Los seguidores de Guillem Gisbert ya sabrán que al ex cantante de Manel le gusta pasear. O, mejor dicho, que le gusta componer sus densas letras mientras camina por las calles de Barcelona. La imagen es simpática: el poeta, solitario y distraído, andando por el paseo de Sant Joan, mientras su mente se deja inspirar por las musas. Pero quizás sea algo más prosaico. En todo caso, sería así cómo gestó su primer disco en solitario Balla la masurca! , presentado en sociedad la primavera pasada, y que, tras un año de andadura, ha cumplido con las expectativas creadas tras el alto listón que dejó la banda barcelonesa durante quince años.
No es una exageración. Un sucinto repaso al verano pasado nos da que Gisbert fue uno de los artistas más programados en todo tipo de festivales. El público catalán tenía ganas de escucharle y, pese a su presencia siempre discreta, gozó de una notable promoción. El barcelonés es uno de aquellos personajes que atraen a la sociedad catalana, especialmente a la generación que vio en Manel la banda sonora de su amable cotidianidad, en unos tiempos probablemente más fáciles.
El barcelonés reapareció este 2025 con ‘Cumbia amb el Guillem’, una celebrada colaboración en el disco de Mushkaa
En otoño, mantuvo su presencia en los escenarios, gracias a una gira por teatros que mostró la cara más cercana del cantautor. Y la reciente colaboración con Mushkaa Cumbia amb el Guillem , que aparece en el Nova bossa de la joven cantante, le ha devuelto algunos titulares. Así, el idilio de Gisbert con el público catalán no para y tendrá este sábado, casi un año después del lanzamiento, un nuevo capítulo con un concierto en la sala 1 de Razzmatazz, en el marco del ciclo B Series.
No se esperan, no obstante, grandes novedades para el directo de mañana, al menos de las que hayan sido anunciadas. Será un nuevo repaso del disco que Gisbert concibió con mimo como un equilibrio entre su pasado en Manel y su presente y su personalidad. Así, Balla la masurca! Ni se aleja de su banda de toda la vida ni le reta un nostálgico homenaje. De hecho, Gisbert demuestra ser incluso más ecléctico que el cuarteto, ya que cada uno de los once cortes, sin perder la coherencia, tiene su propio vestido, mientras que la banda siempre se esforzó en mantener una unidad estilística en cada álbum. Siempre desde el terreno del pop, destacan la dylaniana Les aventures del general Lluna o la tunera Estudiantina , también la urbana Hauries hagut de venir y las más convencionales Cantiga de la Montse o Miracle a les Planes . Todas con su inconfundible narrativa.
Habrá que ver si, como en 2024, Gisbert rescatará algún tema de Manel o alguna versión, o si se atreve a trasladar al escenario el citado encuentro generacional con Mushkaa. O si sus paseos ya han dado nuevos frutos, y ese amigo gisbertiano que todos conocemos podrá disfrutar de alguna novedad que le sacie.

