Musulmán, inmigrante y socialista.
Tres rasgos que son la antítesis de los EE.UU. soñados por Donald Trump. Y tres rasgos que reúne Zohran Mamdani, el ganador de las elecciones a la alcaldía de Nueva York, la ciudad más poblada del país.
Si bien ya había sido anticipado por las encuestas, el triunfo de este joven político –tiene 34 años, hacía un siglo que la Gran Manzana no tenía un alcalde de esta edad– ha supuesto todo un shock. Mamdani no solo tiene un perfil extremadamente izquierdista para los estándares estadounidenses. Es que, hace apenas unos meses, era un completo desconocido para la mayoría de la población.
Cuando comenzó la carrera electoral, nadie podía imaginar que se acabaría imponiendo este candidato nacido en 1991 en Kampala, Uganda, en el seno de una familia india acomodada –su padre, Mahmood Mamdani, es profesor de universidad y su madre, Mira Nair, una reconocida cineasta nominada al Oscar–; y que no llegó a Nueva York hasta que tuvo siete años, tras un breve paso por Ciudad del Cabo.
Su desembarco como migrante en la Gran Manzana fue confortable. Su familia se instaló en una de las mejores zonas del Upper West Side –cerca de la Universidad de Columbia, donde trabajaba su padre– y él ingresó en una prestigiosa escuela privada de corte progresista.
“Tuve una infancia privilegiada. Nunca me faltó de nada –reconoció Mamdani el pasado junio en una entrevista en The New York Times–, pero sabía que esa no era ni mucho menos la realidad de la mayoría de neoyorquinos”.
Esa conciencia social ya asomó en su etapa escolar, cuando, a los doce años, se presentó como candidato en un simulacro de elecciones presidenciales. Su programa: promover la igualdad de derechos e invertir más en educación, en detrimento del gasto militar. Ganó.
El activismo de Mamdani reapareció con más fuerza en su etapa universitaria, que transcurrió en el Bowdoin College, en Maine, uno de los mejores centros privados del país. Ahí, además de graduarse en Estudios Africanos y hacer sus primeros pinitos como rapero, cofundó una delegación del grupo Estudiantes por la Justicia en Palestina y lideró (sin éxito) una campaña para que su universidad se uniera a un boicot contra la “ocupación opresiva” de Israel.
Mamdani, con Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, el pasado 26 de octubre en un mitin en Nueva York
Experiencia política
Antes de aspirar a la alcaldía, estuvo en la Asamblea Estatal de Nueva York, donde defendió una agenda reformista
Pero el gran despertar político de Mamdani llegó al terminar la universidad. En el 2015, empezó a trabajar como asesor de vivienda en Queens, ayudando a inquilinos de rentas bajas a luchar contra los desahucios. Esa experiencia le hizo ver que la ciudad necesitaba un cambio. De hecho, ese mismo año, participó por primera vez en una campaña electoral, asistiendo como voluntario al demócrata Ali Najmi –que hoy es uno de sus consejeros más cercanos– en unos comicios de distrito.
Poco tiempo después, se unió a los Socialistas Democráticos de América –organización en la que también milita Alexandria Ocasio-Cortez, otra joven que tuvo un ascenso meteórico– y se curtió en otras campañas hasta que, en el 2019, anunció su candidatura para las elecciones de la Asamblea Estatal de Nueva York del año siguiente.
Su agenda reformista, centrada en cuestiones que hoy siguen centrando su discurso como el precio de la vivienda, sedujo a los votantes: obtuvo su escaño en la cámara legislativa, y reeditó la victoria en el 2022 y el 2024. Eso sí, su balance como legislador fue bastante pobre, al menos si uno se atiene a los números. De la veintena de proyectos de ley que presentó durante los cuatro años que estuvo en la Asamblea, solo tres salieron adelante.
Sin embargo, más allá de las cifras, Mamdani consiguió hacerse oír e influir en la agenda municipal. Por ejemplo, consiguió que se pusiera en marcha un programa piloto de autobuses gratuitos. Ese proyecto se convertiría en una de las propuestas estrella de su candidatura a la alcaldía de Nueva York, lanzada en octubre del año pasado y que podía condensarse en una idea: hacer que la ciudad más cara de EE.UU. sea más asequible.
Programa novedoso
El futuro alcalde ha prometido congelar los alquileres y transporte gratuito, entre otras medidas rompedoras
Mamdani trufó su programa de propuestas rompedoras, tildadas de utópicas e inasumibles por sus críticos: el congelamiento de los alquileres, la construcción de 200.000 viviendas de precio accesible, el cuidado infantil gratuito, una red de supermercados públicos a bajo coste… Y para llegar a los votantes, recurrió a las redes sociales, publicando vídeos de estilo desenfadado repletos de guiños a Bollywood. No le faltaba experiencia. Antes de postularse a la alcaldía, Mamdani ya se había apuntado algún tanto viral en YouTube con sus incursiones en el mundo del rap, bajo el alias de Young Cardamom. Uno de sus hits, el tema Kanda (Chap Chap), donde el futuro edil canta: “Me gustas tanto que quiero comprarte una vaca”.
Con ese cóctel –al que hay que sumar el ingrediente propalestino, todo un exotismo en una ciudad de fuerte impronta judía–, Mamdani pasó de tener un 1% de posibilidades en las encuestas a imponerse en las primarias demócratas a la alcaldía, celebradas el pasado junio.
El joven candidato socialista ganó entonces contra todo pronóstico al que, según los sondeos, era el gran favorito, Andrew Cuomo, gato viejo del Partido Demócrata, quien contaba con el respaldo de todo el establishment. Esa victoria ni siquiera figuraba en los esquemas del propio Mamdani, que le había asegurado a su esposa, la artista de ascendencia siria Rama Duwaji –a la que conoció en la aplicación de citas Hinge–, que su principal objetivo era hacer ruido para que los demócratas se fueran desplazando hacia la izquierda.
Mamdani volvió a enfrentarse a Cuomo en las elecciones de ayer, y de nuevo salió victorioso. “Hemos hecho historia”, dijo a sus seguidores tras conocer los resultados de las urnas. Ahora la incógnita es si el primer alcalde musulmán de Nueva York realmente será capaz de dejar huella en la ciudad.

