El Liceu se ha hecho suyas las galas internacionales de ballet que desde hace una década se celebran en Barcelona por iniciativa del Ballet de Catalunya y del famoso IBStage, el curso con profesorado de alto nivel que en su día impulsó la exestrella del American Ballet Theatre Xiomara Reyes junto con el remero de la propuesta, Leo Sorribes, y el maestro de ballet Elías García, fundadores ambos de la compañía catalana. A los poderes fácticos de la ciudad les ha costado ver la excepcionalidad de la propuesta: estrellas mundiales de este arte se reúnen no en plan Roberto Bolle & Friends, sino con la voluntad de traer a Barcelona a figuras del momento que brillan en grandes compañías planetarias.
El interés por parte del Gran Teatre implica una mejora exponencial, pues pone a su orquesta a tocar en vivo –los balletómanos saben cuán criminal resulta disfrutar de los grandes pas de deux de la historia de la danza con música enlatada– y además ha encargado a Sorribes la cuidada selección de fragmentos icónicos del repertorio, que van de Petipà a Balanchine, con algún guiño contemporáneo. Este domingo 9 y el lunes 10 de noviembre tendrá lugar esta cita con la belleza escénica en dos únicas funciones, cuyo aforo está prácticamente vendido, lo que sin duda tendrá un resultado positivo en las arcas del Liceu. El ballet vende.
El teatro acoge estos 9 y 10 de noviembre a Maria Khoreva, o un ‘Onegin’ con Friedman Vogel y Hannah O’Neill
¿Quiénes bailarán esta vez? Entre la veintena de figuras destacan dos rusas formadas en la Academia Vaganova y que actualmente se hallan a uno y otro lado del muro levantado por la guerra de Ucrania: Maria Khoreva, la joven promesa que recibió el premio Carmen Mateu 2019 del Festival de Peralada y que llega convertida en una figura madura del Mariinsky, y Olga Smirnova, quien dejó su país en protesta contra la invasión rusa de Ucrania y hoy baila en el Het. Smirnova comparte aquí escena con Jacopo Tissi, que añade la elegancia de la escuela de la Scala en los Diamantes de Balanchine con música de Chaikovski.
Maria Khoreva (Kitri)y Julian MacKay (Basilio). Las figuras del Mariinsky i el Saatsballet de Múnich respectivamente ensayaron el paso a dos de 'Don Quijote' que pone fin a la gala
Abrirá la gala otra rusa, la moscovita Liudmila Konovalova, estrella del Ballet de Viena, a la que se reconocerá por las apariciones televisivas en conciertos de Año Nuevo desde la capital austriaca y que aquí hará pareja en el Cascanueces con David García Lucas, del Ballet de Catalunya. Pero no todo serán Lago de los cisnes –ojo al Cisne negro por Chloe Misseldine y Joo Won Ahn, del American Ballet, o al blanco de Sangeun Lee y Gareth Haw, del English National– o Quijote , con Khoreva haciendo de Kitri. Las galas acercan a su vez la mítica Manon de Kenneth MacMillan con música de Massenet, cuyo paso a dos del Dormitorio bailaba en principio la no menos mítica Sarah Lamb, principal del Royal Ballet de Londres, y el aclamado Ryoichi Hirano, si bien la bailarina ha sufrido una lesión yla sustituye Yuriko Kajiya, principal del Houston Ballet.
Ojo al Cisne negro por Chloe Misseldine y Joo Won Ahn, del American Ballet, o al blanco de Sangeun Lee y Gareth Haw, del English National Ballet
Y quienes se quedaron con las ganas de ver a Tiler Peck, la bailarina “más rápida”, en las galas del 2024 –cuando la estrella del New York City Ballet tuvo que cancelar–, tampoco podrán disfrutarla en el Chaikovski Pas de deux que iba a bailar junto al explosivo y carismático texano Roman Mejia, debido a una infección de ovarios.
Otrosí, prepárense para asistir a una performance impecable y sensible del alemán Friedman Vogel en Onegin , el icónico ballet de John Cranko que ha resucitado este as del Ballet de Stuttgart –compañía que refundó y revolucionó el coreógrafo sudafricano en los sesenta–, aquí secundado por la étoile de la Opéra de Paris Hannah O’Neill. También se catará la Madama Butterfly que ha llevado al ballet el australiano Stanton Welch, actual director artístico del Houston Ballet, interpretado por una pareja de emoción, Yuriko Kajiya y Connor Walsh. El City Center neoyorquino se vino abajo cuando en enero lo mostraron en el marco de las IBStage Star Galas.
Chloe Misseldine y Joo Won Ahn, del American Ballet Theater, en el paso a dos del Cisne negro
Por su parte, el Ballet de Catalunya presenta dos piezas: la contemporánea Souvenir , encargo al coreógrafo Vincenzo Timpa para la pareja Ellen Mäkelä y Paolo Calo, y Fast avance , del propio Sorribes sobre música del dj y autor sinfónico Mason Bates, una creación neoclásica de conjunto que permite descubrir el nivel artístico de esta compañía profesional radicada, por cierto, en Terrassa, aunque su Ayuntamiento insista en ignorarlo cuando comisaría el Dansa Metropolitana o la anunciada bienal Catalandance con la que se quiere mostrar el nivel artístico catalán y promover giras.
Para el Liceu, estas galas ponen definitivamente a Barcelona en el mapa de grandes capitales de la danza, junto a Nueva York, Londres o Tokio. Y lo hacen además ofreciendo masterclass –¡gratuitas!– impartidas por la directora artística del American Ballet, Susan Jaffe, y por su ex estrella Julie Kent, actual directora del Houston Ballet. Ocasión única para bailarines de 15 y 20 años de escuelas catalanas para vivir de cerca la excelencia del ballet internacional.

