En tiempos de egos sobrealimentados por redes sociales que amplifican ascensos irrelevantes, David Göttler (Múnich, 1978) reivindica transparencia en un deporte en el que también asoman unos cuantos farsantes. Göttler suma siete ochomiles, el último, el Nanga Parbat (8.125 metros, en Pakistán), el pasado junio, que bajó en parapente. Surco la ruta Schell, en la vertiente Rupal, la pared con mayor desnivel del mundo, 4.500 vertiginosos metros. Las nuevas formas de moverse en el Himalaya, en el Karakórum o en los Alpes, con descensos veloces esquiando o volando, invitan a debatir sobre qué es y que no estilo alpino, la manera más pura, minimalista y comprometida de subir una cima, sin cuerdas fijas, ni porteadores, ni oxígeno embotellado, con total autosuficiencia. Göttler analiza por teléfono desde Cantabria, donde reside parte del año, su carrera y los retos del montañismo .
Tras cinco intentos, en junio coronó el Nanga Parbat, uno de los ochomiles más peligrosos. Cuando se consigue algo que se ha perseguido tanto ¿se siente alivio o asoma un cierto vacío?
Después de dedicarle años y energía, la recompensa es mayor que si lo hubiera conseguido a la primera. No pensé: “Dios mío! ¿Y ahora qué?” Más bien sentí un alivio inmenso y felicidad. Disfruté mucho del verano y luego empecé a pensar qué nuevo proyecto me motivaría de la misma manera. Tengo una breve lista de objetivos que analizaré en uno o dos meses.
Alberto Iñurrategui dice que sus expediciones tenían muy pocas probabilidades de éxito pues iba a cimas muy comprometidas. ¿Qué posibilidades de cumbre tienen sus aventuras?
Las dos primeras veces intenté el Nanga Parbat en invierno, con equipos pequeños; el primer año, con Simone Moro, y el segundo, con Herve Barmasse, y diría que tenía entre un 10% y 15% de posibilidades de llegar arriba. Luego, en el 2023, fui en verano, con más oportunidades, pero en general calculo que en las 30 expediciones que he hecho durante más de 20 años la tasa de éxito ha sido del 50%. Así que imagínate, cuando haces una inversión o inicias un negocio y piensas que tal vez hay un 50% de probabilidades de que fracases, no sé si seguirías adelante, pero en mi caso eso es parte del juego. Darme la vuelta tantas veces es frustrante, pero me lo tomo como una oportunidad para regresar y hacerlo mejor, toca aceptar que cuando empujamos para sobrepasar nuestros límites podemos fracasar. No se innova ni se consiguen avances remarcables en tecnología o en otros campos sin fracasos, en el montañismo es lo mismo.
¿Qué proyectos le motivan ahora, quizás vías inéditas?
Hacer rutas que nadie ha hecho antes no es mi principal motivación, busco algo que sea nuevo para mí. Cuando subí el Everest sin oxígeno ya había gente que lo había hecho antes, pero para mí era un desafío ver si yo lo podía conseguir en mi estilo, sin sherpas, ni oxígeno embotellado, aunque usé cuerdas fijas. No pretendo ser el primero en la historia en hacer algo sino en superar mis propios límites. Si te fijas en los ochomiles hay tantísimas rutas por las que solo se ha subido una única vez, y con grandes expediciones. ¿Por qué no focalizarme en repetir estos itinerarios en un estilo más moderno? También quiero volver a un ochomil en invierno y regresar al Kanchenjunga, para mí la montaña más bella.
Descenso del Nanga Parbat en parapente
Usted bajó el Nanga Parbat volando y sus compañeros, Tiphaine Duperier y Boris Langenstein, esquiando. ¿Qué entiende por estilo alpino?
Está muy claro qué es estilo alpino, no tocar la ruta antes del ascenso: ir, subir y bajar. Nosotros, en el Nanga Parbat, chequeamos las condiciones una vez antes de subir a 6.000 metros para dejar un depósito, y bajamos, así que esto ya no es estilo alpino limpio, aunque se sigue usando este término cuando no vas con una expedición. Pero en montañismo lo importante es ser transparente y honesto, explicar exactamente qué has hecho pues pequeños detalles marcan grandes diferencias.
