Pogacar no da la talla ante un fenomenal Evenepoel en la contrarreloj del Dauphiné

Ciclismo

Iván Romeo pierde el maillot amarillo ante la exhibición del belga del Soudal

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Remco Evenepoel, totalmente acoplado en la bicicleta de contrarreloj 

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT / AFP

La contrarreloj no engaña, es una modalidad en la que nadie puede esconderse y mandó al rincón de pensar a Tadej Pogacar, claramente superado por Evenepoel en los 17,4 kilómetros de la crono del Dauphiné, pero también por Vingegaard y hasta por el compañero de éste, Jorgenson.

El decepcionante resultado, raro, del vigente ganador del Tour en Saint-Péray abre dudas en el seno del UAE de cara al mes de julio. Pogacar, tan impresionante en las clásicas, no dio la talla con la cabra. Fue cuarto en la etapa pero muy lejos del ganador, que ya le sacaba medio minuto en el km 10. En la meta fueron 48s.

Resultado decepcionante

El esloveno perdió 28s con Vingegaard, más de un segundo por kilómetro con su gran rival para el Tour de Francia de julio

Sí, Evenepoel arrasó, y eso entra dentro de la normalidad, pues el actual campeón del mundo y olímpico de la especialidad. El belga del Soudal fue el único que rodó a más de 50 km/h para conseguir su séptima victoria contra el crono en las dos últimas campañas. Pero que Vingegaard le metiese 28 segundos seguro que no estaba en los planes del UAE. Pogacar perdió un segundo por kilómetro con el danés, su gran rival. El año pasado, entre las dos cronos del Tour, el esloveno le sacó 1m28s al ciclista del Visma.

“Muy satisfecho con el resultado porque Remco es el mejor contrarrelojista del mundo. Pero estar por delante de Tadej está bien. Siempre es mejor estar por delante que por detrás”, destacaba Vingegaard, segundo en la etapa y quinto en la general.

El fiasco de Pogacar dejó en menor la desilusión de Iván Romeo por no ser capaz de defender el brillante maillot amarillo conseguido el martes. El ciclista del Movistar, de 21 años, en vez de darle alas, le pesó el liderato. A pesar de ser el actual campeón del mundo sub-23, otra cosa enfrentarse a una estrella como Evenepoel, aunque saliese el último. “Ha sido una experiencia ser el líder. Era un sueño mantenerlo pero no he podido ante los mejores del mundo”, lamentaba, pero sin condescendencia. El vallisoletano, que se mantiene tercero. “No puedo estar contento cuando lo he perdido. No he estado en mis estándares”, defendía.

Evenepoel pensaba más en la victoria, la 1.000 para la estructura Soudal en sus dos décadas en el ciclismo, que en las diferencias. “Me recordaba a la del Tour del año pasado. He ido a tope hasta la subida y después con lo que quedaba hasta meta. La estrategia de ritmo ha salido bien. El objetivo era ganar y me he sentido muy bien”, confesaba antes de la montaña del viernes y del fin de semana. “Hoy ya había un test de subida, es un paso adelante para la montaña. Con esta victoria me da confianza”. Todo lo contrario a un Pogacar que promete batalla. “Me he equivocado con el ritmo. He empezado demasiado conservador y debí apretar más desde el inicio. Pero estamos aquí para mejorar. Quedan tres grandes etapas y será el mejor lugar para probarnos”, avisa. Tiene que recuperar 38s con el líder.

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