En colaboración con CaixaBank

Retrato de Marta Arce

Marta Arce:
"Cuando subo al pódium, lo hago representando a todas las personas que me han acompañado"

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Antes de la competición, en los minutos previos a subir al tatami, la judoka Marta Arce tiene una rutina inexcusable con su entrenadora y amiga Marina Fernández. Se abrazan y, entrelazadas, Marta le formula siempre la misma pregunta: “Aunque pierda, ¿me vas a seguir queriendo?”. La respuesta nunca varía: “Sí”, le dice Marina, “aunque hagas el ridículo, te voy a seguir queriendo”. Ese simple gesto, esas palabras, le aportan la serenidad que necesita antes de enfrentarse a su rival, le recuerdan que su valor no depende de una medalla. Lo más importante son, hoy y siempre, las personas que la acompañan.

Porque Marta repite una y mil veces que ella no compite sola. Esa energía constante que le ha hecho ganar cuatro medallas en los Juegos Paralímpicos se sostiene en una red de afectos y de confianza mutua. “El judo es un deporte de adversario, no un deporte individual”, comenta. “Aunque esté sola con mis pensamientos, sigue habiendo un rival, un trabajo y un equipo”. Ahí esté la verdadera fuerza de Marta, en saber que la gloria no es solo suya, sino de quienes comparten con ella el sacrificio, el esfuerzo y la ilusión de cada combate. “Cuando subo a un podio”, nos dice, “lo hago representando a todas esas personas que han hecho que pueda estar aquí”.

Marta Arce

"Aunque pierda, ¿me vas a seguir queriendo?"

Ese convencimiento de estar acompañada ha sido esencial para que Marta construyera una carrera tan brillante como longeva. En París 2024, pocos apostaban por ella. Con 47 años, muchos pensaban que su mejor momento había quedado atrás. Pero Marta transformó las dudas en motivación y acabó colgándose un bronce que emocionó a todo el mundo del deporte. Era su cuarta medalla en unos Juegos, una recompensa que para algunos resultó sorprendente. No para quienes la conocen de cerca. Álvaro Gavilán, antiguo compañero en el tatami y hoy parte de su equipo de preparadores, lo resume con claridad: “Ganar una medalla a esa edad es un ejemplo de constancia, de superación, de querer seguir luchando, de entrega como deportista y de no rendirse jamás”.

Para Marta, París tuvo un valor especial. “Habíamos tenido un ciclo muy complicado”, recuerda, después de haber perdido parte del apoyo institucional a causa de distintos motivos. “Cuando eres una persona con discapacidad estás acostumbrada a luchar por todo y quise demostrar que podía ganar la medalla”. Marta subió al pódium en París con el ánimo de quien nunca había dejado de creer, confirmando que su historia no es solo de medallas, sino de esfuerzo y fe en los demás.

Un impulso para seguir creciendo

CaixaBank apoya la carrera de deportistas paralímpicos como Marta Arce, ofreciendo estabilidad y confianza para que puedan centrarse en lo esencial: entrenar, competir y disfrutar del deporte al máximo nivel.

Una apuesta por la visibilidad

La entidad impulsa la difusión del deporte paralímpico porque sabe que dar visibilidad es clave para generar referentes que inspiran a la sociedad y derriban barreras. Historias como la de Marta son un ejemplo de ello.

Más allá de los resultados

El compromiso de CaixaBank no se mide en medallas. Se trata de acompañar trayectorias humanas y ofrecer la estabilidad y confianza necesarias para afrontar los retos del alto rendimiento.

Valores que trascienden el tatami

Disciplina, perseverancia, respeto y compañerismo son los valores que definen a Marta dentro y fuera del judo. Son también valores que CaixaBank comparte y promueve, entendiendo el deporte como motor de transformación e inclusión social.

Mantenerse hoy en la élite exige entrenamiento y disciplina, pero también una capacidad extraordinaria para equilibrar sus obligaciones diarias. Marta Arce no solo es judoka, tiene su trabajo y una familia numerosa, con una pareja y tres hijos. Su vigor y fuerza de voluntad se multiplican al tener que compaginar los entrenamientos con las rutinas cotidianas. Pero hay algo que está muy dentro de ella y que le ayuda a superar cualquier duda: “Las personas que están a mi alrededor saben que necesito hacer judo para estar emocionalmente estable”. En ese engranaje, su pareja ocupa un lugar esencial. Marta lo define como su gran aliado, el que sostiene la logística de una vida que combina colegio, entrenamientos, viajes y responsabilidades laborales.

