La renovada selección española de balonmano, dirigida por Jordi Ribera, arrancó con buenas sensaciones en el Mundial de Noruega, Dinamarca y Croacia. Los nuevos hispanos, muy rejuvenecidos, con una media de edad de 25 años, superaron a Chile (31-22) tras sobreponerse a un mal inicio, marcado por la incomodidad y los nervios del estreno. Un debut en el que destacaron cinco de los nuevos hispanos reclutados por el técnico catalán.
Un grupo prometedor
Ribera ha renovado la selección con cinco jóvenes portentosos: los hermanos Cikusa, Víctor Romero, Ian Barrufet y Carlos Álvarez
Jordi Ribera, gran conocedor de la toda la base del balonmano español, como estudioso y director técnico de la Federación, se ha impuesto una renovación de los hispanos pensando en el nuevo ciclo olímpico de Los Angeles 2028. Para él, este Mundial 2025 “es un momento para dar oportunidades”.
Es por ello que el profesor de Sarrià de Ter se ha llevado a Oslo a cuatro de los júniors de oro: los hermanos Cikusa, Petar (Barça) y Djordje (del Barça, cedido al Montpellier), Ian Barrufet (del Barça, cedido al Melsungen), Víctor Romero (Fraikin Granollers) y Carlos Álvarez (Ademar), además de otros jóvenes ya más curtidos que ya tuvo en París, como Jan Gurri, Ian Tarrafeta, Dani Fernández o Javi Rodríguez.
Fueron estos chavales, los nuevos (menos Petar, que estuvo en la grada) y jóvenes como Dani Fernández (próximo fichaje blaugrana), con 5 goles, o Ian Tarrafeta (4), o el portero suplente Sergey Hernández (17 paradas, 45%, escogido MVP), quienes desatascaron a la selección española en un comienzo de partido que se complicaba.
Mal arranque y buena reacción
Del 7-10 al 17-13: España fue capaz de darle la vuelta a un partido que se torcía
El arranque de España en el partido fue dubitativo y a trompicones. Ribera sacó de inicio a un equipo de perfil B, con Sergey en la portería, con los debutantes Carlos Álvarez en el extremo y Djordje Cikusa en el lateral derecho, con Casado y Tarrafeta en funciones de creación, y con la pareja Migallón-Javi Rodríguez en el eje de la defensa 6:0.
Tras el 3-2 de Tarrafeta, la selección se empezó a venir abajo por la falta de consistencia defensiva. Esteban Salinas les hacía un boquete en los seis metros y Chile se iba en varias ocasiones de tres goles (5-8, 7-10).
La reacción española no se hizo esperar a las indicaciones de Ribera: más anticipación, más intensidad defensiva y a la carrera. Djordje Cikusa (con el 9-10) iniciaba la remontada, soberbia, un parcial de 5-1 en seis minutos, con el que España pasó de perder de 2 a irse de dos (13-11). Participaron en ese acelerón los más jóvenes, Dani Fernández (2), Carlos Álvarez e Ian Barrufet, que también se estrenaba con un gol en un Mundial.
Tras salir del bache, los hispanos tomaron el mando en ritmo y control de juego, y con la sección más veterana en pista (los hermanos Alex y Dani Dujshebaev, Agustín Casado y Ferran Solé) encauzó la victoria al llegar al descanso (17-13).
En el segundo tiempo, tras ajustar Rodrigo Salinas de nuevo el marcador con el 20-17, España sacó la artillería para aplacar la reacción chilena. Asestó un parcial de 6-0 en 7 minutos para dispararse a un +9, máxima renta (26-17), y rematar el encuentro.
Gurri y Tarrafeta, dos de las joyas de la cantera del Fraikin Granollers, mantuvieron a España en el intercambio final de goles para sostener los 9 goles de ventaja (31-22).
Próximo partido, el sábado contra Japón (18.00 h), también en Oslo.