Cuando el Art Déco sedujo a España

REVISIÓN

Se cumplen 100 años de la Exposición de las Artes Decorativas de Paris de 1925, que proyectó el nuevo estilo internacionalmente. De la arquitectura a la ilustración, la pintura, los objetos e incluso la luminotecnia y la moda, nada escapó a su influencia

(Treviso) Alberto Martini - Ritratto di Wally Toscanin1 1925

Alberto Martini: 'Retrato de Wally Toscanini', 1925 

Archivo

El 28 de abril de 1925 el presidente de la República Francesa Gaston Doumergue inaugura en el centro de París la Exposition Internationale des Arts decoratifs et industrials modernes. Los términos “decorativo” y “moderno” señalan estéticamente las diferentes construcciones en muchos casos antagónicas que se elevan en la ciudad. Un paisaje ecléctico para un estilo que se proyecta en un conglomerado de manifestaciones y que no recibirá su nombre oficial de Art Déco hasta cincuenta años después con motivo de una retrospectiva conmemorativa de la exposición de París de 1925, que se celebra a su vez en el Museo de las Artes Decorativas de Paris en 1966. 

“ Ha tenido varias denominaciones” indica el historiador Javier Pérez Rojas, autor de Art déco en España ( Cátedra). “Como todos los estilos no es uniforme y tiene una gran cantidad de registros”, señala. “El art déco reacciona contra el modernismo, pero en su primera fase tiene evidentes impregnaciones simbolistas, generalmente se considera el art déco como un estilo geométrico, con formas rectilíneas y zigzagueantes y decoraciones de inspiración cubista o futurismo”. 

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Baile de disfraces, 1931 

© Office for Metropolitan History

LA IMAGINACIÓN. Esta fotografía de un baile de disfraces de la Escuela de Bellas Artes de Nueva York en 1931 reúne a un grupo de arquitectos ‘vestidos’ cada uno con sus creaciones arquitectónicas más famosas. Entre los arquitectos se encuentra William F. Lamb autor del Empire State Building, una de las obras más representativas del art déco americano, y William Van Alen autor del edificio Chrysler Building, otro ejemplo arquitectónico de art déco.

“El art déco, como se acostumbra a decir, es un cóctel, un combinado refrescante y vitalista hecho de muchos ingredientes, exotismos, elementos populares, vanguardias, la pasión por la velocidad y la máquina”, apunta Maria Àngels Fondevila, autora del libro Art Déco català. 1909-1936 ( Memoria Artium) Un estilo, como subraya Fondevila, que fue difundido por “las revistas ilustradas y la cultura de masas y degustado como si fueran los últimos sorbos de optimismo”.

/El art déco se define como geométrico, con formas rectilíneas y zigzagueantes y decoraciones de inspiración futurista

Después de la devastación que ha supuesto la Primera Guerra Mundial se extiende un espíritu de joie de vivre . Al tango le sucede el jazz como nueva banda sonora y las flappers , mujeres jóvenes que rechazaban lo que era considerado admisible en la sociedad, como modelo libertario femenino en medio de las turbulencias políticas y financieras. La construcción del Empire State de Nueva York señala la hegemonía del estilo art déco. “Es el primer gran estilo internacional”, dice Pérez Rojas. 

“Fue un estilo difundido por los últimos imperios coloniales, nos lo encontramos en América, en Europa y también en África”. La modernidad que representa el nuevo estilo acabará traspasando la barrera de los Pirineos. “El art déco tuvo una repercusión extraordinaria en España tanto en la arquitectura como en el diseño o la ilustración gráfica, con autores pioneros como Rafael de Penagos o Federico Ribas” observa Pérez Rojas. “Los cines, por ejemplo, y las salas de fiestas se hicieron pronto eco del espíritu art déco, podemos ver en la Gran Vía de Madrid o en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia numerosos edificios de este tono. En los años treinta era un estilo popular”. 

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Josep Renau: ‘Las Arenas’, 1932 

MNAC

LA MODERNIDAD. El pintor Josep Renau desarrolló en la década de los años treinta una intensa creación gráfica coincidiendo con el periodo republicano que continuaría en su exilio mexicano después de la Guerra Civil. Su cartel publicitario para la inauguración de la piscina luminosa del balneario Las Arenas de Valencia refleja ese momento de modernidad de la ciudad proyectado en la silueta de la mujer bañista desde un ángulo de carácter cinematográfico y vanguardista.

En Barcelona la Exposición Internacional de 1929 sirve de gran escaparate. “Su incidencia es muy significativa en la pintura, las artes decorativas, especialmente en las lacas, el mobiliario, las joyas y también en la moda o la luminotecnia”, recalca Fondevila. “Hay un déco elitista, artesanal, lujoso que sigue las indicaciones de París y que lo ejemplifican las creaciones de los artífices del FAD, y por otro lado un déco popular que se proyecta en los maniquíes de las tiendas, en la publicidad de unos calcetines o de un perfume”.

