Si el fútbol azulgrana se juega hoy media vida, el baloncesto azulgrana, también.
Muchos aspavientos da el conjunto de Peñarroya, un Guadiana caprichoso e imprevisible, un suplicio para su afición y también para el adversario, que no sabe muy bien a qué se enfrenta.
“La mente es clave ante un mal momento y para no volverse loco en uno bueno”, dice el técnico Peñarroya
Aquí tenemos al Mónaco, hecho un flan ahora, qué contraste con las sensaciones que experimentaba días atrás, cuando ya se veía en la Final Four de Abu Dabi (24-26 de mayo). Los monegascos se habían colocado 2-0 a favor en esta serie ante un Barça aparentemente desconcertado, desordenado y definitivamente rendido, una ruina.
¿Era el fin?
No tan rápido.
Reimpulsado por un Brizuela creciente (14 puntos en el tercer choque, 17 en el cuarto), un Jabari Parker enchufado (22 en el cuarto duelo) y un Willy Hernangómez renacido (“llevo todo el año trabajando para momentos como este en el que se necesita la mejor versión de cada uno”, decía ayer, antes de volar al Principado), el Barça se rehizo en los dos compromisos del Palau Blaugrana y reaparecerá hoy en Mónaco, en apariencia euforizado, en el ínterin, contenido, con la serie en 2-2.
“Venimos reforzados tras igualar la serie. La mentalidad es clave para superar los malos momentos y no volverte loco en los buenos. El equipo ha mejorado en esto durante el año, ha tenido muchos momentos para caer y no lo ha hecho. Esta resiliencia nos ha dado este premio. Sabemos que podemos ganar a cualquiera si hacemos las cosas bien”, decía ayer Joan Peñarroya, analista de un curso condicionado por las bajas: hoy no jugará Vesely, maniatado por una lumbalgia, y tampoco lo harán Juan Núñez, Laprovittola y Metu, también fuera de juego a causa de las lesiones.
Agitados todos estos condimentos, el choque de esta tarde se antoja incierto, un jeroglífico para los apostadores pero un libro abierto para el Barça, que entiende sus bazas: frenar al escolta Okobo y a Mike James, bloquear los rebotes ofensivos del Mónaco y rezar para que Jabari Parker, Brizuela y Punter sigan dando lo mejor de sí mismos.