Su testimonio insiste una y otra vez en que detrás de cada medalla hay mucho más que horas de tatami, hay sacrificios compartidos y un círculo que empuja cuando las fuerzas flaquean. Para conseguirlo también es esencial el respaldo de entidades como CaixaBank. Y lo es porque su apuesta por el deporte no se limita solo al resultado deportivo. La entidad contribuye a que historias como la de Marta sean posibles, apoyando un modelo de esfuerzo colectivo y humano que inspira mucho más allá de las competiciones.

Marta Arce

"Todo en Marta", señala Marina Fernández, su entrenadora, "es el reflejo de su trabajo, de su constancia y de su alegría"

Los que entrenan y comparten el día a día con Marta coinciden en algo: su capacidad de mantener viva la ilusión. Siempre. Su entrenadora, Marina Fernández, lo resume con admiración: “De Marta he aprendido que se puede seguir teniendo ilusión con algo que llevas haciendo toda la vida, que la constancia da muchísimos frutos y mucha satisfacción”, explica. Y esa energía, lejos de apagarse con los años, se multiplica en cada nueva etapa. “Todo en ella”, continúa Marina, “es el reflejo de su trabajo, de su constancia, de su alegría. Cuando acaba un entrenamiento siempre dice ‘qué bien me lo he pasado’. Para mí es una referente”, concluye.

Álvaro Gavilán añade otra faceta de su personalidad esencial en su vida y en el deporte en general: “Es una persona muy divertida, muy trabajadora. Le encanta aprender; a pesar de su experiencia, siempre pregunta cómo hacer algo, cómo mejorar su técnica”. Porque su éxito está también en la humildad y el deseo permanente de ser mejor. “Aunque le haya salido mal, siempre está pensando en cómo mejorar” nos dice Álvaro. Esa capacidad de superación está implícita en cualquier deportista de elite. Marta sabe muy bien las características que definen al buen judoka: “perseverancia, paciencia, disciplina, compañerismo, alegría y respeto”.

Marta Arce

"Estoy orgullosa de todas las cosas que hemos conseguido y estoy feliz de poder seguir haciéndolo a pesar de mi edad", asegura Marta Arce

Y cada una de esas singularidades las comparte con CaixaBank, que es muy consciente de su importancia para que historias como la de Marta Arce se conozcan. Porque el apoyo no se mide solo en recursos, sino en dar visibilidad a quienes, como Marta, representan con su ejemplo los valores más profundos del deporte: constancia, ilusión y respeto. Gracias a este respaldo es posible que los profesionales se centren en lo verdaderamente importante: entrenar, competir y transmitir que no existen límites siempre que el esfuerzo y la pasión se sumen al talento.

Todo eso cobra sentido cuando Marta pisa el tatami. Allí encuentra, asegura, “felicidad y diversión máxima”. Pero no solo eso. “También me ha dado inclusión real, normalización, la sensación de ser una más en un entorno en que practico algo al mismo nivel que los demás”, nos dice. Esa igualdad, lograda con pequeñas adaptaciones que no cambian la esencia del combate, le ha permitido sentirse plena. “Me hace sentir bien conmigo misma y con el mundo en el que vivo”, señala.

Hay algo que Marta no duda cuando sube al tatami. “Yo me considero deportista, ni deportista con discapacidad ni otra cosa”, resalta, una deportista que entrena en un Centro de Alto Rendimiento durante muchas horas cada día y que lucha por sus sueños como cualquier otro profesional de elite. Alguien que con su esfuerzo ha conseguido llegar a cotas impresionantes durante dos décadas. “Estoy orgullosa de todas las cosas que hemos conseguido y estoy feliz de poder seguir haciéndolo a pesar de la edad que tengo”, comenta. Ser consciente de ello le hace ser feliz. “Soy muy afortunada porque puedo seguir disfrutando de lo que más me gusta, que es el judo”, asegura.

Lo hemos visto. Ese camino de esfuerzo, constancia y pasión no se recorre en solitario. Gracias al respaldo de su entorno más cercano y de entidades como CaixaBank, Marta y otros deportistas paralímpicos pueden centrarse en entrenar y competir, mientras sus historias llegan a la sociedad. Su apoyo ayuda a que atletas como Marta se conviertan en referentes que inspiran, impulsan la igualdad y muestran todo lo que se puede conseguir con talento y trabajo. ¿Y qué hay de la discapacidad? “Eso”, nos dice Marta Arce, “es otra historia”.

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Coordinación: Kevin Casas y Rosa Varona | Redacción: Javier Martín | Diseño y maquetación: Alejandra Santander | Vídeo y fotografía: Nolich. Un proyecto de Brandslab. Godó Nexus

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Marta Arce

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