El Romanticismo, que se desarrolló a principios del siglo XIX, tuvo repercusión en todas las artes. La literatura, la música, la pintura, la arquitectura, la filosofía o las ciencias sociales reflejaron este movimiento que apostó por la exaltación de lo sobrenatural, los sentimientos, las tradiciones y la naturaleza. Si entre 1800 y 1850 hubiera existido el cine, Guillermo del Toro y su Frankenstein se hubieran convertido en el máximo exponente de lo romántico.
La novela de Mary Shelley ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones. Algunas versiones son excelentes como El doctor Frankenstein, la clásica película que James Whale rodó en 1931 con Boris Karloff en el papel del monstruo; la de Kenneth Branagh de 1994, donde el director británico se reservaba el rol de médico y Robert De Niro se convertía en su criatura construida de retales humanos, o la hilarante El jovencito Frankenstein, de Mel Brooks (1974).
'Frankenstein', de Guillermo del Toro
Pero Del Toro ha filmado ahora la versión definitiva. Su Frankenstein respira el romanticismo de la obra de Shelley por todos los poros. Los encuadres son un cuadro de Caspar David Friedrich. La música emula a Beethoven o Schubert. El doctor Victor Frankenstein da vida a su monstruo en una increíble construcción medieval junto al mar. La naturaleza es también el gran escenario de la película donde las novedades científicas y la filosofía de Friedrich Schelling hilvanan un guion en el que cabe hasta la poesía de Lord Byron.
La cinta, que cuenta con Oscar Isaac, Jacob Elordi, Mia Goth, Christoph Waltz y David Bradley en el reparto, llegará en octubre a la cartelera española y ya ha pasado por el festival de Sitges. El Frankenstein de Del toro arranca en el Polo Norte. Un barco danés ha encallado en el hielo. La tripulación avista a lo lejos a un hombre herido al que logra salvar. Le persigue un monstruo de fuerza desmedida.
El herido dice llamarse Victor Frankenstein y cuenta su historia: su desdichada infancia sufriendo los abusos de su padre, un cirujano perfeccionista que le inculcó el interés por la medicina. Su decisión de crear una criatura inmortal para superar la muerte. Su enamoramiento de la bella novia de su hermano pequeño. Y la inesperada ayuda económica de un pariente de la chica que le permitió desarrollar su macabro proyecto. Y cómo ese experimento se volvió en su contra...


