La espantosa derrota ante el Zalgiris había abierto una pequeña rendija entre el Palau y el Barça. Había creado una especie de deuda del equipo con su afición que se saldó este martes. El Armani Milán de Messina fue un hueso bien duro de roer pero fue finalmente vencido y la afición culé lo celebró a lo grande. No es fácil ganar en esta Euroliga y cada triunfo debe saber a gloria.
Lo que seguro que no podía decir el Barça es que no estuviera avisado. Por mucho que entre lo ocurrido ante el Zalgiris y la visita del Milán el equipo de Peñarroya hubiera dado cuenta del Breogán, con más problemas que menos, el respetable del Palau luce ya demasiadas heridas frescas como para que los suyos le provocaran otro corte. A pesar de todo, salió algo dormido el conjunto azulgrana, que cuando quiso despertar ya iba 0-7 abajo. Aunque no tardó la noche en lanzar señales de que el marcador no iba ser especialmente generoso, no tanto como lo suele ser. Casi cuatro minutos tardó el Barça en anotar su primer punto, una canasta más un tiro adicional de Vesely que sacó del letargo a grada y banquillo.
Pero no había continuidad en el juego, ni por un bando ni por otro, aunque parecían los de Messina tener las ideas más claras y, sobre todo, podían presumir de tener a un inspirado Brooks en sus filas, puro talento importado de Texas, que no tardó en poner en alerta hasta a la mascota CAT. Uno de sus triples concretó la primera máxima (14-22) nada más comenzar el segundo cuarto.
Fueron aquellos minutos de intercambio de golpes pero con escaso lucimiento. Eran individualidades puras en el Barça, con Punter intentando achicar agua y Parra, de nuevo él, aportando intangibles en momentos complicados. El 30-41 que en un abrir y cerrar de ojos colocó Ellis en el luminoso amenazaba con la primera bronca de la noche en un Palau cuya asistencia encabezaba esta vez Joan Laporta, intentando hacer de paraguas. Quizás fue ese aura del presidente, ese punto de suerte que parece acompañarle, el que inspiró a Norris y Clyburn para que anotaran dos triples a tiempo, antes de que sonara el bocinazo del descanso.
Fue capaz el Barça de mantener ese impulso porque el equipo de Peñarroya cambió su cara a la salida de vestuarios, más afinadas sus muñecas y con las ideas mucho más claras. De hecho, un Satoransky desatado desde más allá del arco firmaba la primera ventaja azulgrana de la noche (57-56). La irrupción de Vesely, en un bando, y Bolmaro, en el otro, animó aún más la cosa, batallada hasta el final, segundos en los que Clyburn se llevó el gato al agua. Una última buena defensa azulgrana forzó el mal tiro de Shields y confirmó la victoria. Deuda saldada.
Joan Peñarroya
“Ha sido un partido complicado y estamos satisfechos de nuestro trabajo defensivo”
El técnico del Barça comenzó su comparecencia relatando su película del partido: “Ha sido un duelo complicado, con una primera parte en la que no hemos llevado la iniciativa por varias pérdidas en ataque que nos han castigado mucho. En el tercer cuarto hemos estado bien en ataque y el último ha sido muy igualado y estamos contentos de nuestro trabajo defensivo”.
Y sobre el papel de Vesely, uno de los más destacados ante el Milán, Peñarroya se congratuló: “Que Jan esté cada día un poco mejor es absolutamente clave para el equipo y la mejor noticia es que no se resiente de sus molestias”.
Ficha técnica
74. Barça (14+22+28+10): Satoransky (11), Punter (13), Clyburn (17), Shengelia (11), Vesely (14) -equipo inicial-, Hernangómez (3), Cale (0), Parra (2), Marcos (0), Brizuela (0) y Norris (3).
72. EA7 Emporio Armani Milán (19+22+20+11): Ellis (6), Bolmaro (10), Shields (12), Ricci (5), Booker (11) -equipo inicial-, Guduric (3), Brooks (15), Mannion (0), Dunston (8) y Sestina (2).
Árbitros: Mehdi Difallah (FRA), Borys Ryzhyk (UCR) y Thomas Bissuel (FRA). Señalaron falta antideportiva al local Parra (min.16). Sin eliminados.
Incidencias: partido de la séptima jornada de la Euroliga disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona ante 5.661 espectadores
