Joe Sacco (Malta, 1960) se siente abrumado, y a la vez agradecido, de que su visita a Barcelona despierte tanto interés. Confiesa a La Vanguardia que, cuando terminó la carrera de periodismo, nunca imaginó que podían conocer su trabajo en la otra parte del mundo. “Es más, nunca pensé que fuera a hacer de periodista, pues era imposible encontrar trabajo. O, al menos, el tipo de trabajo en el que yo creía. Y me temo que hoy hay unas dificultades similares para entrar en los medios”. Por eso, durante un tiempo, se replanteó qué quería hacer y si había o no valido la pena tanto tiempo de estudio para quedar en ese limbo. “Mientras le daba vueltas a todo esto, me puse a dibujar. Era lo que sabía hacer, porque desde pequeño hacía garabatos. Además, me ayudaba a pensar”.
Era cuestión de tiempo que uniera sus dos pasiones y que se convirtiera en uno de los periodistas gráficos de referencia, con cómics multipremiados como Palestina o Notas al pie de Gaza, que con el tiempo se han convertido en obras de referencia. Sin embargo, recuerda que, por mucho que la crítica lo alce como un pionero, no lo es en realidad. “Mucho antes que yo, en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, había la figura del dibujante oficial de guerra. Algunos eran designados por el Gobierno, algo que todavía hoy ocurre en países como Canadá. Otros iban por libre o eran enviados por revistas para ofrecer otra mirada”.
Nunca imaginé que fuera a poder trabajar como periodista, pues era imposible encontrar trabajo”
Aunque lo descubrió de más mayor al toparse de frente con el incierto panorama laboral periodístico, lo cierto es que ya de niño imaginó su futuro de forma inconsciente, pues siempre cargaba bajo el brazo tebeos de guerra. Ahora lleva ya décadas firmándolos él, y el último en sumarse a su colección es El disturbio eterno (Reservoir Books), que acerca al lector los disturbios de Muzaffarnagar, en la India, una serie de episodios de violencia comunal entre las comunidades hindúes y musulmanas que tuvieron lugar en el estado de Uttar Pradesh en 2013 y que terminaron con más de 60 muertos, 93 heridos, 50.000 desplazados y múltiples violaciones, de las que no se sabre una cifra exacta, pues muchas denuncias no llegan a los tribunales si no hay un soborno de por medio, tal y como muestra el artista en sus páginas.
Páginas interiores de 'El disturbio eterno', de Joe Sacco
“Las mujeres siempre son la moneda de cambio”, lamenta el autor de este suceso que, “por local que parezca, tiene unas implicaciones globales que pueden servir de espejo. Me interesaba, entre otras cosas, demostrar que violencia y democracia, por paradójico que suene, pueden ir de la mano. Cuando abundan las consignas religiosas, la verdad se vuelve de muy difícil acceso y, con esta trama, invito al lector a reflexionar una vez más cómo todos somos manipulados por los políticos. Por todos ya que, los que intentan hacer las cosas diferente, son aplastados en su mayoría por el sistema. Veremos por ejemplo que sucede con el nuevo alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani, porque hay mucha esperanza depositada en él. Ojalá consiga lo que se propone y el establishment no termine con sus buenas intenciones”.
Ojalá Zohran Mamdani consiga lo que se propone y el establishment no termine con sus buenas intenciones”
El reportero gráfico Joe Sacco, este miércoles, en Barcelona
Sacco no oculta su opinión respecto a los que llegan al poder o aspiran a él. “Debes de tener un punto de sociópata o hasta de psicópata para querer convertirte en alguien que pueda llegar a tomar decisiones tan relevantes, en casos extremos, como quién vive o quién muere. Y eso ocurre tanto en regímenes autoritarios como en los democráticos. Es imposible ante algo así que puedas pensar en un beneficio social. Ocurre también con los impuestos. Los que yo pago en EE.UU. van en parte destinados a fabricantes de armas que matan a gente que yo conozco. Esto lo ha elegido alguien por mí. Y seguimos esperando en pleno 2025 que haya gente que tome decisiones por nosotros. Lo que ocurre es que la cosa se complica cuando uno gobierna un país con tanta gente y muy diversa como Estados Unidos y la India”.
Para estas y otras reflexiones, Sacco emplea las viñetas porque se convence de que “lo hacen todo más real”. Y es que –opina – “cuando lees prosa, es tipografía pura. Es decir, blanco sobre negro. Pero no puedes ver cómo va vestida la gente o cómo son las calles. Mi objetivo es hacerlo real, mostrar la humanidad de la gente y que se aprecien tanto sus diferencias como sus similitudes. Esto solo lo permiten la fotografía y el dibujo. Lo que sucede con la fotografía es que el periodista solo tiene una imagen o unas pocas para representar todo un contexto, así que tiene que estar en el momento idóneo y que esta instantánea se entienda. En cambio, el dibujo, se dota de más ilustraciones que te permiten recrear un ambiente. Si se sabe afinar en la historia y se hace un trabajo previo de investigación, puede ser más completo”.
Las mujeres siempre son la moneda de cambio”
Esa documentación es la que ha llevado a cabo recientemente con el periodista Chris Hedges en Egipto, donde ambos han entrevistado a ciudadanos palestinos que han logrado huir de Gaza. “Teniendo en cuenta que no es fácil ni seguro acceder ahora allí, nos pareció una buena aproximación para conocer relatos de primera mano sobre el horror que se está viviendo”. Más allá de este futuro proyecto, Sacco asegura tener ya dibujadas unas “150 páginas” de un cómic sobre los Rolling Stones.

