Anna Guitart: “Barcelona siempre cuenta los mismos relatos; toca hablar del presente”

Camino a la FIL de Guadalajara

La comisaria de la delegación barcelonesa habla del trabajo realizado y de las expectativas antes de aterrizar en México

Anna Guitart, comisaria de la delegación barcelonesa en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara

Anna Guitart, comisaria de la delegación barcelonesa en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 

Getty Images

Poco después de que Barcelona anunciara que sería la próxima invitada de honor de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en México, se dio a conocer la capitana que llevaría el timón: Anna Guitart. El trabajo de la periodista es de sobras conocido en el mundo editorial, pues lleva años dedicándose a la información del mundo del libro. Pero esta vez, el Ayuntamiento la invitó a dar un paso adelante en su carrera con un reto ambicioso a la vez que ilusionante: hablar al mundo de su ciudad. En todos los aspectos culturales posibles, y no solo limitándose a lo literario, pues en el programa del que es comisaria, también se incluyen artes escénicas, cine, música y gastronomía. Poco antes de embarcar en el avión, cuando ya todo está atado y no queda más que ver resultados y esperar un buen recibimiento, Guitart habla de la gran feria mexicana, del papel de Barcelona y de la espera hasta que se ponga en marcha aquello en lo que lleva tanto tiempo trabajando.

¿Cómo se siente?

Con muchas ganas de que todo empiece.

Está a punto de ver cómo el trabajo de dos años da sus frutos. Pero, ¿cómo empezó todo?

Todavía recuerdo cuando se me hizo la propuesta de comisariar la delegación barcelonesa. Puse una condición, visitar ese mismo año la FIL, que tenía como invitada a la Unión Europea, para acabar de entender la magnitud de lo que se me estaba pidiendo. Cuando acepté, me enviaron por correo electrónico un manual en el que se detallaba punto por punto todo lo que se esperaba del invitado. Sabía que estaba ante una oportunidad única a la que no podía decir que no. Y, a la vez, pensaba: ‘¿Cómo lo vas a hacer, Anna?’

Contaremos las maravillas, pero también las partes más complejas de la ciudad”

Pero lo ha hecho.

Y muy bien acompañada. Yo solo soy el cabo visible de algo mucho mayor. Hubiera sido imposible realizar este trabajo sola. Detrás hay un gran equipo que lleva tiempo esforzándose en tejer alianzas con el sector cultural y literario. Son horas explicando cómo íbamos a invertir el tiempo en México.

¿Y cómo lo van a invertir?

Pues acercando nuestra ciudad al público mexicano y mundial, pues esta es una gran cita. Barcelona es conocida en gran parte del mundo, pero siempre se cuentan los mismos relatos: exilio, boom latinoamericano, guerra civil… Por supuesto, también se hablará de ello. Estaría haciendo muy mal mi trabajo si no expusiera estos temas tan esenciales. Pero no son la bandera de nuestra participación. España ya lo hizo el año pasado bajo su lema ‘Camino de ida y vuelta’.

Anna Guitart, comisaria de la delegación barcelonesa en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara

Anna Guitart, comisaria de la delegación barcelonesa de la FIL de Guadalajara durante la presentación de la programación 

Mane Espinosa

¿Qué Barcelona pretenden narrar, entonces?

La Barcelona del ahora. El presente. Hace 21 años que Catalunya vino como invitada de honor. Ya hace mucho tiempo, han pasado muchas cosas. Queríamos contar cosas nuevas o que no se hayan explicado antes, más allá de nuestras fronteras.

¿Puede poner un ejemplo?

Los 150 años de lucha en las calles de Barcelona por parte de sus escritoras. Algo que se conocerá gracias a la exposición Vendrán las mujeres. ¿Qué quiere decir ser mujer en Barcelona? ¿Cómo ha cambiado eso en todo este tiempo? No hemos hablado de esto fuera, pero en parte porque tampoco es algo que hayamos explicado bien en la propia Barcelona. Tanto es así, que la idea es que esta sea una muestra de retorno, para que podamos disfrutarla luego todos en nuestra ciudad. Y contaremos las maravillas que tenemos, es evidente, y son muchas. Pero también las partes más complejas.

El alcalde Collboni, Joan Manuel Serrat, Trinidad Padilla y Marisol Shulz (FIL) y la comisaria Anna Guitart, tras la presentación de este miércoles

El alcalde Collboni, Joan Manuel Serrat, Trinidad Padilla y Marisol Shulz (FIL) y la comisaria Anna Guitart, junto a autores que desembarcarán en la FIL 

EUROPA PRESS / Europa Press

¿Se refiere al problema de la vivienda?

