Parece que fue ayer cuando Manolo García emprendió vuelo en solitario con los Pájaros de barro que se convirtieron en su primer éxito al margen de El último de la fila. Una carrera que continúa viento en popa un cuarto de siglo después con Drapaires poligoneros, décimo álbum del músico del Poblenou amarado con la poesía críptica de la que se desprenden llamadas a tomarse la vida con más calma, poner en duda los beneficios del progreso y un recordatorio de que el amor no entiende de violencias. Nuevos relatos para adornar la gira de teatros que arrancará este domingo, y en la que Manolo, encadenador irredento de ideas y adjetivos, recuperará Arena en los bolsillos para interpretarlo en su práctica totalidad.
Usted publica libros, pinta, ha resucitado El último de la fila y ahora presenta nuevo disco ¿Cómo encuentra tiempo para todo?
Toda esta actividad representa una búsqueda de atemporalidad, de existir en un mundo mío donde puedo alejarme de las cuitas mundanas que a todos nos enerva, nos estresa y vapulea. Busco un territorio propio, íntimo, y al final te dedicas a ello y te das cuenta de que no sólo te complace sino que el resultado de esa energía y tiempo que utilizas en escribir, en pintar, complace o entretiene a otros, consigue que también detengan su reloj. Cualquier propuesta artística tiene esa gran capacidad de envolvernos y conseguir que nos olvidemos de cosas mundanas que nos son muy ajenas. Pero hay obligaciones que envuelven nuestro día a día que detestamos, son un peso atado a nuestros pies que nos hunde, especialmente para las personas que hacen un trabajo que no es de su agrado. Por eso hay que buscar salvavidas para no malvivir, para poder vivir un poco cada día, no esperar a vivir en agosto o Navidad.
Manolo García, en la librería La Mistral de Madrid, donde tuvo lugar la entrevista
De eso va el tema El día de hoy
Solo tenemos el instante, no por obvio es menos cierto, tengo que vivir intensamente, aprovechar, pero decirlo es muy fácil y hacerlo otra cosa. La música o la literatura lo hace más fácil, no hace falta estar todo el rato recogiendo cuerda, ¡venga, tengo que vivir, tengo que estar contento! Si el autor que estás leyendo te capta, estás viviendo.
Se diría que usted vive componiendo, porque firma 15 temas de prolongadas estrofas.
Tengo un poco de incontinencia, pero es mi carácter (ríe), soy una persona con energía y por suerte para mí no he perdido la ilusión con el paso del tiempo, cuando vas viendo el pastel y a veces te desilusionas. He tenido la suerte de tirar por el camino de lo que te aporta, lo que te lleva a una situación de paz, lo que llamo pacificarse a ti mismo. A veces, incluso de los círculos más cercanos de las amistades, llegan estímulos que no te pacifican sino que te enervan.
¿Qué estado anímico refleja este disco?
Tengo mi mundo donde busco que haya más días luminosos que oscuros, pero a veces hay instantes que son lastrantes, coñazo. ¿Por qué la gente a la que votamos para que organicen el tráfico, y a los que pagamos en forma de impuestos, no hacen que el resto de gente que tiene menos salud o que no tiene trabajo pueda también respirar, sentirse menos angustiada, vivir y no mal vivir, no estar aterrorizados?¿Cómo no regulan el mercado laboral, cómo no hacen que haya una justicia social, cómo hay mandatarios que maltratan a sus propios súbditos? Esto es una jungla de fieras.
Es lo que canta en Pequeña ingenua reflexión
Ya dejo claro que es una ingenuidad por mi parte, pero no me avergüenzo de hacerlo. Soy un poco ingenuo, infantil o naif, pero me va muy bien serlo, perder esta costra de dureza de madurez o veteranía. No, yo soy un niño, cuando hago canciones estoy jugando, en un concierto juego junto a la gente en un juego muy inocente y quiero pensar que muy beneficioso, porque tengo grandes decepciones en el día a día. Estamos dando el callo, trabajando, y luego repercute mucho menos de lo que debería en el bien de la sociedad. En democracia sobre todo debería ir todo como un reloj, sota, caballo y rey.
Canta en catalán Drapaires poligoneros, que da título al disco
Estoy impregnado de la lengua y la cultura catalana, y me ha parecido bonito utilizar el catalán porque en este estado nuestro hay cuatro lenguas oficiales. Es obvio que la diversidad de culturas enriquece, mientras que el estreñimiento de culturas, el ir acortando y quitando, masificándonos en una línea de salida, es un error.
