“Si algo bueno hice en mi vida lo lamento desde el fondo de mi alma”. Un personaje de Shakespeare
Es hora por fin de escribir el obituario del entrenador más hooligan del siglo? ¿O será que no hay manera de enterrar a José Mourinho porque siempre vuelve, como Terminator, o Drácula?
La semana pasada el portugués fue despedido del Fenerbahçe, su equipo número once desde que el Moushow empezó en el año 2000. Tras fallar en el intento de clasificarse para la Champions, el club turco le dijo adiós y le indemnizó, según leo, con 15 millones de euros. Nada mal por el trabajo de una temporada en la que no ganó nada, pero bien merecido por los espectáculos que él solito protagonizó.
Si no existiera Mourinho habría que inventarlo. Nadie nunca ha interpretado mejor el papel del dios maligno, tan necesario para el disfrute de las multitudes (y los sueldos de los periodistas) en el teatro interminable que es el fútbol profesional. Es verdad que queda lejos la época en la que jugaba en el Broadway de las grandes ligas, pero tampoco ha decepcionado en los vaudevilles de provincia.
El portugués ha sido despedido del Fenerbahçe, su equipo número once desde el año 2000
Recordamos bien aquella etapa en el Real Madrid en la que aportó lo suyo para calentar los ánimos del independentismo catalán. Destacaríamos, quizá, el episodio del dedo en el ojo a Tito Vilanova. Pero pasan los años y no para la fiesta. Hace pocos meses, en abril, amplió su repertorio con un tirón de nariz al entrenador del Galatasaray. Reconozcámoslo: una de sus virtudes es que nunca sucumbe a la debilidad de intentar hacer amigos, que rechaza el pusilánime ejercicio de la diplomacia con admirable desdén. Solo tres meses después de llegar al fútbol de la orgullosa nación otomana, en noviembre del año pasado, Mourinho declaró: “Nadie quiere ver la liga turca. Es demasiado oscura. Huele mal”.

José Mourinho sigue en activo y generando polémica allí por donde pasa
Sus logros en el fútbol son lo de menos. Lo realmente asombroso es cómo, vaya donde vaya, al poco rato se convierte en el personaje más polémico del país. Durante su etapa en España, por ejemplo, nadie había provocado más división –más repulsa o más fanática adhesión–desde tiempos de Franco.
Su club anterior al Fenerbahçe fue el Roma. También le despidieron, pero no antes de que conquistara la Europa Conference League. Que celebrase el triunfo tatuándose en el hombro una imagen de la copa del susodicho torneíto fue señal de lo distante que quedaban sus días de gloria, aquellos cuando conquistaba ligas en Inglaterra, España o Italia, y ganaba copas de Europa con el Oporto y el Inter de Milán. Pero nunca hay que olvidar las alegrías que nos dio, por ejemplo convertir a un defensa habilidoso como Sergio Ramos (¡a los 26 años!) en el jugador más expulsado de la historia del Real Madrid, o exprimir a tope la criminalidad innata de otro de sus defensas, Pepe, a tal punto, como dijo el escritor Juan Villoro, que queda pendiente una investigación de sus delitos por Human Rights Watch.
“Nadie quiere ver la liga turca. Es demasiado oscura. Huele mal”, dejó dicho al llegar a Turquía
Cabe mencionar también el episodio que protagonizó en el club de sus amores, el Chelsea, junto a la médico del primer equipo, una portuguesa llamada Eva Carneiro. Se lesionó un futbolista hacia el final de un partido y ella salió corriendo a ver qué le pasaba —pese a que Mourinho le había pedido que no lo hiciera–. El jugador gritaba de dolor pero el portugués no quiso que se interrumpiera el juego porque sentía que los suyos estaban a punto de marcar el gol de la victoria. Mourinho la llamó “filha da puta” y la despidió. Carneiro demandó al Chelsea y ganó, dicen, más de cinco millones de euros. Pero ella había sido muy querida por los jugadores y la moral del equipo se disolvió. Cuando el Chelsea despidió a Mourinho tres meses después, a mitad de la temporada 2015-16, el equipo ocupaba el puesto 16 en la liga.
¿La salida del Fenerbahçe significa el adiós de Mourinho? ¿Quién sabe? Su carrera a lo largo de la última década representa el triunfo, como alguien dijo del segundo matrimonio, de la fe sobre la experiencia. Pierde y pierde pero equipos de la talla del Manchester United y del Tottenham lo han seguido fichando. Se habla ahora de que quizá corone su trayectoria como seleccionador de Portugal. Está más que caducado como técnico, no le irá bien en el campo, pero si se vuelve a juntar con el también obsoleto Cristiano Ronaldo, habrá juerga fuera de él. Para mí, como periodista agradecido, Mourinho es inmortal.