la introducción del volumen
El códex medieval de 1399, que es una suma de códigos, entre los que hay textos tradicionales y otros de carácter teológico, incluye esos pliegues de folios musicales que se han hecho conocidos internacionalmente y que desde el siglo XIX han sido objeto de estudio por parte de musicólogos de todo el mundo, con la impagable labor de Jordi Savall. Han sido incluso adaptados en clave de jazz, pop o rock, lo cual, como indica Arnau Farré, de Tritó Edicions, prueba la vitalidad de esos textos.
El libro fue útil unos cien años, pero textos y melodías necesitaron ser revisitados y traducidos. Entonces el códex pasó al archivo del monasterio, y se luce ante las visitas ilustres. En cualquier caso, se conserva de milagro, pues antes de la guerra del francés lo tomó prestado el marqués de Llo, que era presidente de la Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona, y no lo devolvió, lo cual lo salvó del incendio causado por las tropas napoleónicas del general Suchet que arrasó el monasterio (la Moreneta se salvó porque estaba desnuda).
La portad de la nueva edición con el anexo con la transcripción de la partitura a la notación moderna
Gregori Estrada añade un eslabón a la cadena de lecturas de musicólogos, pero se fija por primera vez en esos leves signos que hasta entonces se habían dejado de lado, sin descifrar, y que a él le sugieren un patrón. El medio siglo que dedicó al estudio del códex le permitió establecer a ciencia cierta que ese patrón indicaba movimientos coreográficos para los peregrinos.
De entre esa decena de signos que se repiten en medio de una notación mensural, aún en los albores, hay, por ejemplo, la barra vertical en el pentagrama (entonces no se utilizaban) que a todas luces indica un cambio de sentido.
En los años setenta, medio siglo atrás, el padre Gregori Estrada propuso poner en práctica esos signos con la participación del Esbart Dansaire de Rubí, que bailaba mientras la escolanía cantaba. El estudio toma forma canónica ahora en esa flamante edición que llega acompañada por un anexo con la transcripción musical en notación moderna y la justificación “científica” del descubrimiento. Gregori Estrada falleció a los 97 trabajando en este manuscrito, y es con ocasión de la celebración del Mil·lenari de Montserrat que la escolanía lo ha grabado y ha celebrado un concierto con el Esbart Dansaire de Rubí en la basílica. Se puede ver en YouTube, y el disco está en Spotify.


