Realismo y emoción

NOVELA

Rafa Lahuerta Yúfera regresa con un libro biográfico que es el reverso de ‘Noruega’, la historia de ficción que rompió el techo de lectores en el País Valencià

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Rafa Lahuerta

El escritor valenciano Rafa Lahuerta Yúfera 

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Uno de los temas de la nueva novela de Rafa Lahuerta Yúfera (València, 1971) son las relaciones entre realidad y ficción. Soy consciente que cuando una novela es intensa y buena como lo es La promesa dels divendres, llevar el debate hacia una cuestión digamos retórica es hacerle un flaco favor. A la mayoría de los lectores no les interesan demasiado estas disquisiciones y en cambio todos –si no estamos tocados por la sofisticación lectora de la que hoy en día tanto se abusa– buscamos novelas que nos interesen, que nos atrapen, que nos conmuevan y nos hagan leer.

Una de las veces que habla de la muerte del padre –lo hace a menudo– el narrador escribe: “Ho he intentat amb la ficció –revivir cómo experimenta un hombre sencillo y vital la noticia de una muerte prematura–, però la ficció és com la maqueta d’un vaixell que es queda a mig fer en el menjador de casa per falta de peces”. En otro momento de la novela, el narrador se encuentra en Barcelona firmando ejemplares de su éxito, Noruega (2020), y una chica que le conoce desde los diecisiete años, y que perdió de vista treinta años atrás, le pregunta por qué ha escrito todo eso. ¿Es verdad que la ficción es una maqueta a la que le faltan piezas? ¿Nos podemos creer que el verismo autobiográfico aporta los materiales que faltan? No lo tengo nada claro.

⁄ Su compromiso con la realidad va más allá de lo personal verídico: Lahuerta Yúfera es un maestro del realismo

Existe una conexión muy estrecha entre Noruega y La promesa dels divendres que viene por la vía del talento literario: la capacidad de crear un mundo concentrado, la psicología de un chico atropellado por la vida, la elegancia del correlato futbolístico –la novela es también un ho­menaje al delantero Mario Alberto Kempes–, los retratos de personajes secundarios entre los que destaca el propietario de un bar del barrio Chino y una joven prostituta, la ternura con la que habla del padre y la madre, la energía que desprende la historia de amor central, la potencia simbólica con la que Lahuerta imagina que el río Túria, expulsado de València, regresa transformado en un río de historia, memoria y sentimiento, la descripción que hace de la transformación de la ciudad, cuando habla de las ruinas del Palau Reial, que no han sido fundamento de nada, o cuando explica que se ha convertido en ciudad turística por gregarismo.

Y sobre todo, para mí, por la estrategia constructiva, con un clímax muy bien situado cuando el libro cambia de protagonista femenina, no puedo explicar porqué. En aquel momento, el libro, que se había ido formando por acumulación, adquiere una consistencia tensionada. Como ya sucedía en Noruega, después de esta culminación viene un anticlímax complicado. Con una trampita –creo– porque cuando se produce el encuentro entre el escritor y la amiga de los diecisiete años en Barcelona, el narrador no ha contado toda la historia, de manera que la pregunta ¿por qué? es un poco retórica. Cuando tenemos todos los datos entendemos perfectamente el porqué. Mucho más breve que Noruega, La promesa dels divendres tiene también un anticlímax más breve y remonta de manera excelente hacia un final emotivo y lleno de sentido.

Todos estos elementos hacen de la literatura de Rafa Lahuerta Yúfera un arte realista. Da lo mismo si es hijo de un tendero que vendía salazones y bacalao o de un panadero que fue paracaidista en la guerra de Ifni-Sáhara. El compromiso con la realidad va más allá de la historia personal verídica. En este terreno, Lahuerta Yúfera es un maestro y sus novelas una esperanza en un mundo literario amenazado por las imposturas intelectuales.

La novela es un canto a València, una ciudad inexistente “bastida amb els materials imaginaris de la demolició personal”. ¿Qué ciudad no es como la València de Rafa Lahuerta Yúfera? Pero hay que saberla construir y saber decirla. “Més testimoni que protagonista” –en sus propias palabras–, Lahuerta Yúfera ha retratado la periferia, la intemperie espiritual, el desarraigo, el olvido y el orgullo forjado en el silencio. Cien por cien recomendable.

rafa lahuerta

'La promesa dels divendres' 

 
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