Cuando Barcelona echa a sus vecinos

Teatro

Pau Miró retrata en ‘Expulsió’ una ciudad desangelada, que contrasta con la de hace veinte años de ‘Plou a Barcelona’

Versió en català, aquí

Imatge d'escena de l'obra de Pau Miró 'Expulsió', dirigida per Toni Casares a la Sala Beckett 2025

Anna Alarcón y Montse Germán en 'Expulsió', de Pau Miró, en la Sala Beckett 

Kiku Piñol

Los años no pasan en balde, como demuestra de manera fehaciente la relación que los barceloneses tienen con su ciudad. La gitana hechicera, la ciudad de los prodigios, la Rosa de Foc, ora cautiva ora desencanta los que la quieren amar.

El dramaturgo Pau Miró estrenó en el 2004 Plou a Barcelona, en la Sala Beckett de Gràcia, y ahora le toca a Expulsió , en la sala del Poblenou. Las dos, dirigidas por Toni Casares, que también es el director de la sala, en estos veinte años dan un salto del amor al desamor, que muchos conciudadanos comparten. Son dos caras de una misma moneda.

“Hay que construir una nueva esperanza, y eso ya no está en manos de nuestra generación”, asegura el dramaturgo

Pau Miró cuenta a La Vanguardia cómo ha ido todo: “El impulso de hacer la obra es que cuando escribí Plou a Barcelona, estaba en un momento muy ilusionado con la ciudad y tenía muchas ganas de explicarlo a todo el mundo que venía. Y ahora encuentro que la ciudad cada vez es menos para mí, de ahí la expulsión del título, porque es para una gente con una capacidad económica alta y es para el turismo. Sin embargo, quería que la pieza acabara con un punto de esperanza”.

Una urbanista de Barcelona se ha recluido en la casa de veraneo de su familia después de haber sufrido una fuerte desavenencia con el Ayuntamiento de Barcelona. Allí recibe la visita de sus dos hermanos, acompañados de una sobrina adolescente, que han venido a compartir el luto por la muerte reciente del padre, también un urbanista de prestigio. La conversación sobre los motivos de la muerte del padre hace aflorar recuerdos, sentimientos y contradicciones con respecto a las relaciones de cada uno de ellos con sus padres y, sobre todo, con respecto a los ideales que han impregnado desde siempre la vida familiar.

Vertical

Pau Miró estrena en la Sala Beckett 'Expulsió', dirigida por Toni Casares.

Kiku Piñol

“Son tres hermanos que se encuentran en la casa de veraneo después de la muerte de los padres y tienen que decidir qué hacen –continúa el autor–. Esta es la excusa que hace arrancar la trama. Resulta que eran unos padres idealistas, con una historia profesional muy potente. Por eso también se plantea qué se hace con estos idealismos, porque parece que hemos perdido musculatura. De los tres hermanos, una se erige en la heredera de este idealismo, el otro está en medio y la tercera, abogada, en las antípodas”.

Sin embargo, esta visión tan diferente de la ciudad de la que el mismo Miró hizo en la obra del 2004, se plantea con una brizna de esperanza. El dramaturgo lo explica así: “Hay que construir una nueva esperanza, y eso ya no está en manos de nuestra generación, que está atascada en unos ítems muy agotados, sino en la generación joven. Tenemos que pasarles el testigo para que puedan hacer un relevo generacional, porque la esperanza viene de las generaciones más jóvenes”.

Pau Miró garantiza “comedia y humor, porque, si no, sería terrible”

El dramaturgo, en la cincuentena, también habla de su hija de cinco años: “Ella también me ha hecho pensar. El futuro ya no es mío, sino suyo, y a ver qué futuro podrá tener. Tenemos que darnos cuenta de que nuestra manera de explicar el mundo ha caducado un poco. Yo creo en los ideales que surgieron después de la Segunda Guerra Mundial, confío en la socialdemocracia, pero no hemos sabido encontrar la articulación para sostener este discurso en el tiempo –se lamenta–. La narrativa de Trump y Musk nos ha adelantado y ahora tenemos que encontrar nuevas maneras de defender nuestras creencias”.

En el escenario de la Beckett, hasta el 6 de abril, Anna Alarcón, Montse Germán, Xavi Sáez y Mia Sala-Patau dan vida a estos personajes en proceso de cambio. Y aunque no deja de ser un drama, Pau Miró garantiza “comedia y humor, porque, si no, sería terrible”, concluye.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...