Sí, lo principal es la honestidad, pero, la historia del alpinismo ha puesto en evidencia a unos cuantos farsantes. La montaña es un reflejo de la sociedad, para lo bueno y para lo malo. ¿Considera que en el siglo XXI con toda la tecnología disponible, GPS, cámaras súper ligeras... debería exigirse documentar las cimas?
Pienso que no debe fijarse una norma. Desde luego, yo mismo trato de documentar las cimas lo mejor posible para evitar la controversia; pero, por otro lado, en el Nanga Parbat llevábamos tres relojes con GPS y el mío no grabó correctamente, aunque tenemos muy buenas fotos pues hacía buen tiempo. No hay duda porque tengo la imagen en la cumbre, pero imagina que estuviera nublado, como nos pasó en el Baruntse, donde fuimos antes para aclimatar. En todo caso, sí , los atletas debemos facilitar cuantas más pruebas posibles, pero a veces la cámara falla, si se acaban las baterías, si el reloj no graba bien.. . Por eso, si alguien regresa sin ninguna prueba, quiero saber toda la historia y darle la oportunidad de demostrar que es cierta. Si lo que cuenta tiene sentido le creeré aunque no tenga un registro GPS ni una foto. Claro que tampoco debemos engañarnos: hoy en día vemos muchísimas mentiras. No seamos ingenuos.
David Göttler en el Nanga Parbat
Volviendo al estilo que se practica en la montaña, ¿cómo encaja bajar de una cima en media hora volando? ¿Es una evolución del alpinismo o altera su esencia?
Cuando escribí a Hanns Schell, la persona que abrió la ruta por la que ascendí el Nanga Parbat, me dijo: “David, esto es trampa, bajarás en media hora, esta no es una manera honesta de descender”. Y en cierto modo tiene razón, es mucho más seguro y fácil si logras despegar y volar. Si es mejor o peor creo que no necesitamos discutirlo, simplemente es diferente. Lo mismo ocurre con el esquí. ¿Es una evolución? En cierto modo, sí. Pero ya vimos a Jean-Marc Boivin, en los 80, descender en parapente del Everest y a Hans Kammerlander esquiando hace muchos años (1996). Ahora tenemos materiales más ligeros, mejores esquís, mejores parapentes. Podemos combinarlo.
¿Prevé seguir practicando ese estilo?
Siempre intento llevar mi ala, cuando funciona es mágico, lo hace todo más fácil y seguro, pero hay que tener un plan B por si acaso, porque el margen de error es mínimo: el viento, las nubes, la zona de despegue, el aterrizaje..., todo tiene que estar perfecto.
Usted sufrió la masificación del Everest. ¿Todo el mundo tiene el derecho a subirlo o debería exigirse una mínima experiencia?
Todo el mundo tiene derecho a escalar estas montañas. Y, por supuesto, me gustaría que se implementaran algunas normas para aumentar la seguridad, como exigir haber escalado antes un pico de 7.000 metros y tener un cierto nivel de experiencia. Por otro lado, creo que, sobre todo en países como Nepal, es muy fácil saltarse estas normas si tienes el dinero suficiente. Así que, habría que ver con qué rigor se aplican estas normas. Considero que es prácticamente imposible reducir la afluencia de turistas a las montañas con una herramienta que sea justa, porque al final tendría que ser un sistema de lotería.
Otra cuestión es que estas montañas son una importante fuente de ingresos para Nepal, también para Pakistán.
Cuanta más gente vaya, más dinero ganan. Y son de los países más pobres del mundo. En los Alpes intentamos sacar provecho de las montañas y luego decimos: “No, pero en el Himalaya, por favor, háganlo sin gente porque queremos ver una imagen romántica de esas cimas”. Así no funciona. Entonces para mí que vayan tantos turistas está bien mientras sea seguro y sostenible para el medio ambiente, aunque ya se está llegando al límite.
Después de años relegadas al ostracismo, las agencias nepalíes ya dominan el negocio de montaña, antes reservado a las compañías occidentales.
Es una evolución muy positiva y me alegra. Siempre han estado presentes, pero nunca habían tenido la plataforma para llegar a los clientes. Ahora, gracias a las redes sociales y al fácil acceso a la publicidad, están en contacto directo con los clientes. La mayoría hace un trabajo excelente. Me impresiona, la rapidez con la que han aprendido y mejorado la gestión de las grandes expediciones comerciales.







