El 2025 que bajaba ayer el telón en el circuito Ricardo de Tormo de Cheste con récord de espectadores presenciales en los 22 Grandes Premios (3,6 millones) pasará a la historia como el Mundial de los Márquez Alentà. Los de Cervera se quedaron pronto sin rivales, compitieron entre ellos buena parte de la temporada y acabaron siendo los primeros hermanos campeón y subcampeón mundial de la clase reina el mismo año, lo nunca visto en las 77 ediciones del campeonato de velocidad. El bronce fue para Marco Bezzecchi y su Aprilia, un binomio que se erigió en el rival más sólido y una amenaza de futuro para los Márquez.

Marc Márquez, resucitado
A pesar de perderse los últimos cuatro grandes premios por la lesión del hombro y la escápula en Indonesia, el 2025 de Marc Márquez ha sido proverbial, histórico, para recordar: el año del regreso del rey a su trono seis temporadas después de haberlo perdido. Nadie había vuelto a reinar llegando de tan lejos, de tan abajo. Su ambición acumulada en cuatro años de frustraciones, su hambre por volver a coronarse, su calidad incuestionable, unida a la superioridad mecánica de la Ducati roja pata negra han hecho del 93 el piloto intocable que era, más aún que el del 2019. Su temporada ha sido sencillamente brutal: 11 victorias y 14 Sprint en los 17 GP disputados, 10 dobletes, 8 poles y 8 mejores vueltas. Cifras casi irrepetibles de su 9.º cetro.

Àlex Márquez, maduro
No había ninguna duda de la calidad y la capacidad de Àlex Márquez, bicampeón mundial (de Moto2 y Moto3). Pero en sus cinco años anteriores en la clase de los mayores no había pasado de un octavo puesto de la general ni había logrado ninguna victoria dominical (solo cinco podios). Le faltaba un grado de maduración, de confianza, de creérselo... y de contar con una moto capaz. Con la Ducati satélite del 2024, Àlex ha hecho un salto exponencial esta temporada, la mejor en MotoGP (tres victorias y tres Sprint) y una de las mejores de su carrera. El 73, con su trabajo incansable y aferrándose a una consistencia nunca vista, ha sido el piloto que más se ha acercado al campeón y el único que lo ha vencido. Su subcampeonato sabe a oro.

Marco Bezzecchi, crecido
Una imagen al final de la carrera de Cheste explicaba por qué Marco Bezzecchi ha vivido su mejor temporada en MotoGP: el piloto de Rímini se arrodillaba ante su Aprilia y le mostraba un anillo de compromiso, pidiéndole matrimonio. La unión con su RS-GP ha acabado siendo el binomio más sólido en la recta final del campeonato, lo que le ha valido la tercera posición final del Mundial. Su año ha sido de notable alto, con tres victorias dominicales (Silverstone y las dos últimas de Portimão y Cheste) –el primer piloto de Aprilia que lo logra– y otras dos en Sprint. Bezzecchi, sin complejos, ha sido el rival que más ha complicado la vida a los Márquez. Su única mancha: la embestida por exceso de ímpetu a Marc en Indonesia, que le causó la lesión.

Pecco Bagnaia, decepcionante
Quien empezó siendo subcampeón tras dos títulos seguidos (2022-24), uno de los pilotos más sólidos y regulares, señalado como el teórico gran rival de Marc Márquez por la corona, ha acabado defraudando este 2025. Su campeonato ha sido deplorable, perdido desde buen inicio buscando la puesta a punto ideal de su Ducati para seguir a Marc, cada vez más desquiciado por la distancia sideral con el catalán, hasta tocar fondo con cinco grandes premios en blanco (el último, en Cheste), entre caídas absurdas y averías incomprensibles, reproches a Ducati y explicaciones sin fundamento. Pecco cierra el año quinto de la general, con dos victorias, en Austin (por caída de Marc) y en Japón (con el 93 coronándose).

