La cultura francesa sufre últimamente casi tantos sobresaltos como su agitada escena política. Pocas semanas después del shock que supuso el robo de joyas históricas del Louvre -que todavía no han aparecido- y de que hubiera de cerrarse luego una galería del mismo museo parisino por peligro de derrumbe, otra noticia negativa de envergadura sacude el país: casi con toda seguridad será cancelado el próximo Festival Internacional del Cómic de Angulema, el certamen más importante de Europa del sector.
El festival, una cita imprescindible para los amantes de las viñetas, que entre el 29 de enero y el 1 de febrero del 2026 debía celebrar su edición número 53, ha sufrido el boicot de los autores y autoras, así como de las editoriales que publican sus libros, en protesta por la mala gestión del certamen, su opacidad financiera y otras razones puntuales que han colmado la paciencia, como el despido de una empleada, el año pasado, por presentar una denuncia por violación.
Las críticas van dirigidas a la compañía que se encarga de organizar el evento desde 2006, 9e Art+, y en especial a su director, Franck Bondoux. Este ofreció pasar a un segundo plano para calmar los ánimos de sus detractores, pero no ha servido de nada. Autores y editores se han mantenido firmes es boicotear el festival, que en la edición de 2025 tuvo a España como país invitado.
El toque de gracia lo han dado este jueves los representantes de la región Nueva Aquitania, del municipio de Angulema, de su área metropolitana y del Estado, que aportaban casi el 50% de la financiación del festival. “Nos parece más que complicado mantener la edición 2026 sin los editores ni los autores”, aseguró, resignado, el alcalde de Angulema, Xavier Bonnefont, del partido Horizontes (centroderecha del bloque macronista). “Son los autores y autoras, con las casas editoriales, los que hacen el festival -agregó Bonnefont-. Sin ellos y sin los visitantes, no hay festival; y sin festival no hay subvención pública”. El primer edil instó a la asociación propietaria del festival, FIBD, y a la compañía que monta el certamen, cuyo contrato expira después de la edición de 2027, que “saque las conclusiones que la realidad impone” y pueda encontrarse una solución -otra empresa, obviamente- para que la cita cultural puede celebrarse dentro de dos años.
Una imagen de visitantes al festival en su última edición, de enero pasado
La cancelación del festival, que atrae cada año a unos 200.000 amantes de las historietas, supondrá un auténtico desastre económico y de imagen para Angulema, de poco más de 40.000 habitantes, en el departamento de Charente, a unos 120 kilómetros al norte de Burdeos. Los hoteleros y restauradores están indignados por la caída de ingresos que sufrirán. Ya se han producido numerosas cancelaciones.
El departamento de Charente, del cual Angulema es la capital, engloba la zona de producción de coñac, un licor que está en crisis por la caída del consumo en Francia y de las exportaciones. La anulación del festival del cómic es un golpe adicional a la economía de la zona.
El fiasco de Angulema también constituye, indirectamente, otro revés para la ministra de Cultura, la conservadora Rachida Dati -aspirante a alcaldesa de París-, que ya quedó tocada por el asunto del Louvre, si bien ella siempre insiste en que los problemas de seguridad y de conservación del museo vienen de lejos, de mucho antes de que ella accediera al cargo.
