Grady Hendrix: “Vivimos en un momento en el que todo el mundo se odia”

Entrevista

El escritor, bautizado como el heredero de Stephen King y uno de los autores invitados al Festival 42, publica 'Brujería para chicas descarriadas', donde denuncia los abusos en las casas de maternidad

FOTO ALEX GARCIA GRADY HENDRIX, ESCRITOR AUTOR DE BRUJERIA PARA CHICAS DESCARRIADAS 2025/11/06

El escritor Grady Hendrix, uno de los autores estrella del Festival 42, esta semana en Barcelona 

Àlex Garcia

Grady Hendrix (Charleston, Estados Unidos, 1972) presume de gozar una de las cualidades imprescindibles para un escritor: la observación. Está sentado en un restaurante de Barcelona para hablar con La Vanguardia antes de su charla pública en el Festival 42 de Géneros Fantásticos y no pierde detalle de lo que pasa a su alrededor, desde la conversación de la mesa de al lado hasta el perro que aparece en el salvapantallas del móvil de la editora. Pero el que muchos han bautizado como el heredero de Stephen King no solo tiene la vista en el presente, pues los viajes a tiempos remotos también son de su interés, especialmente si se visita un periodo en el que sucede algo denunciable. Por eso, en su libro Brujería para chicas descarriadas (Minotauro; en catalán, Fetilleria per a noies esgarriades en Obscura), lleva al lector hasta la Florida de principios de los 70, cuando todavía el aborto era ilegal. Fern, una adolescente embarazada, es enviada una institución donde las familias esconden a sus hijas para que den a luz en secreto y entreguen a sus bebés. Todo cambia cuando encuentra un libro sobre brujería.

Personajes de ficción

“Una bruja puede ser desde una feminista empoderada, hasta una vieja que come niños”

Propone una historia de brujería, pero el verdadero terror es la realidad.

Wellwood House, la casa donde llevo a las protagonistas, está basada en varias casas reales donde las chicas iban a parir, pero luego poco o nada se sabía de dónde iban a parar sus bebés.

Sus familiares tampoco sabían nada.

Eran los que menos querían enterarse, pues acostumbraban a ser ellos los que las enviaban. Yo lo he ambientado en Florida porque era la última parada de la vía de tren que cito. Entonces, era fácil subir a las chicas al vagón y decirles, quédate sentada hasta que llegue el final y, luego, todo cambiará, no te preocupes.

Pero era para preocuparse.

Desde luego. Y seguramente lo que cuento no es ni una décima parte de lo que ocurría. Es difícil encontrar testimonios que quieran hablar. Dos de mis tías estuvieron en un lugar así, pero no dijeron nada a la familia hasta que cumplieron 70 años. Supe que algún día escribiría sobre ello. Otra de mis sorpresas cuando me puse a investigar es que estos lugares siguen existiendo, pero son diferentes.

El escritor Grady Hendrix visita estos días en Barcelona

El escritor Grady Hendrix visita estos días en Barcelona 

Àlex Garcia

¿En qué sentido?

Son lugares más bien de beneficiencia, donde acuden mujeres jóvenes generalmente con pocos recursos. Y van hasta allí por decisión propia, o eso se supone.

Las madres solteras parece que siguen estando mal vistas...

Lamentablemente sí, y no solo en mi país, sino en muchos otros lugares. Parece que nos empeñemos en seguir anclados en la prehistoria.

¿Cree que las casas de maternidad irán a más teniendo en cuenta que el debate del aborto está sobre la mesa en EE.UU?

Eso me temo. E, insisto, en que son diferentes a antaño, pero espero que el tenso clima político que se vive no permita que todavía se den más pasos hacia atrás. Hay leyes que nos preocupan a la gran mayoría.

En EE.UU. hay entre gran parte de la población ahora la sensación de que no tenemos control sobre nuestras vidas”

¿Puede poner un ejemplo?

Me refiero a la llamada Ley del Latido, presente por ejemplo en estados como Florida. A partir de la sexta semana no se puede abortar. El problema es que muchas mujeres no son conscientes en ese margen de que llevan un bebé en su vientre y, cuando quieren tomar la decisión, ya no pueden. Eso provoca que hayan muchas más adopciones en estos últimos tiempos, y muchos abortos ilegales, con el riesgo que ello conlleva.

No deja margen al optimismo.

Vivimos en un momento en el que todo el mundo se odia, aunque esto no es algo nuevo. Cuando me documenté para este libro, vi en los periódicos locales que, décadas atrás, la población estadounidense estaba todavía más polarizada. Entre 1970 y 1973 hubo más de 2.000 atentados terroristas con bombas en EE.UU. Los mayores pensaban que los jóvenes estaban locos; y los jóvenes, que los mayores querían matarlos enviándoles a Vietnam.

Lee también

Alberto Chimal: “La idea de la convivencia con la IA es una ilusión”

Lara Gómez Ruiz
El escritor mexicano Alberto Chimal, invitado del festival 42, publica 'Las máquinas enfermas'

Y a cualquier problema, buenas son las brujas.

Depende para quién. Una bruja puede ser desde una feminista empoderada, hasta una vieja que come niños. En todo caso, forman parte de la ficción y, a veces, parece que nos olvidemos de ello. Más de 10.000 mujeres fueron ejecutadas por brujas y, en algunos países, hoy sigue ocurriendo esta temeridad. En Indonesia, en 2012, una mujer asesinó a su hija por sospecha de bruja. Las derivas políticas que vemos y la religión mal entendida llevan a esta tonterías.

Esto se puede aplicar a muchos lugares, pues los líderes autoritarios están proliferando.

No creo q el problema sea tanto el líder autoritario en sí, sino la gente que lo vota, lo cree y que coopera para que esto sea una realidad. En EE.UU. hay entre gran parte de la población ahora la sensación de que no tenemos control sobre nuestras vidas y que realmente estamos todos a merced de un grupo de personas ricas muy reducido que se benefician de los lideres políticos.

¿Una sensación o una realidad?

En todo caso, una evidencia de desprotección. Lo que quiero decir es que Trump es un síntoma, no la causa. Ahora mismo me cuesta expresar lo enfadada que está la gente en mi país. Veremos cómo salimos de esta y si hará falta que llame a las brujas.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...