Un banquete sobre Catalunya

NOVELA

La guerra entre anarquistas y comunistas en mayo de 1937 es el pretexto para una conversación sobre Barcelona que incorpora diferentes puntos de vista

29 - 05 - 2025 / Barcelona / Entrevista a l'escriptor Carles Casajuana, que publica la novel·la 'La guerra dins la guerra', / Foto: Llibert Teixidó

El escritor y diplomático Carles Casajuana

Llibert Teixidó

Ramón Balaguer y Miquel Rovira son los protagonistas de las novelas L’últim home que parlava català (2009) y El melic del món (2013) de Carles Casajuana (Sant Cugat, 1954). Balaguer es autor de la novela Temperatura variable , escrita “en castellà d’estar per Barcelona” (una definición inmejorable que utilizaré también yo a partir de ahora), que se mantiene en las librerías y que obtuvo un Premio Nacional de España con connotaciones políticas. Mientras que Rovira es un escritor en catalán, autor de L’últim home que parlava català y de un ensayo sobre los catalanes, que Balaguer le editó una temporada que dirigía una colección de ensayo en catalán a pesar de ser un autor en castellano –paradojas de estar por casa–.

Balaguer y Rovira se han convertido en personajes tragicómicos de una serie que permite seguir la transformación de Barcelona: desde los inicios de la gentrificación del Born hasta la aceptación optimista de la Vila Olímpica, con una deriva hacia el mundo literario, con la miseria estructural, los editores apáticos, los adelantos despatarrantes y desde hace poco –y con gran éxito– los talleres de escritura creativa. 

A Ramón Balaguer le han encargado uno, que introduce en el libro una línea autorreflexiva, sobre personajes y argumentos, comienzos, desarrollos y finales. La otra línea autoconsciente es el proceso de escritura de la novela de Miquel Rovira, que se llamará La guerra dins la guerra (el mismo título del libro que tenemos en las manos) y que tratará de los Fets de Maig de 1937 cuando anarquistas y comunistas se mataban por las calles.

Este desdoblamiento (catalán-castellano, independentista-unionista) me ha recordado las últimas novelas de Baltasar Porcel. La diferencia es que ni Balaguer ni Rovira son Casajuana. En lugar de utilizar elementos autobiográficos (aunque seguro que los hay: siempre los hay), Carles Casajuana utiliza este personaje desdoblado para objetivar su visión de Catalunya. Esta vez introduce a un tercer personaje, Chantal, una chica quebequesa, veinte años más joven, que ha venido a Barcelona a estudiar las mujeres de las Brigadas Internacionales.

Supongo que a Casajuana –que lo es de oficio: fue embajador de España en Londres entre muchas otras cosas– no le molestará si digo que es diplomático. Sus novelas son juiciosas, sibilinas, contraargumentadas. Por ejemplo: Chantal ha alquilado un piso de 300 metros en la Vila Olímpica a una conocida que está de viaje y sabe explicar porqué el barrio le parece tan cómodo y considera que en él se vive tan bien. 

Ramón Balaguer propone escribir un Diccionario de ideas recibidas sobre Barcelona con definiciones de turista, rehabilitación de edificios y comercio que cierra sus puertas . Es muy bueno. Algunas de las escenas principales del libro se desarrollan en clases, cenas y copas. Es una especie de banquete, en el que se debaten temas muy diversos. Empezando por los Fets de Maig: ¿La República habría ganado la guerra si comunistas, trotskistas y anarquistas no se hubieran dedicado a zurrarse? ¿Habrían triunfado los partidos independentistas en el 2017 si no se hubieran dedicado a tirarse del moño?

Existe otra guerra dentro de la guerra, menos visible: el papel de las mujeres en el siglo XX. Chantal, que es una chica que vive de manera libre sus relaciones sentimentales y sexuales, introduce –sin receta– los casos de Eileen Blair y de las botas militares de George Orwell, de Micaela Feldman, que dirigió una columna del POUM, y de la fotógrafa Gerda Taro.

La guerra dins la guerra funciona de maravilla. Es como una comedia de Woody Allen, divertida, nada forzada, contemporánea, con una reflexión sobre la Historia y sobre el arte de narrar. Una de les cosas que más me gusta es la manera que tiene Miquel Rovira de desarrollar el argumento de la novela que está escribiendo, que al principio flojea y es cada vez más interesante, hasta que, mareado por uno y otro, igual se complica en exceso. Si es deliberado, es un 10.

Carles Casajuana La guerra dins la guerra Proa 272 páginas

18,52 euros

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