¿De qué huye la IA?

En la novela gráfica Bios in ­search of Zoe (Actar, 2025), Assia Crawford ha conseguido algo que nadie había logrado hasta la fecha: un volumen de viñetas con dibujos coherentes, con personajes que no cambian de cara, con una estética única –en sobrio blanco y negro—; todo ello creado, a partir de su propio guion, con inteligencia artificial. 

Su cómic se suma a una incipiente tradición. El año pasado, Dave MKean (famoso por sus dibujos de Batman) se autoeditó el heterogéneo Prompt: Conversations with AI, en el que experimentó con el Poema de Gilgamesh, las nuevas herramientas de creación de imágenes, el collage y sus propias interacciones con un chatbot, para pensar en voz alta sobre esa vanguardia inesperada.

Horizontal

Tyler Robinson, el asesino de Charlie Kirk 

PATRICK T. FALLON / AFP

Un poco antes apareció en el parisino y pionero sello JBE Books otro cómic significativo, Out­side. Between art and hallucination, de K Allado-McDowell e Ilan Manouach, con menos unidad en la fisonomía de los personajes, pero con una gran belleza multicolor en los paisajes de ciencia ficción, el género que predomina en ese nuevo arte.

Los tres cómics incluyen un texto en el cual sus creadores humanos explican, justifican, argumentan: se defienden. Manouach dice en el suyo: “Debemos recordar que los autores de cómic nunca se limitaron a solo producir imágenes. Esos artistas han estado haciendo y contribuyendo a fabricar sistemas”. Su artesanía ha evolucionado según diversas formas de producción, marcos laborales o herramientas tecnológicas. Ahora entra en una nueva fase. En una dimensión nueva. La historia de la fotografía o la televisión o Photoshop o Auto-Tune, que también sufrieron oposición en sus inicios, nos recuerdan que rechazar las nuevas herramientas no tiene ningún sentido, si han llegado para quedarse.

Los tres cómics incluyen un texto en el cual sus creadores humanos se defienden

En Medios calientes. Las imágenes en la era del calor (Caja Negra), Hito Steyerl se fija en los personajes de los primeros vídeos de alta calidad producidos con Sora: abundan los personajes corriendo, de espaldas al espectador. Esa opción se debe a motivos técnicos (“los rostros no salen bien, ni tampoco los movimientos humanos”), pero la artista y ensayista alemana interpreta el esprint en clave simbólica: se trataría de “una representación literal de la carrera por la IA o, más precisamente, por una inteligencia artificial general”.

Lee también

En el asesinato de Charlie Kirk se ha hablado mucho sobre videojuegos, Reddit y Discord y poco sobre que su presunto asesino, Tyler Robinson, fue capaz de realizar un disparo certero desde 137 metros de distancia porque estaba familiarizado desde niño con las armas de fuego. Siempre hay algo más poderoso al otro lado de la pantalla, en el campo de los cuerpos y los símbolos. Esos personajes generados por algoritmos no solo representan la loca carrera por la singularidad: también huyen de nosotros. Y si no queremos acabar siendo nosotros los perseguidos, deberíamos empezar a integrarlos en serio.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...