/ No recibió el nombre de art déco hasta cincuenta años más tarde, durante una retrospectiva en París

“Es el momento en que los medios de comunicación, prensa, publicidad y cine encumbran nuevos iconos, la electricidad, los rascacielos, la danza y el baile, el jazz o las estrellas glamurosas de Hollywood”, según Fondevila. El diseño gráfico y la ilustración colaboran en esta proyección jubilosa viviendo una nueva edad de oro ilustrada. “El año 1925 parecía que había llegado el momento de adaptar a la gráfica comercial cotidiana no solo las formas, los colores y los collages cubistas, sino también los fauvistas, futuristas, constructivistas y dadaístas” recuerda el diseñador e historiador Enric Satué. 

La Casa Ferran o Casa China de Barcelona

La Casa Ferran Guardiola o Casa Xina, en Barcelona 

Llibert Teixidó

“Una tarea que realizaron un puñado muy selecto y emprendedor de jóvenes diseñadores gráficos especializados en el cartelismo como Paul Colin, Jean Carlu, Charles Loupot o Cassandre”. “El más puro art déco está íntimamente relacionado en España con la ilustración gráfica, hasta el punto de que en muchas ciudades las artes gráficas constituyen una auténtica avanzada gráfica”, en opinión de Pérez Rojas.

“Ciudades como Valencia y Barcelona concentraban las mejores imprentas”, recuerda el diseñador Iban Ramon, en cuyos trabajos se puede apreciar la huella de aquel espíritu gráfico . “Gracias a esta importante industria gráfica muchos artistas, ilustradores, cartelistas pueden desarrollar su trabajo, como es el caso de Renau, autor del emblemático cartel para la Piscina de Las Arenas de Valencia de 1934, donde podemos observar un reflejo tardío de las vanguardias”.

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Perfume Maderas de Oriente, de Myrurgia 

Archivo

Las décadas de los años veinte y treinta del siglo XX conocen la aparición de objetos diferentes diseñados para los nuevos gustos y hábitos de la vida moderna, como la coctelera, la pitillera o el lápiz de labios, elementos que forman parte del escenario de la mujer moderna finalmente liberada de los corsés gracias a Paul Poiret y Coco Chanel. A pesar de esta modernidad el art déco no tendrá el acento revolucionario de otros movimientos contemporáneos como la Bauhaus o el llamado Style International. 

“Asimila las aportaciones de ciertos movimientos artísticos de las vanguardias de principio del siglo XX, pero situándolos a un nivel de síntesis que los lima de agresivas rupturas” indica Pérez Rojas. “Es un arte que pretende ante todo ser muy contemporáneo, expresión de su época, representativo de los tiempos modernos”. Su mismo ADN asociado a espacios de consumo y ocio ha propiciado la desaparición de muchas de sus huellas. 

“El art déco en Barcelona ha sufrido grandes pérdidas y no han sobrevivido buena parte de sus bares, cines y otros establecimientos por ejemplo los cafés Cuba, la editorial Seix Barral, el Saló Rosa, el Dique Flotante, el Price y otros”, lamenta Fondevila. Como superviviente y exotismo arquitectónico hay que destacar la Casa Ferran Guardiola conocida también como la Casa Xina, ejemplo del art déco más singular.

⁄ Se extendió a través de las revistas ilustradas y la cultura de masas en un momento de intensa ‘joie de vivre’

Al igual que otros revivals , el art déco conocerá también un periodo de renacimiento estético a principios de la década de los años setenta. Películas como El Gran Gatsby, El conformista , Asesinato en el Orient Express o musicales como Cabaret recuperan modas y escenografías del estilo triunfante de entreguerras. Las canciones de Cole Porter, las ilustraciones de Erté, los objetos de cristal de René Lalique o las pinturas de Tamara Lempicka se recuperan o revalorizan. Hasta sus huellas serán visibles en la arquitectura posmoderna o en las creaciones de un grupo como Memphis, el heterodoxo colectivo de diseñadores promovido por Ettore Sottsass a principios de los años ochenta.

“La historiografía española ha sido un tanto remisa a admitir el fenómeno art déco y lo llaman muchas veces de otra manera”, afirma Javier Perez Rojas, que prepara la reedición y actualización de su pionero libro sobre el art déco en España. “ Si que se han hecho algunos trabajos sobre arquitectura y diseño gráfico”. Y cuestiona. “ Hay que considerar que mucho de lo que se llama novecentismo o noucentisme es desde mi punto de vista claramente art déco”, concluye.

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