Pedro Acosta, insuficiente
Tenía que ser el 2025 el año del crecimiento de Pedro Acosta tras una buena primera temporada de aclimatación a la clase reina (6.º), pero el murciano apenas ha dado un paso adelante (4.º). Más bien, se ha mantenido. Para el de Mazarrón, sin medias tintas, no hay duda: “La temporada ha sido un poco una pena, no hemos luchado por nada, ha sido como un año perdido en mi vida. Es lo que es”. De modo que Acosta, que apuntaba a ser uno de los rivales íntimos de Marc Márquez, no ha encontrado la solidez deseada con la KTM y sigue sin ganar, ni en carrera dominical ni en Sprint, en 41 grandes premios en MotoGP. “Se lo dije a KTM el primer día: no venía para esto [4.º del Mundial]. No es suficiente con optar a podios de vez en cuando”.

Jorge Martín, lesionado
Jorge Martín se une a Bagnaia en el equipo de las decepciones. Al menos, el madrileño tiene excusa: castigado por las lesiones desde la pretemporada, el de Aprilia no ha podido defender el número uno al haberse perdido 15 de los 22 fines de semana. “Mi cuerpo este año está destrozado”, decía en Valencia en su reaparición después de haberse perdido cinco grandes premios desde su caída, lesión y operación de hombro en Motegi, al embestir a su compañero Bezzecchi. El madrileño, apremiado por acoplarse a la Aprilia y no perder el tren de Márquez, reiteró las caídas y los infortunios (gravísimo fue el accidente de Qatar, 96 días de baja). Aunque también protagonizó un vodevil con Aprilia al pretender romper el contrato para irse a Honda y acabar desdiciéndose.

Fermín Aldeguer, aprendiz
El murciano Fermín Aldeguer ha sido una de las buenas noticias del 2025. En Indonesia, el día que se rompía Marc Márquez, él se convertía en el segundo más joven ganador de la historia en la cilindrada reina, con 20 años y 183 días, solo 120 días más viejo que el de Cervera cuando se estrenó en el 2013. El de La Ñora, con una Ducati satélite del equipo Gresini, como compañero de viaje de Àlex Márquez, se ha erigido en uno de los pilotos que con más frecuencia han estado en el grupo delantero, siguiendo los pasos de los Márquez. En su primer año ha firmado un 8.º puesto final, con tres podios, incluida la referida victoria en Mandalika. En Valencia cerraba con un meritorio 5.º tras adelantar a su vecino de box. Dará más guerra en el 2026.

Raúl Fernández, destapado
Raúl Fernández (24) se apuntaba en Cheste su segundo podio en MotoGP con un bravo segundo puesto detrás de Bezzecchi. El 2025 ha sido el año del destape para el madrileño, un piloto que en los tres anteriores ejercicios en la categoría reina había pasado inadvertido, formándose y peleándose con la KTM o con la Aprilia. Su crecimiento esta temporada (10.º de la general, dos podios, con su primera victoria en Australia) ha llegado de la mano de una moto italiana que le ha dado músculo y consistencia, y que tanto Bezzecchi como él han sabido aprovechar. “Aún me falta experiencia, y no estaré para luchar por el Mundial el año que viene. Pero hacer carreritas así, en las que asomemos la cabeza y demos guerra, sí que las puede haber”, asegura.
Diego Moreira, primer brasileño que reina
Diogo Moreira, piloto de São Paulo de 21 años afincado en Alcarràs (Lleida) desde el 2017, se convertía en Cheste en el primer brasileño campeón del mundo de motociclismo. El abandono de su rival Manu González a falta de cuatro vueltas aceleró la consecución de su corona de Moto2 en la carrera de Cheste, si bien el trabajo lo tenía hecho antes: en las últimas cinco carreras recortó 42 puntos al madrileño, en total, una desventaja de 61 desde Brno, la remontada más grande de la cilindrada intermedia. Moreira, que gana su primer campeonato, subirá en el 2026 a MotoGP con el satélite Honda LCR.
Bezzecchi y Aprilia, los más fuertes al final
El Mundial 2025 de MotoGP echó el cierre en Cheste con doblete de Aprilia, triunfo de Marco Bezzecchi, que se colgó el bronce del campeonato, y segundo puesto de Raúl Fernández, su segundo podio del año. Entre los dos pilotos de Aprilia, la moto más entonada del final de temporada, y Fabio Di Giannantonio, tercero, bajaron del podio a Pedro Acosta (4.º) y a Àlex Márquez (6.º). El catalán, subcampeón, no pudo cerrar su mejor año en MotoGP subido al cajón por problemas de agarre de su Ducati. Y el murciano, que acaba cuarto del campeonato, sigue sin poder ganar en MotoGP en 41 carreras.


