Los mitos y los cuentos clásicos nos acompañan desde hace siglos. Han alimentado nuestro imaginario colectivo, han evolucionado, se han transformado y han dado pie a muchas otras historias. Y es que tanto su forma como sus argumentos y su origen tienen algo inmortal e inagotable que permite expandirlos, actualizarlos y revisitar todo aquello que nos enseñan sobre nosotros mismos.
Quizá por la velocidad de la sociedad actual, quizá porque, en el fondo, siempre nos han interesado, desde hace unos años proliferan textos que recogen historias o que ahondan en la mitología, las rondallas y los seres fantásticos que las habitan para llevarlas a otro lugar. Desde reescrituras hasta exploraciones más simbólicas, encontramos una serie de obras que introducen elementos del folklore para invitarnos a entendernos, para plantear problemas actuales y universales que nos atraviesan y para dejar constancia de una riqueza que sigue viva.
⁄ Muchos autores observan como el mito y el imaginario popular se vincula con la realidad y las costumbres
Si nos vamos al cine, por ejemplo, el año 2024 se inauguró el Tabaca Film Fest, un festival de cortos centrado en la mitología que de celebra en diferentes espacios del Pirineo catalán y que quiere dar valor a lo mitológico como base creativa. Entre las obras seleccionadas en la primera edición se podían encontrar historias que bebían directamente del folklore de diferentes países y otras que se inspiraban en arquetipos y argumentos que nacieron con la mitología y que continúan vigentes hoy en día.
Pero en la literatura también encontramos cada vez más ejemplos. El interés por conocer la riqueza del imaginario popular ha llegado a la ficción y a la no ficción. Revisiones de mitos griegos como los que hizo Stephen Fry con Mythos (Anagrama, 2019), la recopilación de criaturas e historias de la península ibérica que ha hecho Javier Prado con Monstruos ibéricos (Maldragón Editorial, 2021) o los volúmenes sobre el imaginario fantástico catalán que Joan de Déu Prats ha publicado con Comanegra son una muestra. Pero lo que es interesante es ver cómo este imaginario y sus criaturas se ha adentrado en la ficción para dar voz a aquellos seres que normalmente no la tenían y para explorar todo aquello que su historia puede representar a nivel simbólico y humano.
Historias como el sacrificio de Ifigenia inspiran novelas sobre maternidad
Dar voz al mito
Con Canto yo y la montaña baila (Anagrama, 2019) Irene Solà (Malla, 1990) dio voz a brujas y doncellas del agua, pero también a la montaña, a las setas, a una naturaleza que nos recordaba que estaba viva y que a su vez nos invitaba a comprender un imaginario asociado a la tierra y a la geografía que, desde hace unos años, se está reivindicando y recuperando. Con su última novela, Te di ojos y miraste las tinieblas (Anagrama, 2023), Solà también nos ofrece una historia donde el folklore y las rondallas se mueven por el sustrato de la tierra, en este caso en una masía remota de las Guilleries (un espacio que también visitó Ferran Garcia con Guilleries, publicada por Males Herbes en 2022, una novela donde encontramos una atmósfera impregnada de aires de relato violento, salvaje y poético). Y es que si observamos nuestro territorio descubriremos lugares donde pueden unirse la historia y los relatos, las leyendas y las miradas que interpretan la realidad.
El mar es uno de esos lugares llenos de historias, como la que el escritor y filólogo Antoni Veciana (Reus, 1977) nos presenta en Nicolau (Segona Perifèria, 2022). El relato de Nicolau, que podemos encontrar con variaciones en otros rincones del Mediterráneo, y que también tiene algunas similitudes con la figura de la Sirenuca de Castro Urdiales, plantea algo que atraviesa todas las mitologías: la metamorfosis. Con un lenguaje vivo que bebe del Camp de Tarragona, Veciana teje la vida de Nicolau y su familia para reflexionar sobre la diferencia y cómo tratamos al otro. Nos habla de la guerra y la mentira, pero también muestra la riqueza del mar y sus historias. Desde los nombres de las constelaciones hasta las rondallas que se explican, Veciana une leyendas catalanas, mitos griegos, ciudades sumergidas y rituales de pescadores para dar espacio a un imaginario que es propio y a la vez universal.
