El freno del Anticristo

El freno del Anticristo
Senior Editor

Hace poco más de una semana, se publicó, con prólogo de Donald Trump, el documento que presenta la nueva estrategia nacional de seguridad de los EE.UU. El pasaje en que se señala que el proceso de aniquilamiento de la civilización en que está instalada llevará Europa a la autodestrucción ha sido, desde entonces, muy comentado. Pero ha tendido a pasarse por alto que, tras esta afirmación, planea el fantasma del nihilismo. Este espectro, que hace 15 días ya se subió a esta columna, también tiene, en efecto, un papel en la dramaturgia del régimen MAGA, un papel que interpreta integrado, de acuerdo con las tendencias actuales, en una nueva versión made in USA del viejo gran relato cristiano de la Historia como un tiempo lineal abocado al apocalipsis. Según esta versión, con su nihilismo decadente, Europa se precipita al fin de los tiempos y le corresponde a EE.UU., la nueva Roma, refrenar este proceso.

El apocalipsis se está convirtiendo en el gran tema de nuestro tiempo. No es una anécdota insignificante que Nick Land, el padre del acceleracionismo tecnológico, y Alexander Duguin, el patriarca del eurasianismo ruso, debatieran hace poco sobre esta materia en un popular podcast. Ni es tan solo una fricada, aunque lo parezca, que Peter Thiel, mentor del vicepresidente JD Vance y fundador de la tecnológica Palantir, una empresa más que estratégica en la estrategia nacional de seguridad de los EE.UU., se haya pasado el año que acaba dedicándole charlas. Thiel, como Duguin, está obsesionado con el katechon , un término que san Pablo usa en su segunda carta a los tesalonicenses y que los padres de la Iglesia y algunos autores medievales retomaron para describir el papel del imperio romano o de sus sucesores como potencia que retrasa la aparición del Anticristo. Tras la Segunda Guerra Mundial, en que teorizó sobre un orden europeo centrado en la hegemonía del Tercer Reich, Carl Schmitt recicló este concepto en El nomos de la Tierra (1950), una obra orientada a reflexionar sobre la crisis del derecho internacional moderno que no tardó en convertirse en un clásico de la extrema derecha.

Para el trumpismo, una Europa decadente se dirige hacia su fin y EE.UU., la nueva Roma, debe evitarlo

Desde hace unos años, la idea de katechon , usada para legitimar la Rusia de Putin o la América de Trump como naciones con la misión histórica de defender de sus supuestos enemigos interiores y exteriores una civilización que se identifica con la identidad tradicional y los valores cristianos, inspira las teorías geopolíticas. La nueva estrategia de seguridad estadounidense se erige sobre esta fundamentación mitológica y sobre la definición de EE.UU. Como guardián supremo de las esencias espirituales de Occidente. Este giro civilizacional es lo que explica que, en un documento que justifica el abandono de la doctrina neoconservadora sobre la imposición de cambios de régimen en países con “tradiciones e historias” alejadas de las occidentales, se arrogue sin tapujos en los EE.UU. El derecho de injerencia política en Europa.

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