Francisco alegre y olé

NOVELA SIN FICCIÓN

Ateo y con aires de hacerse el duro, Javier Cercas viaja a Mongolia con Francisco, la curia y al fondo Cristo. ¿Podrá garantizar a su madre que se reencontrará en el cielo con su marido?

Ingreso de Javier Cercas en la RAE en Madrid

Javier Cercas en la toma de posesión de la letra R como académico de número de la RAE en el 2024 

Jesus Hellin / STUDIOMEDIA19

Hay dos estados teocráticos en el planeta: el Vaticano y la República Islámica de Irán. Mientras los ayatolás animan a cortar el pescuezo a los escritores díscolos, aquellos invitan a autores ateos a conocerles para que escriban libros. Ha sido el caso de Javier Cercas, el mismo que viste y calza, elección y estrategia acertadas porque la Iglesia Católica tiene una aproximación sin prejuicios –uno de los mejores retratos de un Papa que acaba de diferir la muerte– y el autor consiguió trasladar a su madre, católica a machamartillo y aún más ferviente amante de su marido difunto, la respuesta del pontífice a su gran certeza, aquella que reiteraba antes de sufrir Alzheimer: “mi madre no paraba de repetir que iba a encontrarse con él después de muerta”.

¿Y el lector que encuentra en este El loco de Dios en el fin del mundo ?

La posibilidad de conocer sin ditirambos a todo un Papa del que aún hoy, doce años después de su elección, muchos dudan de qué pie cojea y a dónde ha pastoreado a la Iglesia, mediante la coartada de escribir un gran reportaje en formato de libro sobre una visita de Francisco a Mongolia en verano del 2023. 

Naturalmente, el viaje pontificio es lo de menos porque aquella peregrinación a un país periférico no pasará a la historia pese a tan atractivo destino, aunque desde que murió Gengis Khan y modernizaron el hotel Ulan Bator, joya de la peor tradición hotelera soviética, Mongolia no es lo que era.

La invitación vaticana confirma que no tienen un pelo de tontos porque sólo un descreído ilustrado – a la Buñuel, ateo por la gracia de Dios– puede acercarse al misterio de la resurrección con curiosidad sana y dándole actualidad. Y lo mismo sucede con muchos de los principios que formaban el catecismo y forjaron la fe de generaciones y hoy apenas se plantean. 

Javier Cercas nos saca de esa zona de confort post católica –si España ha dejado de ser católica que venga dios y lo vea– y nadie podrá acusar al autor de blanquear nada, ni siquiera miserias que aparecen en el relato. Lo estupendo, a diferencia de Los Diez mandamientos o La Túnica sagrada , es que esta inmersión en la religión y el vicario de Dios rehúye el efectismo y opta por la hondura interpeladora gracias a las buenas lecturas y la categoría de los personajes de la curia entrevistados. 

El autor se desnuda más allá de lo que exige el guion y así desvela la pérdida de su fe a los catorce años por culpa de una novia a distancia y el refugio en busca de consuelo en San Manuel Bueno, mártir de Unamuno. Un error: la pena hubiese sido más llevadera con Marcial Lafuente. “Una confesión obligatoria: soy escritor porque perdí la fe”, señala.

El reto de afrontar los misterios de Cristo, la fe y la promesa de la resurrección harían naufragar a muchos escritores. Tras leer esta novela sin ficción, el que suscribe y peca, aficionado a los toros, piensa que a Javier Cercas le sucede lo que a los maestros cuando están en racha: todos los toros les embisten...

La aproximación al Vaticano es noble y de tú a tú. Un mano a mano, puestos ya. Mensajero de su madre –a la que es fácil cogerle cariño y que falleció al poco de la conclusión del libro– , Cercas se contagia del gran valor de il poverello san Francisco de Asís, como el pontífice: la humildad.

El santo se presentaba como “el loco de Dios” y es de agradecer que alguien lo enaltezca sin ser un meapilas o un tostón. Por cierto: el autor gasta coñas de los vaticanistas, entrañables colegas y mejores personas, una tribu dentro de la tribu periodística. Y a vueltas con el gremio: suerte que Javier Cercas no es el reportero Tintín, que se pegaba los grandes viajes y en la vida enviaba una línea.

¡Y menos un señor libro!

Javier Cercas El loco de Dios en el fin del mundo Random House 488 páginas 23,90 euros

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