Esta capacidad de hilvanar rondallas e historia también la encontramos en la segunda novela de Veciana, Dolça a la Torre de Fang (Segona Perifèria, 2024). Este libro, que es un canto a la oralidad, utiliza estos relatos como espejo y como acompañamiento a lo que Dolça va viviendo. Un libro sensorial, terroso y poético que muestra la riqueza de la voz popular y cómo podemos encontrar ecos actuales en las narraciones de antaño.
‘Lamia’, de J. W. Waterhouse, representación de un ser fantástico femenino propio de mitologías como la catalana
El mito y el relato
La forma en que explicamos las historias, la mirada de quien habla y de quien lee, es importante cuando nos adentramos en relatos que juegan con el folklore o, por ejemplo, con la imagen de la bruja, una imagen que une en sí misma mito, leyenda y realidad y que autoras como Roser Cabré-Verdiell (Barcelona, 1982) revisan y reinterpretan. En Que morin els fills dels altres ( Males Herbes, 2025), Cabré-Verdiell nos presenta un personaje, Rebeca, que realizará un viaje interior para explorar el miedo y el deseo, la maternidad y la autonomía, lo que quiere decir ser madre, mujer, pareja. La bruja aquí tiene varias capas: es la palabra que algunos utilizan para definir a las mujeres que no son como deben, que no hacen lo que toca; es también la mujer que lee las líneas de las manos, la que desea que pase algo y ve cómo la realidad (o ella) se transforma. La bruja también es Hécate, la diosa triple, la gran hechicera griega, que la autora recupera para hablar de encrucijadas, de tradiciones y rituales actuales que a veces han olvidado su origen pagano, su fuerza simbólica. Un viaje que nos invita a pensar sobre la duda y la creencia, sobre las construcciones que hacemos para entender y encajar en el mundo y lo que pasa cuando eso se tambalea.
La autora madrileña Layla Martínez (Madrid, 1987) también juega con la imagen de la bruja para llevarla más allá con Carcoma (Amor de Madre, 2021). A través de tres generaciones y de una casa habitada por las sombras y el dolor, la autora trabaja el concepto de la bruja para deconstruirlo y darle una capa de memoria y venganza. Y es que aquí no sólo hablamos de la bruja como posible representación de la violencia de género, sino también de la violencia que recae sobre los perdedores, la que se vivió durante la guerra civil y la posguerra. Otra manera de entender la simbología de un arquetipo que sigue creciendo.
Otra manera de trabajar con la mitología es comprender cómo se construye el relato, cómo se puede utilizar el mito para interpretar la realidad y viceversa. Jon Bilbao (Ribadesella, 1972) hace años que está explorando el juego entre leyenda y realidad a través del western, un género que puede considerarse un mito fundacional de los Estados Unidos. Empezó con Basilisco (Impedimenta, 2020), donde presentaba el relato de unos hombres que buscaban un leviatán mitológico; el de la transformación de un hombre en un ser mitológico; el del autor que imaginaba esas historias... Y ha continuado su trabajo sobre lo mítico, su fuerza y la manera en que lo construimos, lo utilizamos y lo explicamos con Araña (2023) y Matamonstruos (2024), que es la culminación de la saga.
También podemos trabajar el mito y el imaginario popular observando cómo se vincula con la realidad y las costumbres. El autor catalán Marc Pastor (Barcelona, 1977) lo hace en su última novela, Riu de safirs (Edicions 62, 2024), donde nos lleva a Madagascar y nos sumerge en un mundo complejo y vivo. El autor, que aquí juega con una mezcla de western, thriller y fantástico, donde encajan trama y fondo, viste la obra de referencias a las costumbres de la zona, consciente de la importancia de exponer rituales, tabús y la forma de explicar historias para entender la idiosincrasia de un lugar. Vemos tradiciones sobre entierros y espíritus, entendemos por qué se hacen ciertas cosas y comprendemos que la tierra que estamos observando está impregnada de creencias que conviven con otras realidades. Por si eso fuera poco, la novela también juega con un clásico como el ciclo artúrico, ya que encontramos un Camelot propio en la Gendarmeria en la que trabaja el protagonista. Una novela rica, cuidada y con imágenes que se quedan en la retina.