Sí, y del turismo masivo y la consecuente gentrificación, además de la preocupación por el cambio climático, entre otros temas. No puedes explicar una ciudad sin ser honesto. Hay que poner todos los temas sobre la mesa: los buenos y los controvertidos, pues solo hablando sobre ellos se podrá mostrar soluciones. Sinceramente, no creo que eso haga cambiar la buena percepción que se tiene en general de Barcelona; simplemente aportará una capa más a la mirada que se tiene de la ciudad. Es necesario porque, al final, estamos hablando del presente y estos temas influyen a los autores sobre lo que escriben. La dramaturga Victoria Szpunberg y su obra L’imperatiu categòric, premio Nacional de Literatura Dramática 2025, es una muestra. Habla de una profesora de universidad que está tan precarizada que no puede pagar un alquiler en Barcelona y que siente que la ciudad la está expulsando. Muchos nos hemos sentido así en algún momento.

¿Una relación de amor-odio?

Mucho más de amor, pero, en todo caso, no diría odio, sino antipatía en algunas ocasiones. Está genial hablar de la playa y de la Pedrera, pero el lector quiere verdad, y nosotros planteamos una mirada completa. Dicho esto, los barceloneses tenemos un vínculo muy estrecho con nuestra ciudad. La propia Rosalía lo reconoció en la entrevista con Mar Vallverdú, en Ràdio Noia, previa a la salida de su disco, pues admitió lo necesaria que Barcelona era para ella y que necesitaba volver, porque es un lugar importante. Es una sensación compartida. Los barceloneses amamos la ciudad. Tanto, que lo que no nos gusta, nos duele, y escribimos sobre ello.

Lo más difícil de este trabajo ha sido seleccionar autores. Durísimo”

Muchos de los escritores de la delegación barcelonesa ofrecen esta amplia mirada. ¿Ha sido complicada la selección?

Desde luego, lo más difícil de este trabajo. Durísimo. Y sabe mal porque desde el principio sabes que vas a tener que renunciar a muy buenos autores.

Algunos, como Ildefonso Falcones, no han ocultado su descontento por no haber sido seleccionados.

No ha sido el único, solo que es el que lo ha expresado públicamente. Pero luego, en privado, he sabido de otras personas que no han quedado contentas y que ahora me tratan diferente a como lo hacían antes. Me sabe mal, pero cuando te ofrecen esta labor ya imaginas que el principal peaje será este. Sería muy inocente por mi parte decir que esto ha sido una sorpresa. De todos modos, debo decir que hay que escuchar todas las opiniones y críticas. Yo creo haberlo hecho y he aprendido mucho.

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La FIL ha brindado la oportunidad a varios de esos escritores a contar con traducciones al castellano.

Cuando viajé por primera vez a la FIL, lo primero que pregunté era cómo gestionábamos el tema del catalán, porque para mí era muy importante ya que forma parte de nuestra identidad y debía tener una presencia central. Nos recomendaron que viniéramos con autores que contaran con obra traducida, para que así sus historias pudieran leerlas también en México. Con esta premisa, contactamos con el Institut Ramon Llull para empezar a trabajar con autores que creíamos que representaban bien a Barcelona pero que no contaban con obra en castellano, para así poder traducirla. Se contó con una dotación especial para hacer esto posible. La apuesta, en este sentido, ha sido muy potente. Queremos que las historias lleguen a un lado y otro del Atlántico.

Pabellón de Barcelona en la FIL de Guadalajara, una plaza literaria

Pabellón de Barcelona en la FIL de Guadalajara, una plaza literaria 

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¿Considera que a Barcelona le cuesta sacar pecho?

La verdad es que sí. A veces, somos demasiado cautos, pero este trabajo me ha servido para comprobar las muchas cosas buenas que se están haciendo en la ciudad en todos los ámbitos culturales. Algunas sí las damos a conocer, como que somos la ciudad del diseño, y se ha convertido en una marca propia. Me encantaría que también sucediera con nuestras otras facetas. La Barcelona literaria creo que también se ve a nivel se sector, pero me gustaría que la gente, y yo también me incluyo, valorara más a los autores que nos rodean. Vivimos en una ciudad donde uno puede armarse una agenda semanal solo con las presentaciones que hay en librerías y bibliotecas. Y constantemente tenemos festivales muy exitosos. Hace nada terminó el 42 de Géneros Fantásticos y daba gusto ver las colas. Si tuviéramos un dron para poder ver desde arriba, de una sola vez, todo lo que tenemos, nos abrazaríamos más, porque es un orgullo. Queremos ser ese dron.

¿Recomendaciones a futuros comisarios?

Que tomen hierro y que coman bistec. Es un trabajo precioso aunque muy expuesto, pero vale la pena. Les diría que contestaran afirmativamente ante una propuesta así. Y en cuanto a mí, como ex comisaria ya, me gustará comprobar que la ciudad ha hecho más vínculos de los que tenía y que ha despertado unos intereses que la harán todavía más presente. Me quedaré satisfecha si cuando nos marchemos el 7 de diciembre los lectores dicen: ‘Ah, ¿cómo? ¿Pero ya se van?’. Ver que el mundo tiene interés por seguir conociéndonos.

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