“Me exalta lo nuevo y me enamora lo viejo”: el conocido verso de J. V. Foix –toda una divisa estética y ética– podría servir para definir el momento poético que vivimos, en el que coinciden en las librerías autores actuales con algunos clásicos del género, dichosamente recuperados.
En catalán, Quaderns Crema recoge la poesía publicada entre 1965 y 2000 por una de sus voces de mayor prestigio: Francesc Parcerisas. Triomf del present ya era el título con que el autor había dado a conocer –en 1991– su poesía hasta La edad de oro, libro emblemático de 1983. El volumen incluye tres títulos más, aunque todavía no recoge el corpus total de la obra del barcelonés.
Genial, controvertido, excesivo, Ezra Pound es uno de los artífices más rutilantes de la modernidad angloamericana. Y Els Cantos es su obra magna, que acaba de publicar íntegramente, por vez primera en catalán, Edicions de 1984 en una admirable traducción de Joan Antoni Cerrato. La misma editorial ha sacado Tots els versos, de Arthur Rimbaud: también es la primera traducción en catalán de la obra íntegra en verso del prodigio de la lírica francesa (e internacional). La traducción, magnífica, es de Jaume Galmés.

Francesc Parcerisas
Adesiara nos sorprende con un clásico de postín, Elegies romanes, de Goethe, con traducción de lujo del nonagenario Feliu Formosa: ¡el disfrute de tener, en catalán, la historia de amor romano del genio alemán! Versos que resuenan en nuestra memoria, como los de la quinta elegía: “Sovint en braços d’ella també he fet poesia, / i li escandeixo hexàmetres amb lleus tocs dels meus dits / a l’esquena”.
El testamento poético de Àlex Susanna, fallecido en verano, lleva por título Tot és a tocar (Proa). Durante el año próximo aparecerá su poesía completa en Viena Edicions. Susanna Rafart publica, en LaBreu, Contracant (y confirma por qué es una de las voces más hondas de la lírica autóctona actual). El propósito de su nuevo poemario parece ser hallar un fundamento para el vivir y una voz que nos represente. Por su parte, Adrià Targa está doblemente representado: publica Acròpolis (Godall Edicions) y Arnau (Proa). La experimentación, el reto de ir siempre algo más allá, resulta connatural a su obra.
⁄ Juan Antonio Masoliver Ródenas, ‘En el jardín del poema’, persigue el espíritu sin lesión ninguna de la niñez
Antoni Ferret Baig publicó su primer libro, Perdent la por, el año pasado, a los cincuenta y cinco años. Presenta ahora el recomendable Turisme interior (Pagès), en que la ciudad de Roma se convierte en símbolo de lo imperecedero y, a la vez, de lo más quebradizo de la condición humana. Llibres del Segle nos propone el nuevo poemario de una autora esencial, que no se prodiga demasiado: Montserrat Rodés. Aturar-te a dalt se plantea, una vez más, como una investigación del lenguaje poético y del alcance de nuestro conocimiento. Y Godall nos ofrece una antología de Adam Zagajewski, obra de Xènia Dyakonova: Elegia elèctrica. Un repaso diacrónico a la poesía del polaco.
En castellano, Visor recupera uno de los clásicos más rotundos del siglo XX: Los réquiem y otros poemas, de Rainer Maria Rilke, con traducción y comentarios de Otto Dörr. Entre las piezas menos conocidas, La muerte : “Ahí está la muerte, un extracto azulado / en una taza sin platillo”. El poeta praguense nos introduce en un territorio en el que la trascendencia irrumpe en la cotidianidad.
“Soy / lo mismo que / la arena de la clepsidra / que / puede ser tiempo / solo / en / la caída”, afirma Ana Blandiana, la poeta rumana, nacida en 1942, que también Visor tiene el acierto de ir recuperando, traducida per Viorica Patea y Natalia Carbajosa. Acaba de editar su tercer poemario, El tercer sacramento (1969).

Ana Blandiana
“Un día, / hallándome recluido en la cabina del Arca, / decidí despejar de arena mis ojos”, cuenta un afilador en versos de Eduardo Chirinos. Pre-Textos nos regala el primer volumen de la obra lírica del peruano, muerto en el 2016: Obra completa. Cuaderno rojo (Poemas, 1978-1998). Blackie Books vuelve a la carga con la inmarcesible de Gloria Fuertes, poeta un tanto olvidada de la generación de los cincuenta: La gente corre tanto. Sobre cómo vivir (y luego irse). Siempre sabia, bajo la apariencia de su dicción coloquial: “El dolor envejece más que el tiempo”.
Galaxia Gutenberg recupera la obra de Joan Vinyoli, gracias a la meritoria traducción de los poetas José Ángel Cilleruelo y Vicente Valero: Soy un hombre solo. Antología poética. Por su parte, La Bella Varsovia nos propone un título muy sugerente: Atlas, de la poeta gallega Alba Cid , que parece tener siempre muy presente la tradición angloamericana.
⁄ Voces femeninas: Susanna Rafart, Montserrat Rodés, la rumana Ana Blandiana o Gloria Fuertes
Desde que leí La casa de la maleza (1992), he seguido con gran interés la poesía de Juan Antonio Masoliver Ródenas, reconocido crítico de este diario, amén de traductor y narrador. Acantilado publica En el jardín del poema: versos que parecen perseguir la luz primigenia, el espíritu sin lesión ninguna de la niñez. Ultramarinos sigue con la publicación de la poesía completa de la gallega Chus Pato: Poesía reunida. Volumen VII (Sonora), con traducción de Gonzalo Hermo y prólogo de la citada Alba Cid (hermoso puente generacional: Pato nació en 1955; Cid, en 1989). Vaso Roto ha dado a la luz No obstantísimas, de Julieta Valero , soberbio poemario. Si en el libro de Chus Pato sentíamos el peso de la madre muerta, en el de la madrileña el protagonismo se lo lleva la maternidad, con unos versos cargados de gravedad. Finalmente, Tusquets publica un poemario de Alfonso Alegre Heitzmann, de hermoso título: Hueso en astilla. Poesía desnuda, que queda en el hueso esencial del sentido.