Me gustan las culturas, cada una con lo suyo, me gustaría visitar China, a donde no he ido nunca, y encontrar un mundo diferente. Pero si las autovías son iguales, las marcas comerciales de comida americana o de ropa europea son iguales, qué aburrimiento. Eso de globalizar me parece una burrada, un retroceso de la humanidad. En Pequeña e ingenua reflexión digo que deberíamos parar de correr, ralentizar nuestro paso por el mundo, no machacarlo y no machacarnos tanto. Hace nada, cuando ibas por la autopista te cruzabas algún camión que llevaba cosas, pero ahora todo el planeta está plagado por una línea de camiones llevando chorradas y tonterías.
“Empecé tocando en una orquesta, nadie me impedirá ser músico”
Tiene una ojeriza especial al tráfico
Es un error para mí, lo que se consideran avances de la humanidad yo los veo como retrocesos. La cama me parece un buen invento, pero la rueda significa trabajo, es espantosa. En el Neolítico la gente salía de la cueva, iba por ahí y a los 32 les picaba un mosquito o se cortaban con algo y se moría, pero 15 horas de tarea ya comían. Ahora trabajamos 50 y vamos de culo siempre, somos esclavos. Antes teníamos tiempo de no hacer nada, que te de el sol, comes y echas la siesta. Ahora no echas la siesta, comes mal y vas de bólido todo el día. Es un tráfago que nos autoimponemos porque estamos un poquito enfermitos ya todos con los móviles, yo empezaría a apretar botones de abolir y erradicar.
Pero no lo hace
No puedo hacerlo, soy un pringadillo que pasaba por aquí, como todos. Pero hay unas mentes preclaras que deciden qué es lo mejor ¿Pero lo mejor para quién? ¿Es mejor para los niños estén desde los 5 años con móviles a que estén jugando en la calle, bañándose con amiguillos o por ahí mirando pájaros? Es mucho mejor ser un alma libre que estar atado a una mierda de pantalla para que unos señores de Silicon Valley amasen fortunas que no abastarán nunca y que encima tampoco son felices, porque también son unos pringados todo el día de reuniones.
En El celoso habla de la violencia de género
Es fruto de esa noticia terrible que se repite, esa cosa que ves en la señal de tráfico a la entrada de un pueblo de cualquier provincia que se solidarizan con la violencia de género. Creo que fue un día en que hablaban del gran disparate, el mayúsculo, de alguien que había asesinado a sus propios hijos para hacer daño a la pareja. Es una obviedad que nadie es de nadie, pero culturalmente hablamos de mi marido, mi mujer, mi pareja cuando estamos hablando de un ser indiviso, una persona única, singular. Y tú circunstancialmente has aparecido en su vida, habéis hecho una parte del camino juntos tres, cincuenta años.
El respeto es muy importante, es la norma básica de la convivencia, pero resulta que no solo no se respeta sino que se la mata porque no hace lo que tú quieres. Culturalmente la sociedad ha vivido inmersa en este tipo de ideas, arrancarlas cuesta mucho porque no solo hay remanentes, sino que incluso hay repuntes entre la gente joven. Al final piensas que esta salvajada es un poco ancestral, está en el ADN esa imagen de Pedro Picapiedra con el garrote y tirando del pelo, que también puede venir del contrario, una persona del sexo femenino puede tener bajo su bota a una persona del sexo masculino, si no por la fuerza sí psicológicamente.
Comenzará en Cáceres una gira de teatros como previa a los estadios con El último
Cuando vas a una ciudad a cantar con la gente de cara, alegre, estoy en una situación luminosa. No soy un conductor de camión, que debe ser un trabajo muy duro, al que mandan de ruta cada día a la otra punta, yo dirijo mi calendario, mi agenda de trabajo, cuándo voy hacer una gira o un disco, y cuando hago un disco no está hecho al día siguiente. Son dos años, año medio, a veces tres años en que escribo, grabo, voy al estudio, vuelvo, me voy unos días a descansar y me vienen canciones, esa actividad cambiable donde todo va mutando.
En estos conciertos recuperará Arena en los bolsillos ¿Qué representó para usted?
Llevaba mucho tiempo trabajando con Quimi, había una complicidad, hacíamos juntos canciones, nos dividíamos los temas salomónica, y plantearme ir en solitario era una incógnita. Y para mi sorpresa y satisfacción gustó muchísimo, tuve la suerte de que me cayó de cielo Pájaros de barro, porque las canciones siempre caen del cielo, se lo he oído decir a Dylan y a mucha gente. Las canciones que más gustan a los aficionados son las más fáciles, lo mismo pasó con Insurrección. Le tengo mucho cariño a ese disco porque fue un buen augurio de futuro, también por cuestiones, comerciales, de industria, porque ya no era El último, sino algo diferente. Sí, yo era el cantante y el compositor junto a Quimi, pero ya no era El último. Pero no podía quedarme en casa, y seguí con la idea muy clara de que si debía seguir en un estrato más bajo, lo haría. Empecé tocando en una orquesta, y si al final tengo que tocar de una manera mucho más humilde lo haré, pero nadie me impedirá ser músico, no pienso dejar la música.

