La actriz británica Pauline Collins, icono del cine y el teatro británico, falleció ayer a los 85 años en su residencia de Highgate, al norte de la capital británica, tras varios años de lucha contra la enfermedad de Parkinson. La intérprete murió “pacíficamente”, rodeada de sus seres queridos, según ha confirmado su familia en un comunicado. Sus allegados la recordaron como “una presencia brillante, ingeniosa y vital en el escenario y en la pantalla” y destacaron su “calidez, sentido del humor y generosidad”.
Collins se hizo muy popular y reconocida gracias a la comedia Shirley Valentine (1989), de Lewis Gilbert, que le valió una nominación al Oscar, un Premio Olivier, un Globo de Oro y un Bafta por su papel de una mujer madura que un día decide abandonar su rutinaria vida y se va de vacaciones a las islas griegas en busca de una segunda oportunidad para ella misma. Allí, el divertido propietario de un restaurante que encarnaba Tom Conti empezaba a cortejarla. Un año antes ya la interpretó como un monólogo sobre las tablas en Londres y repitió el personaje en Broadway. Tanto la obra como la película utilizaron la técnica de romper la cuarta pared, ya que el personaje de Valentine se dirige directamente al público a lo largo de la historia.
Pauline Collins y su marido, el actor John Alderton
Nacida en 1940 en Exmouth (suroeste de Inglaterra) y criada cerca de Liverpool, Collins fue una de las actrices más versátiles y queridas del Reino Unido, ya que dotaba de autenticidad a todos sus personajes, ya fueran protagonistas o secundarios. Comenzó su vida profesional como profesora antes probar suerte en la interpretación en la década de los sesenta. Gracias a su simpatía natural no tardó en ser un rostro habitual en la televisión británica, donde obtuvo su primer éxito con la comedia The Liver Birds (1969).
Participó también en la exitosa serie Arriba y abajo, sobre las relaciones entre una familia adinerada londinense y su servicio doméstico, donde coincidió con John Alderton, actor inglés con quien se casó en 1969 y tuvo cuatro hijos. Posteriormente ambos protagonizaron la secuela Thomas & Sarah (1979) y trabajaron juntos en otras producciones. Al lado de Patrick Swayze salió en La ciudad de la alegría (1992), filme basado en el best-seller homónimo de Dominique Lapierre que Roland Joffé rodó en Calcuta y donde hizo de enfermera. Entre otros títulos, participó en Camino al paraiso (1997), con Glenn Close, y volvió a coincidir con la actriz estadounidense en Albert Nobbs (2011); El cuarteto (2012), dirigida por Dustin Hoffman, y El viaje de sus vidas (2017), con Joan Collins. Woody Allen contó con ella en Conocerás al hombre de tus sueños (2010).
Pauline y Joan Collins en Londres en 2016
Su muerte ha despertado una ola de homenajes en redes sociales, donde compañeros y admiradores han recordado su enorme talento. Como Tom Conti, su compañero de reparto en Shirley Valentine, que la ha calificado de “mujer excepcional”. O Dan Ryan, que coincidió con la intérprete en la serie Mount Pleasant: “Me enamoré cuando era un crío de Pauline Collins cuando la vi en Arriba y abajo; más tarde en Shirley Valentine y ya de mayor en Mount pleasant. He sido muy afortunado de poder conocerla”, ha escrito el actor en X.
