Ha aprendido el Barça a transitar por la cornisa con la misma tranquilidad que un pequeño devora un chupa-chups. Tanto es así que, con todo en su contra, con la eliminación de la Euroliga como la salida más normal tras perder los dos partidos en Mónaco, el equipo de Peñarroya ha sido capaz de igualar la eliminatoria y forzar el quinto partido que albergará la Gaston Medecin el próximo martes.
Como si el tercer envite no hubiera existido, la serie recuperó sus altísimos grados de tensión este viernes en un Palau, esta vez sí, descolgadas sus mejores galas. En apenas un minuto, Blossomgame y Fall ya habían amagado con enzarzarse en una pelea, que acabó con los largos huesos del francés en el banquillo por decisión técnica, como si Peñarroya intentara calmar la cosa.
Los puntos de Jabari Parker y Darío Brizuela en el último cuarto acabaron con la resiliencia monegasca
El inicio del Barça fue fulgurante. Los triples se sucedían (5/8 en el primer cuarto) y el vértigo se apoderaba del parquet. Nadie se lo pasaba mejor que Jabari Parker, que a correr y tirar le gana poca gente. Así, con una grada entregada y encarado el camino más corto hacia la afonía. Un triple de Brizuela estiraba hasta el 21-6 que permitía soñar con los ojos abiertos al barcelonismo.
No se puso nervioso el Mónaco en ningún momento, abierto el paraguas y esperando con paciencia que pasarla tormenta. Perdió de golpe la electricidad el equipo azulgrana en el segundo cuarto, cuando ya no le entraba nada y los del Principado, como una hormiga, empezaron a recortar poco a poco. Los nervios empezaron a apoderarse del Barça, al que se le veía más preocupado por protestar que por jugar. En una de estas, Peñarroya ya no pudo contenerse y recibió una técnica, lo que provocó que los focos de la grada también viraran hacia el experimentado trío arbitral.
La reacción monegasca alcanzó límites ya preocupantes para los locales cuando Diallo sumó el 27-30. Apenas 4 puntos había anotado el Barça en ocho minutos de cuarto, al margen de haber acumulado ya 13 pérdidas en lo que se llevaba de duelo, una cifra más que alarmante.
El tramo final de la primera mitad provocó algunos de los momentos más calientes de toda la temporada en el Palau, que entendió que el criterio arbitral para señalar las faltas estaba siendo diferente a un lado y otro de la pista. Coincidió Satoransky, indignado, que recibió algún golpe gratuito de más manejando el balón y recibió otra técnica. Dos triples consecutivos de Brizuela calmaron un tanto las aguas. Pero la cosa concluyó con cuatro tiros libres anotados de Strazel (35-38) que acentuaron el enfado barcelonista, dejando la cuenta de tiros libres en 2 a 21 a favor del Mónaco -los del Principado apenas lanzaron uno en toda la segunda mitad, igual de extraño fue-. Con más o menos razón, camino de vestuarios, los árbitros se llevaron la mayor bronca del Palau en mucho tiempo.
El Mónaco pareció entender mejor lo que requería el partido y salió más sereno al parquet. Con Mike James marcando los pasos y Theis situando el 36-44, la máxima monegasca de la caliente noche en el Palau, el Barça no podía esperar más para aterrizar de nuevo el parquet y seguir alimentando el sueño. Con más pausa de la habitual, supieron los de Peñarroya escalar paso a paso hasta que el soldado Anderson igualó el luminoso a 58 con un cuarto por jugarse.
Le quedaban diez minutos al Barça para seguir agarrándose a la vida, para escribir un trocito de historia, y Brizuela cogió la pluma y empezó a mover la muñeca para poner a los suyos en ventaja. Jabari Parker, con canastas clave, recogió el testigo anotador que permitió al Barça encarar el tramo final con la tranquilidad del que va por delante. Una ventaja que manejó a la perfección para forzar el quinto y, esta vez sí, decisivo partido. Poco más se le puede exigir a este mermado equipo. A Abu Dabi se va por Mónaco.
Joan Peñarroya, sobre el quinto partido
“Vamos a intentar ganar la guerra aunque sea con tirachinas contra bombas“”
El técnico azulgrana volvió a subrayar su orgulllo ante la reacción de sus jugadores, que siempre compiten hasta el final a pesar de las cirucnstancias. También agradeció el apoyo del público: “Se ha generado una gran atmósfera en el Palau y nos ha ayudado a sumar esta victoria, pero la serie no se acaba hasta que un equipo sume tres victorias”.
Peñarroya no quiso excusarse en los lesionados pero sí recordó la delicada situación de su plantilla: “Ningún equipo de la Euroliga ha tenido los problemas que hemos tenido nosotros, ni siquiera se han acercado. Pero aunque seamos pocos, iremos a la guerra a intentar ganarla, aunque sea con tirachinas contra bombas”.
Ficha técnica
79. Barça (23+12+23+21): Punter (11), Satoransky (3), Anderson (7), Parker (22), Fall (9) -equipo inicial-, Hernangómez (6), Brizuela (17), Abrines (0), Parra (4) y Villar (0).
72. Mónaco (14+24+20+14): James (16), Okobo (6), Diallo (13), Blossomgame (8), Theis (7) -equipo inicial-, Jaiteh (3), Strazel (10), Loyd (7) y Brown (2).
Árbitros: Robert Lottermoster (ALE), Emin Mogulkoc (TUR) y Tomislav Hordov (CRO). Eliminaron con cinco faltas al visitante Okobo (min.40). Señalaron falta técnica al entrenador local Joan Peñarroya (min.14), al local Satoransky (min.20) y al visitante Diallo (min.33).
Incidencias: cuarto partido de los cuartos de final de la Euroliga disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona ante 7.018 espectadores.
