Los Pecos excitan el Sant Jordi

Escenarios

El dúo madrileño de los años 70 devolvió al público a la adolescencia

Los Pecos, este domingo en el Palau Sant Jordi

Los Pecos, este domingo en el Palau Sant Jordi

Mane Espinosa

“¡Esta noche regresamos a la adolescencia!”, se promete Encarni Soria, acompañada de su hermana Rosa, fans de Los Pecos desde siempre, o sea cincuenta años. Los maridos en casa, las fans llenando el Sant Jordi –aforo reducido y aún así unos 8.000 espectadores– y ellos, Los Pecos, los hermanos Francisco Javier Herrero y Pedro José, 128 años, cantando dos horas en un show sin complicaciones.

Volver a sentirse adolescentes dos horas, ni más ni menos. La nostalgia vende entradas y Los Pecos las agotaron anoche de modo que ya han programado otro Sant Jordi el 28 de diciembre, día de los santos inocentes y de los fans de Los Pecos, cuya entrega sigue siendo remarcable. ¡Y que fidelidad!

Los Pecos ya no lucen melena ni pantalones acampanados y con los años han ganado rostro de país razonablemente desarrollado. Hoy son dos artistas muy profesionales que visten de oscuro, como los cantantes de postín y del vecino país francés.

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Pedro José –el rubio no, el otro– se emociona al saludar a Barcelona, “esta ciudad que tanto nos quiere”. ¡Y le adora! La misma ciudad, la misma montaña, en la que una adolescente de 15 años perdió la vida un día de abril de 1980 en que Los Pecos actuaban en el teatro del parque de atracciones de Montjuic. Una estampida. “Estuve en aquel concierto, aunque la mayoría ni nos enteramos de la tragedia. Venía pensando qué pena, porque aquella chiquilla estaría hoy aquí, como todas nosotras”, señala Encarni Soria.

El público baila, se levanta y es capaz de tararear todas las canciones, cuyas letras –dicen– son bonitas, nada obscenas –a diferencia de algunas de ahora– y dan pisto al amor, que, como los árbitros de fútbol, unas veces te da y otras te quita.

Los hermanos, madrileños, capitalizan con toda dignidad vocal los buenos recuerdos de adolescencia y una puesta en escena sobria a la par que elegante, como decían los dependientes de las zapaterías para convencer al cliente.

Pedro compuso y compone “con veinte, con 30 y con 63 años y me gustaría seguir haciendo canciones pero ningunos tienen la magia como las de los primeros años”. Y atacan Juani, puro Pecos, seguida de Y te vas, canciones sin grandes complicaciones que, sin embargo, no incurren en lo cursi.

Los Pecos lo dieron todo, las fans también. El Sant Jordi vivió eso que llaman conexión, comunión y cosas por el estilo aunque no es exagerado hablar de una fusión de principio a fin cuya máxima expresión aconteció con dos de las canciones más célebres de la transición española (dejando aparte el Madre, dedicado como su nombre indica a las madres que lo daban todo). Nos referimos a Háblame de ti: público dando saltos y coreando, ovación en pie de cinco minutos y gritos de “!Pecos! ¡Pecos!”. La canción reivindicaba en 1979 escuchar al otro...

Y la traca final con Acordes, esa canción en la que se ensalza el insomnio por imperativos amorosos: “Yo no dormía y al rato moría por estar ausente de ti/ Al día siguiente nacía y luchaba por sobrevivir”.

¡Qué manera de pasarlo bien la de Los Pecos y sus fans! A unos y a otros los años le están sentando bien.

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