Pintura de Francisco de Goya y Lucientes sobre el mito de las brujas
De zorros y selvas
Si dejamos la península y viajamos a otros lugares, podemos encontrar autores que saben cómo introducir criaturas mitológicas y del folklore en sus historias para mostrar lo que representan y la complejidad de los seres que se transforman y nos interpelan. Uno de los ejemplos es la autora Bora Chung, (Seúl, 1976), una de las voces más interesantes de la literatura contemporánea surcoreana. En su colección de cuentos Conejo maldito (Alpha Decay, 2023), bebió de leyendas tradicionales coreanas para construir relatos inquietantes y afilados, con un toque de humor negro y crítica social que se adentraban en la parte oscura y extraña de la condición humana.
En el caso de su última novela, La zorra (Alpha Decay, 2025), Bora Chung se ha decantado por introducir un personaje que es un gumiho , una criatura del folklore coreano con forma de zorra de nueve colas, a menudo vinculada con el mal. La autora explicó que siempre le había gustado esta historia, por su potencia romántica y trágica, y porque veía paralelismos con otras culturas, donde también encontramos seres fantásticos que conviven con humanos. La forma en que esa convivencia se da o termina varía dependiendo de la zona, pero en muchos casos, como con las doncellas de agua catalanas, si el hombre dice lo que son en voz alta, ellas desaparecen.
También de mujeres zorro nos habla la autora rusa Anna Starobinets (Moscou, 1978) en su última novela, El vado de los zorros/El gual de la guilla, novela que Mai Més ha publicado ya en catalán y que en septiembre verá la luz en castellano de la mano de Impedimenta. Starobinets, autora de colecciones de cuentos como La glándula de Ícaro/La glàndula d’Ícar (Impedimenta/Mai Més), nos ofrece aquí una obra que mezcla historia, fantasía y aventuras, y que trata sobre la guerra, las traiciones y los secretos, pero también la magia, las transformaciones y mujeres zorro. En una entrevista durante la CatCon que se celebró en junio de este año en Vilanova i la Geltrú, Starobinets habló de estas kitsune , las mujeres zorro del folklore japonés, que descubrió cuando era joven y que introdujo en la novela por su riqueza y su ambivalencia, ya que permiten explorar un gran abanico de acciones que sirven, a nivel metafórico, para mostrar la complejidad de la naturaleza humana.
Por otro lado, Mónica Ojeda (Guayaquil, 1988) demostró ya hace años, con Las voladoras (Páginas de Espuma, 2020), cómo se podían introducir criaturas de la mitología andina en los cuentos para hablar de la violencia de género y la violencia social. Otras autoras, como Elaine Vilar Madruga (La Habana, 1989) también han demostrado cómo se puede jugar con la mitología como fuente de inspiración, pero en este caso no tanto por introducir criaturas, sino por impregnar la narración con referentes clásicos. Y es que su última novela, El cielo de la selva (Ed. Lava, 2023), que fue la ganadora del premio 42 a mejor obra original en castellano 2024, propone una historia salvaje y terrorífica que bebe del mito clásico de Ifigenia y de Medea: la idea del sacrificio para conseguir un beneficio en el caso de Ifigenia; la idea de la madre que sacrifica a los hijos, en Medea. Y es que el sacrificio está muy presente en el libro, pero también la maternidad, la exploración del papel de la mujer dentro del concepto de la familia y la sociedad. La selva también es un elemento importante, una Madre Tierra que puede dar vida, pero que siempre tiene hambre: una alegoría sobre la violencia sistémica del mundo real que la autora lleva a un extremo brutal que nos estremece.
Y es que las historias de la mitología y el folklore, las rondallas y leyendas, aunque tengan siglos, son un espejo que todavía ahora nos llama y nos invita a mirar y pensar. /

