Cecilia Bartoli: “Mi voz sigue ahí, siempre he sido cuidadosa, pero ¿dónde están ahora al actuar mis rodillas, las caderas?”

Lírica

La mezzosoprano, directora de la Ópera de Montecarlo, comienza en el Palau de la Música su gira por España con el 'Orfeo ed Euridice' de Gluck

Bartoli

Cecilia Bartoli en una representación del Orfeo ed Euridice en Hamburgo

Sören Lukas Schirmer/Elbphilarmonie

La gran mezzosoprano Cecilia Bartoli (Roma, 1966) comienza hoy en el Palau de la Música, en el que había ofrecido grandes veladas dedicas a Rossini, la Malibran o los castrati, una pequeña gira por España. La llevará también al Auditorio Nacional de Madrid el día 27 y al Teatro de la Maestranza de Sevilla el 29. Bartoli vuelve con una versión en concierto semiescenificado del Orfeo ed Euridice de Gluck en la que da vida a ese Orfeo capaz de amansar fieras y almas con su voz. La carismática mezzo actúa con la soprano Mélissa Petit como Eurídice y la orquesta Les Musiciens du Prince-Monaco, formada por especialistas en instrumentos de época y creada hace una década por el impulso de la propia diva en la Ópera de Montecarlo. Una ópera que ahora ella misma dirige desde 2023.

El paso del tiempo

Mi voz está ahí, he sido cuidadosa, pero al actuar, ¿dónde están ahora mis rodillas, las caderas?”, ríe

El mito de Orfeo resucita una y otra vez, ¿cómo lo lee usted? ¿Representa el poder, la seducción?

Es el poder y la seducción, pero sobre todo la fuerza del amor que va más allá de todo. Por amor decide sobrepasar la línea de la vida, ir a la ultratumba. Sin dudar. Y lo más emocionante es que lo hace a través de su voz, la lira, la música. Podría ser un gran mensaje de paz para hoy. Ciertos problemas entre los pueblos llegan porque no se conoce la cultura y la música de ese pueblo. Porque la música es el primer mensaje que llega sin palabras, pasa directamente a través del cuerpo. Si la gente escuchara más música y canto, habría más paz. Cuando Orfeo pasa por el inframundo, cuando pasa por las almas condenadas, desesperadas, logra calmarlas a través de su voz. Un mensaje muy poderoso.

Su Orfeo fue creado para un castrato, un mundo con el que siempre ha tenido una conexión musical fuerte.

Más que con ellos, con la música que se escribió para ellos, extraordinaria. Orfeo es una obra maestra, en este viaje que no dura ni hora y media Gluck logra crear este pasaje del alma humana. No sé si hay un personaje tan completo en tan poco tiempo. Orfeo debería ser revaluada aún más como ópera.

Cecilia Bartoli y Mélissa Petit en 'Orfeo ed Euridice' en Hamburgo

Cecilia Bartoli y Mélissa Petit en 'Orfeo ed Euridice' en Hamburgo 

Quim Vila/Elbphilarmonie

Este Orfeo es de un momento de reforma en la ópera. ¿Cómo ve el género? ¿Necesita reformas?

La ópera existe desde hace 400 años, aquí solo estamos de paso. Si ha existido cuatro siglos es porque siempre hay un mensaje en la música de los grandes compositores que comprender y llevar en nuestros corazones. En 400 años la sociedad ha cambiado, y tener nuevas visiones es importante. Siempre con respeto por la partitura y la pieza, si haces algo que no tiene nada que ver, mejor crear una nueva. La ópera necesita nuevas visiones, pero eso siempre. Pensemos en Mozart y una ópera como Così fan tutte que habla de la inquietud, la debilidad, el amor, las emociones de los humanos. Parece cómica pero en realidad es trágica. E increíblemente oportuna. Depende de nosotros como intérpretes hacerla actual.

¿Cómo sigue su compromiso con el redescubrimiento de obras?

Durante mi carrera he investigado mucho, muchos proyectos con compositores ignorados y populares, tratando de unirlos. Me parece hermoso que exista una nueva generación de cantantes que ha seguido un poco mis pasos, Philippe Jaroussky, Franco Fagioli, que se han inspirado un poco en mis proyectos. Continúo el viaje de redescubrimiento, pero ahora también lo he transmitido a los más jóvenes.

En esa línea se ha hecho mucho trabajo estos años, ¿qué falta?

Lo que falta hoy no es curiosidad, porque siempre hay jóvenes con curiosidad por investigar el repertorio. Hay voces hermosas y cantantes inteligentes con ganas de hacer algo. Lo que falta un poco es la búsqueda de la individualidad. Es un problema social, seguimos cánones, estándares, vale para la moda o la cirugía estética. Desafortunadamente, también lo percibo un poco en la música, hay buenos cantantes pero luego no tienen individualidad. Necesitan trabajar en lo que hace único a un artista, su forma de interpretar la música. Deben trabajar su forma de sentir el personaje, de cantar Mozart, Carmen. Tú eres tú. Tienes que encontrar tu propia forma de entender a Bizet. Sí, escuchar discos, pero luego encontrar tu propio fuego dentro de ti. No fuera, no en el teléfono.

¿Dónde está su voz hoy?

La pregunta es un poco diferente: ¿dónde están mis rodillas? La voz está ahí, pero cuando actúas y tienes que levantarte del suelo, ¿dónde están ahora tus rodillas, las caderas? Bromeo, bromeo. La voz está ahí, siempre he sido cuidadosa al elegir mi repertorio y está muy bien conservada para mi edad. El año que viene celebro 40 años de carrera y hay personajes que necesitan tiempo y madurez. He adquirido esa madurez y siento que puedo interpretarlos mejor que hace veinte años. El propio Orfeo. Sí, es un joven amante, pero para interpretarlo tienes que ahondar en tu alma. Y entender que la pausa es música, música que respira. Cuando eres joven no lo logras por la euforia de la juventud.

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