Con más de cuatro minutos de ventaja en el liderato de la general y tras varias exhibiciones, inalcanzable para cualquier miembro del pelotón en la montaña, el último día de descanso del Tour de Francia fue más que merecido para Tadej Pogacar. El esloveno, casi con los deberes hechos, ya con su cuarta Grande Boucle en el bolsillo a falta aún de seis etapas, atendió a la prensa con rostro relajado en Montpellier.
“Estoy disfrutando este Tour porque el grupo que tenemos es muy bueno. Estoy contento de ser parte de este equipo”, dijo de sus compañeros del UAE el maillot amarillo, “muy confiado” en sus posibilidades pero atento a un arreón final de Vingegaard, segundo en la general.
Seguro que Vingegaard está muy seguro de sí mismo también porque está en muy buena forma. Necesito estar concentrado”
“Seguro que Jonas está muy seguro de sí mismo también porque está en muy buena forma. Necesito estar concentrado, descansar y comer bien. La última semana será dura, estamos preparados para luchar con todos y especialmente con Jonas”, señaló.
El danés del Visma tiene a su favor los precedentes en los grandes finales en alto que quedan: en el 2021 dejó atrás a Pogacar en el Mont Ventoux y en el 2023 hizo lo propio en el Col de la Loze. “Todas las subidas son más o menos igual. Si puedo, no por revancha, si tengo mejores piernas, iré hacia delante”, avisó de la etapa de este martes, en el Gigante de la Provenza, y la 18.ª.

Pogacar y Vingegaard, en la subida a Superbagneres.
A diferencia de aquellas derrotas, ahora el esloveno se ve “más maduro”, conoce “mejor cómo va la carrera” y sus “habilidades”. “Pero aprendemos cada día del Tour. Veremos lo lejos que podemos ir con este crecimiento”, concluyó Pogacar, que no tiene “planes de vacaciones” y decidirá “después del Tour” si va a la Vuelta. “Estoy centrado en las seis etapas que quedan”, añadió.