El poder de los representantes

Por la escuadra

El poder de los representantes
Director de Mundo Deportivo

El poder de los representantes supera a veces las propias expectativas de los futbolistas. Hace algún tiempo los agentes eran personas cercanas que seguían toda la carrera de los jugadores. En estos momentos hay auténticas multinacionales de la representación que abarcan más de un futbolista, con intereses contrapuestos.

Josep Maria Minguella

Josep Maria Minguella 

Miquel Benítez/Getty Images

Maradona tuvo como su primer y principal representante a Jorge Cyterszpiller, su amigo de apenas dos años más con el que compartió infancia (era el que llevaba la pelota a los partidos de niños) y fue su agente durante ocho años hasta que las poco exitosas operaciones económicas de Jorge llevaron a la separación. Cyterszpiller acabó con su vida al caer al vacío desde un séptimo piso del hotel Faena en Puerto Madero. Había firmado el fichaje de Diego por el FC Barcelona por 8 millones de dólares y acabó con la quiebra de ‘Maradona Producciones’, la empresa que forjó para llevar los asuntos del astro argentino. Acabó aprendiendo, pero el inicio fue muy duro como primer asesor de un crack mundial como Diego.

La fuerza de algunos agentes supera a veces las propias expectativas de los futbolistas

Muchos agentes nacieron así, de la amistad de la infancia o de la proximidad. Ahora aún queda alguno aunque han sido sustituidos por grandes empresas poco expertas en jugadores pero sí en operaciones. Se trata de intentar colocar futbolistas, hacer negocio, facturar y tirar adelante. Hay quienes se deben más a los clubs ya que tienen a varios representados de una misma entidad. Así es posible que un club presione al agente para que un futbolista clave no acabe yendo al club que el jugador quiere (¿caso Nico?) y que el futbolista no reciba la información más fiable de parte de su representante. El Barça, en ocasiones, ha tenido que saltarse al agente de algún jugador para que recibiera la oferta real del club, en lugar de la que le vendía su asesor.

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Los representantes hoy forman parte de grandes agencias que cada vez fichan a jugadores más jóvenes. En Brasil llegan a hacer ofertas a un solo club por todo su fútbol base y en el mundo llegan a acuerdos beneficiosos con la familia para hacerse con los derechos de los críos. Solo que uno de los muchos en los que invierten triunfe vale la pena para rentabilizar el negocio. Josep Maria Minguella hace tiempo comentaba una anécdota hoy imposible. Alberto Toldrá dio el nombre de Rivaldo cuando le preguntó el Barça a quién fichar. Y dijo que era un jugador de Minguella. Éste al concluir la operación lo llamó para darle una comisión y Toldrá le respondió: “Lo único que me debes es un buen arroz y un buen puro”. Con la cantidad de dinero que se mueve hoy, una paella y un habano son una auténtica minucia, aunque todavía representen un punto de placer.

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