Hace más de 2.000 años, una tribu celta dominaba la zona rural del suroeste de Inglaterra antes de la llegada de los romanos. Eran los Durotriges, un pueblo que habitaba lo que hoy en día es Dorset, Wiltshire y Somerset y que tenía su capital en la ciudad de Durnovaria (actual Dorchester).
Más que un grupo homogéneo, los Durotriges constituían una federación tribal jerarquizada en la que convivían varios reyes simultáneamente. Aunque se dedicaban a la agricultura en tierras rodeadas o protegidas por castros, son uno de los pocos pueblos que ya acuñaban moneda antes de la conquista romana.
Un cementerio del siglo I a.C.
Arqueólogos de la Universidad de Bournemouth dirigidos por el doctor Miles Russell han estudiado recientemente el cementerio de uno de esos poblados para aprender cómo vivían y morían los miembros de esta tribu de la Edad de Hierro, qué rituales podrían haber practicado y qué tipo de herramientas y útiles fabricaban.
Durante sus excavaciones se toparon, sin embargo, con un misterio que les iba a llevar de cabeza durante días: el esqueleto de una adolescente sin ajuar funerario enterrada boca abajo. Los primeros análisis determinaron que tenía daños en los brazos y la parte superior del torso, posiblemente por actos violentos previos a su muerte. El cuerpo fue arrojado a una fosa con las manos atadas por las muñecas.
Vista aérea del cementerio Durotriges estudiado por los investigadores
Enterrar a alguien boca abajo no era una práctica habitual en aquella época, ya que lo normal era que los difuntos fueran colocados con cuidado en las tumbas. De ahí que los especialistas hayan interpretado que esta chica de hace dos milenios pudo haber sido asesinada como sacrificio humano.
Este, además, no es el primer caso así encontrado en el sitio. Dos cuerpos más aparecieron boca abajo, una adolescente hallada en 2024 y una mujer joven adulta que fue descubierta en 2010 y que presentaba un corte en el cuello. La necrópolis parece datar de mediados del siglo I antes de Cristo, un siglo antes de que los romanos invadieran el sur de Inglaterra.
El descubrimiento se produjo durante el rodaje de uno de los capítulos de la nueva serie de televisión dirigida por la presentadora y arqueóloga Sandi Toksvig, que se estrenará este próximo martes 4 de noviembre y que desvela algunos de los secretos del pasado británico.
“El equipo quedó especialmente impactado al saber que podría tratarse de un sacrificio humano. Sandi estaba profundamente conmovida por los hallazgos”, recuerda Russell en un comunicado. Los miembros del programa también estaban muy interesados en los artefactos descubiertos junto a los difuntos en otras fosas.
La presentadora y arqueóloga Sandi Toksvig
Los investigadores encontraron objetos como broches y brazaletes de bronce o un peine de hueso. Los descubrimientos, a menudo de estilo romano, demostraban que hubo una fusión entre las costumbres romanas y las tradicionales británicas de la Edad del Hierro.
Estudios posteriores revisaron el ADN y los isótopos registrados en los enterramientos. Los resultados sugieren que la tribu Durotriges era una sociedad matriarcal en la que las mujeres eran propietarias de la tierra y los hombres provenían de diversos lugares de Gran Bretaña y el noroeste de Europa.
El caso de esta adolescente sacrificada no ha sido el único hallado en el cementerio
Las pruebas genéticas indican, además, que el linaje tribal se remonta a una sola mujer. Esta evidencia apunta a que las comunidades se organizaban en torno a las madres de las familias y sugiere que los hombres eran invitados a vivir con las féminas, y no al revés.
“Esta es la primera vez que se ha podido documentar evidencia de comunidades matrilineales en la prehistoria de Europa occidental”, destaca el doctor Miles Russell. Los hallazgos sobre el empoderamiento de las mujeres celtas fueron detallados en un artículo publicado en la revista Nature a principios de 2025.
Tres entierros inusuales
Dado el énfasis que este pueblo ponían en las relaciones maternas, resulta sorprendente que los tres entierros inusuales puedan representar mujeres y niñas sacrificadas.
Los investigadores de la Universidad de Bournemouth creen que estas tres personas podrían haber pertenecido a la clase social más baja y ser consideradas “desechables”, especialmente si no eran de la zona o no estaban emparentadas con las familias gobernantes.


