“Lo intentaré hasta Roma”. Acababa de ganar el undécimo tramo de la carrera, pero en ese instante Richard Carapaz ya anticipó su ambicioso plan en la presente edición del Giro de Italia. No le basta un triunfo parcial y el podio, su objetivo es volver a apoderarse de la maglia rosa, como en el 2019. Y en la primera etapa de alta montaña, la 'locomotora del Carchi' mostró todas sus cartas con una exhibición en la subida final a San Valentino, el último de los tres puertos de primera del día.
A poco más de 6 km para la meta, el ecuatoriano cambió el plato de su bici, apretó los dientes y dio un acelerón que dejó sin respuesta a Simon Yates y en especial a Isaac del Toro, que salvó el liderato de la general con muchos apuros. Sin bajar el ritmo hasta cruzar la última pancarta, encendido desde su ataque, al líder del Education First, ahora tercero de la general a 5 segundos del británico y a 31 del mexicano, solo se le escapó el triunfo en la 16.ª etapa, que fue para Christian Scaroni gracias, en parte, a la gentileza de Lorenzo Fortunato. Los dos corredores del Astana llegaron de la mano, sin que el líder de la montaña le disputara la victoria a su compañero.
“Sabíamos que era una etapa clave. He trabajado mucho y me ha costado llegar a este punto porque en los últimos años no he tenido ni la salud ni la suerte suficiente. Hemos demostrado que somos los más fuertes”, dijo Carapaz tras volver a demostrar su talento, aún con la respiración entrecortada y el sudor cayendo por su rostro.
El ecuatoriano, junto a Scaroni, fue el gran triunfador de una jornada con muchos derrotados, en especial Juan Ayuso, que dijo adiós a la victoria final tras cruzar la meta a 14m47s del vencedor. En un último intento, tirando de riñones y sacando fuerzas de flaqueza, el español se levantó sobre su bici con más corazón que piernas cuando apenas se iniciaba la dura ascensión a Santa Barbara, la penúltima del tramo de 203 km y un suplicio para los favoritos, también para un Carapaz que en ese momento se agarró con dificultades al grupo.
Sabíamos que era una etapa clave. Hemos demostrado que somos los más fuertes”
Ayuso, en cambio, ya de nuevo sentado y cabizbajo, como no queriendo ver cómo se escapaba la maglia rosa, se resignó a su destino. Una jornada negra para el valenciano y para el UAE.
Primoz Roglic abandonó a 95 km de la meta tras sufrir una caída
El sol ya fue testigo de la desgracia del español en una etapa pasada por agua en los primeros 140 km. La lluvia se cobró varias víctimas. Sufrieron una caída Egan Bernal, Thymen Arensman, e incluso Carapaz. Todos lograron reponerse salvo Primoz Roglic, que tras chocar con el asfalto decidió abandonar a 95 km de la meta. Un cruel adiós para uno de los hombres fuertes de la general, campeón de la roda italiana en el 2023.
Fue una etapa para supervivientes, en plenos Dolomitas, que se inició con una fuga masiva, después seleccionada a solo siete corredores y finalmente, ya camino de San Valentino, reducida a Fortunato, Scaroni y Cepeda. El ecuatoriano del Movistar, un corredor rápido en los últimos metros, sucumbió ante la mayoría numérica y estratégica de los dos corredores del Astana, que se fueron solos a por la victoria.
Para entonces, a más de tres minutos de distancia, Simon Yates había seleccionado el grupo de favoritos con dos ataques que únicamente contestaron Gee, Carapaz y Del Toro, ya solo ante el peligro sin sus gregarios Adam Yates y Majka.
Con los cuatro primeros de la general agrupados, virtualmente fuera ya Ayuso, Carapaz vio que era su momento, el de volver a ser protagonista, como en 2019 en Verona o en 2021 en Tokio, y lanzó un órdago de los que dejan huella. Un duro aviso de color de rosa a sus rivales. Yates aprovechó la tesitura para sacar unos preciados segundos a Del Toro, ya endeble su liderato, al límite en el tramo final. Todo lo contrario que un desatado Carapaz. El espectáculo de la locomotora del Carchi duró hasta el último metro y podría continuar hoy con la ascensión al mítico Mortirolo.
